El Sr. Henri comparte piso
Sinopsis de la película
El señor Henri acepta a regañadientes la idea de su hijo de alquilar una habitación para así no estar solo a su edad. La elegida es una joven estudiante, Constance Piponnier, pero lejos de caer bajo el encanto de la chica, Henri la utilizará para crear un verdadero caos familiar.
Detalles de la película
- Titulo Original: Létudiante et Monsieur Henri aka
- Año: 2015
- Duración: 95
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Opinión de la crítica
Película
5.8
49 valoraciones en total
Adaptando su propia obra de teatro, el director francés Ivan Calbérac presenta en su cuarto largometraje una historia que enfrenta a una joven con un hombre de la llamada tercera edad.
Constance (Noémie Schmidt) es una joven insegura que harta de trabajar en el mercado ayudando a sus padres, decide buscar una oportunidad para ingresar a la universidad viajando a París, con apenas el dinero suficiente para sobrevivir por lo que debe conseguir un alojamiento económico.
Éste lo encuentra en una habitación que alquila el viejo Henri, un septuagenario viudo y cascarrabias que le ofrece una tentadora oportunidad de ahorro a Constance: si seduce a su hijo (Claude Brasseur), un cuarentón casado con una mujer que el viejo no soporta, le perdonará la garantía y varios meses del costo del alquiler.
La película narra una ordinaria historia de superación en un relato ligero, que avanza sin sorpresas pisando siempre sobre seguro y haciendo uso y abuso de abundantes clichés aunque bien manejados, cargando el peso de todo en la perfecta química entre los actores.
Actoralmente sobresale el trabajo de Claude Brasseur, quien conforma a un viejo gruñón quien tiene los mejores momentos cómicos y que además es quién se convierte en el gran apoyo para el personaje de la estudiante, una joven que va de fracaso en fracaso que debe enfrentarse a sus propios miedos, situación que la película narra sin recargar exageradamente en el drama ni el subrayado motivacional o de mensaje.
La película resulta entretenida, con algunos momentos que mueven a la risa y que por el final consigue despegarse de las películas que tratan temas similares, lo que le suma y deja en el espectador un buen sabor de boca.
http://tantocine.com/la-estudiante-y-el-sr-henri-de-ivan-calberac/
Ivan Calbérac nos presenta en su cuarto largometraje una comedia romántica.
La historia se centra en una joven que harta de tener que trabajar en el mercadillo junto a su padre se traslada a París para intentar ingresar en la universidad, allí busca una habitación en un piso habitado por un abuelo cascarrabias y con ganas de darle mal.
Entre ellos va surgiendo una especie de amistad a medida que va pasando el metraje. Aparte de ser una comedia también nos presenta otros aspectos mas dramáticos y con mensajes que te llegan al corazón.
Se forma una química muy buena entre los dos actores protagonistas.
Lo mejor: Los dos actores protagonistas
Lo peor: Se podría haber sacado algo mas de jugo
De entrada, esta no es la historia maestro y discípula que su título podría hacer pensar.
Sí, el señor Henri ejerce de brújula moral de la a menudo perdida Constance, pero el protagonismo absoluto recae sobre ella, en su rebosante juventud y sus directas maneras.
Como tantos otros adolescentes, Constance busca su lugar en la vida, y eso no es tan fácil de encontrar cuando parece que sus mayores ya lo han vivido todo antes que ella, y en su caso tratan de arrastrarla por un camino que, si bien será sencillo, no es todo lo que desearía.
De esa manera, acaba viviendo en París, todo lo lejos posible del hogar familiar, en el cuarto alquilado por el malhumorado sr. Henri.
No hay que engañarse: El Sr. Henri comparte Piso toca todas las teclas de su tragicómico concepto, como los desplantes entre la joven y el anciano, el humor de su forzada convivencia y las enseñanzas que cada uno pueden repartirse. Pero a la vez, y bastante inesperadamente, se las apaña para dotar de cierto carisma a Constance, Henri y todos los demás, componiendo un interesante microcosmos de personas limitadas por sus ataduras, y en apariencia definidas por sus fracasos.
