El secreto de Anthony Zimmer
Sinopsis de la película
Anthony Zimmer es un hábil estafador que está en el punto de mira de todas las policías del mundo, aunque nadie conoce su aspecto. Sin embargo, entre los que quieren darle caza hay alguien que juega con ventaja. Akerman, un policía bastante peculiar, sabe que Zimmer arriesgaría su vida por ver de nuevo a Chiara. Mientras tanto François, un hombre normal y corriente, es abordado en un tren por una atractiva joven…
Detalles de la película
- Titulo Original: Anthony Zimmer
- Año: 2005
- Duración: 90
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Opinión de la crítica
Película
5.7
43 valoraciones en total
Partimos de un inicio con cierto aire a clásico de los años 50, unas piernas que se dirigen a una cafetería…y el inicio de una historia de toda la vida de cine negro, de ladrón perseguido, sin identidad física conocida, femme fatale, pardillo que le pillan por ahí, una espectacular costa azul (quien no quisiera estar en esos hoteles tan lujosos y en esas playas tan blancas y azules), rodeados de policías, delincuentes y demás personajes. Chica enamorada dispuesta a todo. Hombre con vida gris que descubre momentos de aventura. Algunos altibajos de guión, historia pausada, final sorpresa.
Pegas: pues varias, pero mínimas para lo que actualmente hay en cartel.
No es ni Atrapa a un ladrón ni Con la muerte en los talones pero es entretenida, se deja ver, mantiene el tipo y si esta fuera norteamericana hubiera arrasado en los blockbuster como una de las taquillas del año.
Para los fans de Sophie Marceau pues para que pedir más.
Película de intriga con una historia en la que encontramos trama policiaca, habilidad, inteligencia y amor. Bellos planos exteriores. Ritmo, diálogos y música buena, que mantienen la intensidad durante todo el film sin grandes bajones.
Personajes e interpretaciones notables, con una Marceau seductora y un muy creible Yvan Attal. Falta de papeles interesantes para los secundarios.
Final que deja una suave sonrisa al espectador. Recomendable.
Imaginemos a un hombre del montón que ronda los 40 años, con una profesión aburrida, recién divorciado de su mujer, que se dirige a unas vacaciones, previsiblemente anodinas, en el interior de Francia. El único lujo que se permite es viajar en la 1ª clase del TGV. Su principal distracción, las novelas policíacas. De pronto una mujer atractiva, de ojos profundos y personalidad misteriosa, toma asiento frente a él y comienza a desplegar sus armas de seducción. Al llegar a su parada, le pregunta si desea acompañarla. La respuesta es obvia, y a partir de ella, la aventura está servida.
El equívoco marcará el destino de ese hombre que, confundido con un importante estafador, deberá aplicar todos los trucos leídos en sus novelas para conservar el pellejo intacto.
Ya desde el principio me enganchó con esos decididos andares de Sophie Marceau, que gratamente trajeron a mi memoria los imponentes andares de otras grandes francesas que abrían otras intrigas: Fanny Ardant en Vivamente el domingo, Nathalie Baye en Luna de miel… me encantan esos inicios, en los que esas grandes damas se imponen como las reinas de la función sólo con un paseíto.
Lo que sigue es una especie de remake de Con la muerte en los talones de Hitchcock, muy afrancesado por lo que tiene de sofisticado y lujoso (en la línea también de elegantes thrillers galos como Place Vendôme, con Catherine Deneuve)
¿Qué ocurre? Que desde luego Yvan Attal no es Cary Grant, sino uno de esos actorzuelos franceses destroza-películas, insuficientemente versátil para transmitir la duplicidad de su personaje (bueno, ni su duplicidad ni ninguna de sus caras, porque es un negado total, y encima feo)
Tampoco Sophie Marceau es Eva Marie Saint… ni falta que le hace. Misteriosa, resbaladiza, inaprensible… me resultó tan fascinante y absorbente que a veces me sacaba de la intriga y me hacía perderme un poco en una trama un tanto escurridiza.
Su cruce de piernas en ese tren tan hitchcockiano me parece uno de los mejores de la historia del cine.
Los diálogos, concisos, saben transmitir ambigüedad y misterio sin resultar artificiales ni pedantes.
La fotografía es perfecta para cada ocasión: fría en las dependencias policiales, ardiente durante la cena íntima…cambiante, polimorfa como los propios personajes.
Otras cosas que también me gustaron del apartado visual fueron la recurrencia al simbólico color rojo en prendas y objetos (hay algo de sangre pero también amor), y los numerosos planos aéreos con enfática música (ahí me acordaba de Instinto básico)
Hay buenos detalles de puesta en escena, como esas cápsulas sobre la escalera metálica que comienzan a temblar indicando que alguien baja rápida y peligrosamente…
Hay, pues, buena dirección, sólido guión, acertada música, excelente fotografía y (¡ay!) desigual interpretación, pero el resultado global de esta historia sobre lo engañoso de las apariencias es muy bueno.
316/23(18/12/12) Promete más de lo que ofrece. Intenta ser un Hitchcock sofisticado se queda por el camino. Entretiene sin más,se ve tan rápido como se olvida. Con escenas de acción anodinas, nada destacable Y si a todo esto le sumamos lo tramposo que es su final, encima sentimos que nos han tomado el pelo. Lo mejor sin duda su elegante puesta en escena y lo dicho anteriormente, que su corta duración se pasa en un santiamén. Recomendable a los incondicionales del thriller. Fuerza y honor!!!