El silencio de los corderos
Sinopsis de la película
El FBI busca a Buffalo Bill , un asesino en serie que mata a sus víctimas, todas adolescentes, después de prepararlas minuciosamente y arrancarles la piel. Para poder atraparlo recurren a Clarice Starling, una brillante licenciada universitaria, experta en conductas psicópatas, que aspira a formar parte del FBI. Siguiendo las instrucciones de su jefe, Jack Crawford, Clarice visita la cárcel de alta seguridad donde el gobierno mantiene encerrado al Dr. Hannibal Lecter, antiguo psicoanalista y asesino, dotado de una inteligencia superior a la normal. Su misión será intentar sacarle información sobre los patrones de conducta del asesino que están buscando.
Detalles de la película
- Titulo Original: The Silence of the Lambs
- Año: 1991
- Duración: 115
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Opinión de la crítica
8.2
82 valoraciones en total
El magnífico actor Anthony Hopkins siempre tendrá mucho que agradecerle a esta película, pues sin duda gracias a ella, se ha ganado la inmortalidad en la historia del cine.
Y es que El silencio de los corderos , que ya de por si es una gran obra, siempre será recordada por la magistral interpretación de su actor masculino protagonista.
Pero hay mucho más en esta trama, la cual es una maravillosa adaptación del famoso libro de Thomas Harris. Jodie Foster tampoco se queda atrás en sus registros interpretativos y esa colosal contienda entre ambos personajes, es lo que hace principalmente elevar tanto las cotas de este trabajo de Jonathan Demme.
En El silencio de los corderos se pueden encontrar grandes dosis de intriga, de suspense, de misterio y por encima de cualquier cosa, unos diálogos geniales y una historia perfectamente llevada desde su principio hasta su fin.
Si además el final no desmerece en absoluto, pues nos encontramos ante una grandísima película en todos los sentidos, ante la cual, lo mejor que se puede hacer es disfrutar.
Para mí forma parte ya de la historia del cine, con escenas y pasajes inolvidables, así que si piensan como yo, no duden en tenerla entre sus favoritas y recomendarla.
Es un legado para los amantes del cine, el brillante villano que nos regala Anthony Hopkins.
Un villano peligroso que es altamente mortífero, macabro, psicológico y misterioso.
Rey en la galeria de los villanos de la historia del cine. Y es que este tipo de engendros siempre nos han fascinado… tienen el magnetismo de un depredador siempre al acechó, cierta magia, cierta sensualidad que atrapa a la victima sin remedio.
Mi mente no entiende el modus operandi de un asesino como Haníbal Lecter.
Solo otra mente enfermiza como la de él, lo entiende. Por eso siempre habrá quien cace a la bestia. En este caso la agente Starling se pude vestir de heroína, pero solo es otro espécimen tan raro como el mismo Dr. Haníbal Lecter.
¿Hay algo que se pueda añadir a uno de los mejores thrillers de los noventa?
¿Se puede mejorar algo el magnífico guión de Ted Tally?
La justa recompensa y también sorpresa en la ceremonia de los oscars la catapultaron a formar parte de la historia del cine, pero también a convertirse en un producto de consumo. A formar parte de la habitual parrilla televisiva. A estar colocada en un videoclub junto con Gladiator o Braveheart . A desprenderla de esa etiqueta de cult movie que tendría si los pronósticos se hubiesen cumplido.
¿Pero hay alguien que no la haya visto todavía?
Simplemente Jonatham Demme y Ted Tally desde sus títulos de crédito nos adelantan lo que vamos a ver: una mujer brillantísima que consigue todo a base de sacrificio, arrojo y esfuerzo. La soledad que le rodea y que le hace sentirse diminuta en un mundo de hombres. La ropa que luce en todo el filme, dos tallas más grande, así lo demuestra.
Lista como un demonio. Capaz de mimetizarse y lidiar con su jefe a modo de trepa, con un baboso con mucha pluma que intenta ligársela (no conozco a nadie que le caiga bien) y sobre todo con el asesino más sádico y caballero de la historia en un quid pro quo que ha creado escuela.
Sale por la puerta grande.
¡Con las dos orejas y el rabo!
Porque Clarise guarda un as en la manga. Un golpe de efecto que da título al filme y posiblemente la razón por la que una mujer tan fría y sádica como ella no se convirtió en lo que hay al otro lado del cristal o encerrado un sarcófago. La elección de los tres personajes principales: Clarice Starling, Hanibal Lecter y Buffalo Bill. Los tres con ojos azules, no es una mera coincidencia.
Cuentan que mucha gente abandonó la sala de cine en EEUU en la secuencia de la autopsia. Que fue uno de los filmes estrenados en salas comerciales más provocadores en su momento. Que ningún final cut o censor a golpe de tijeras evitó que la versión inicial no prevaleciese.