Gente que no ha podido o querido comunicarse bien, esperando algo de otros, guardando los miedos bien hondo.
Sí, son forzados algunos puntos en los que deben pasar cosas porque sí , como el improbable trato al que deben llegar Constance y Henri para que la primera rompa el matrimonio del hijo del segundo.
Pero a cambio, la historia evita amoldarse en la comodidad: Constance nunca va a tener fácil integrarse, superar los desprecios de su padre, rehacer una vida fragmentada en breves compañeros de cama y aún más fugaces intentos de cambio.
Es la clase de amargo trasfondo que sostiene una comedia, y a la vez la permite hablar de algo más profundo, como la desoladora sensación de que no te salga nada bien, no importa lo mucho que lo necesites.
Habría sido demasiado fácil que un hombre con todo hecho como Henri le diera su aprobación a la inexperta Constance pero, aparte de su difícil entendimiento, vemos que el antiguo contable igualmente no pasa por su mejor momento: su hijo, su eterna decepción, se casa con la única mujer de la que no querría un nieto.
Es un drama al que Constance es totalmente ajena, pero… ¿y por qué no debería serlo?
Es normal que su vida plagada de afectos equivocados y malas figuras paternales la encuentre más cómoda olvidando sus decepciones en noches de fluorescentes y alcohol que en incómodas comidas familiares donde solo hay rencores que echar en cara.
Constance no es la mejor de las alumnas, ni Henri el mejor de los profesores.
Pero la vida les ha encontrado a los dos juntos, en un momento vital en el que ambos deben aprender a ver lo bueno, antes que resignarse siempre con lo malo.
Y ese es justo el momento en que esta comedia amable, tan habilidosa a la hora de jugar con sus tópicos, consigue mezclarlos para hablar de las cosas realmente importantes.
Que la vida no es cuestión de victorias o fracasos, da igual la edad que tengas.
Sino una carrera de fondo, que solo mejora cuanto más entrenas.
Tiene momentos divertidos, desde el primer momento simpatizas con los protagonistas. Cruce de personalidades llevadas un poco al limite, chica indecisa, que no se decide, que es infeliz, y no se adapta a su vida se va a vivir a París con un anciano maniático, gruñón pero entrañable, los dos sin darse cuenta se necesitan, se complementan para sentirse realizados, sus victorias y sus fracasos les harán más fuerte, típica comedia francesa por encima de la media, para terminar con una sonrisa al terminar de verla, un placer.
La historia cuenta la vida de una estudiante en un pueblo de Francia, que trabaja con el padre en un puesto de verduras en un mercadillo, con el que no tiene muy buena relación. A la vez tiene que ingresar en la universidad de París, por lo que necesita encontrar una habitación para vivir. Busca por internet y aparece una de un tal Sr. Henri que la alquila. En realidad no la alquila él sino su hijo que quiere que no viva solo.
Aquí comienza una historia de amor-odio entre la nueva inquilina y el anciano Sr Enri que pasa por momentos graciosos, entrañables pero también tensos. A medida que transcurre la peli va desgranando la relación entre padres e hijos, la lucha de muchos jóvenes que tienen que estudiar, trabajar y vivir con sus propios problemas y sobre todo las piedras que te van poniendo en el camino que hace que todo cueste más.
Las actuaciones son geniales, tanto de Noémie Schmidt como la joven estudiante, de Claude Brasseur como el anciano cascarrabias y un adorable Guillaume de Tonquédec como el hijo un poco inocentón del Sr. Enri.
Sin ser perfecta, demuestra una sencillez, una calidez tan entrañable que sumado a las excelentes actuaciones, su humor y su ternura, la hace altamente recomendable y sobre todo deja mensajes muy claros que te hacen pensar y reflexionar.