Por otro lado el tiempo pasa factura. Y en estos momentos resulta para nada repulsiva y mucho menos provocadora. Su estética ochentera tampoco ayuda mucho.
De ahí tal vez que no me parezca un filme con sabor a clásico. Con suficiente fuerza para perdurar dentro de cincuenta años. De conseguir las mismas y controvertidas emociones desde su estreno.
El silencio de los corderos se convirtió en todo un referente para numerosos filmes que intentaron repetir la fórmula sin asomarse de lejos al mismo resultado. Pero aunque en mi opinión envejezca mal, queda el esqueleto de un guión brillantísimo resuelto con elegancia por Demme y con dos pedazos de actores dispuestos a comerse el mundo.
Y los cuatro acertaron el 30 de marzo de 1992.
La favorita de ese año, J.F.K.: caso abierto , pagó los platos rotos y fue devorada vivita y coleando. Como le gusta a Lecter.
Cuando pienso en el Silencio de los corderos , aparte de que es un film de culto y posiblemente el thriller más relevante y popular de los noventa que triunfo por sorpresa contra todo pronóstico, lo primero que me viene a la cabeza es la escena del manicomio en que Miggs, el vecino chalado de Lecter, riega a la agente Starling con cierta substancia de elaboración propia.
Que barbaridad, como cambian los tiempos, lo que por aquel entonces a los que eramos niños nos parecía una escena de lo más fuerte hoy suena a tontería comparado con lo que se escucha por la tele (razón por la que me alegro de haber sido niño por aquel entonces y no ahora) y probablemente ahora lo sea… pero que placer malvado constituía en aquel entonces ojear esta cinta para contemplar la susodicha escena… ¿a que si?
Guarrerías a parte, si bien El silencio de los corderos no constituyó en si la primera aparición del asesino en serie más culto (y de culto) y refinado de la historia, pues el personaje del Dr. Lecter ya aparecía en la anterior y desapercibida The hunter , Anthony Hopkins, en el que sin lugar a dudas es el papel de su vida, le supo dar un aire tan refinadamente macabro y perturbador y hacerse el personaje tan suyo que es difícil hoy imaginar al doctor sin que acuda el rostro de Hopkins a la mente, lo que probablemente además constituya uno de los oscars más justos jamás concedidos.
Una historia buena y pegadiza, con múltiples ramificaciones, en la que no solo salen a la luz los demonios personales de los psicópatas, sino también los de los propios héroes, y otro chalado de lujo como Buffalo Bill junto a una agente intimidada por vivir en un mundo de hombres conforman el panorama de este auténtico clásico moderno, cuyo paso a la posteridad lamentablemente se vió (y vete a saber si verá) enturbiado por diferentes subproductos en forma de secuelas de desigual calidad.
Me… follaría… me follaría a mi mismo… hasta el fondo
Fefefefefefefefe (Que bueno era ese sonido de Lecter)
Es una de mis películas favoritas y aunque la he visto innumerables veces, me sigue pareciendo extraordinaria. Jonatan Demme acabó con todas sus neuronas para realizar un filme que reinstaló el thriller policial como género después de haber permanecido aletargado en los ochentas. Mas allá de las soberbias actuaciones de Jodie Foster y Anthony Hopkins (un ícono para la posteridad), la película se sostiene en un argumento inteligente y realmente duro para los estándares de entonces. Los serial killers estaban confinados a filmes gore de bajo presupuesto, pero aquí Demme ubica a sus Hannibal Lecter y Buffalo Bill como verdaderos star systems capaces de sostener una historia a pesar de lo horripilantes que sean sus fechorías. El choque veladamente sexual entre la virginal y novel agente del FBI Clarise Sterling y el oscuro Dr. Lecter es una de las subtramas que enriquecen la historia de por sí sórdida del destazador Buffalo Bill, a su vez de la admiración (deseo sexual?) de Sterling por su jefe Jack Crawford (Scott Glenn). Sin embargo, es Hopkins quien sin duda hace creíble todo con su performance del terrible Dr. Lecter, componiendo un personaje detestable y a la vez atrayente por su misma malignidad. Hay muchos mensajes subliminales en la película, pero es dificil encontrarle peros porque desde el comienzo te atrapa y no te suelta hasta su electrizante final. Escenas notables las de la fuga de Lecter y el enfrentamiento de Clarise con Buffalo Bill en el cuarto oscuro (de primera) hacen de esta película una verdadera joya de los noventas. Olvídense de la catarata de óscares que ganó, porque es un filme imprescindible para cualquier aficionado al cine que se respete.