El rojo y el negro
Sinopsis de la película
Adaptación de la novela homónima de Sthendal. Francia, Siglo XIX. Julian es un tipo sin escrúpulos, capaz de cualquier cosa con tal de ascender en la escala social. Aunque es hijo de un carpintero, en lugar de trabajar como sus hermanos, el se pasa el tiempo leyendo libros.
Detalles de la película
- Titulo Original: Le rouge et le noir
- Año: 1954
- Duración: 193
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Opinión de la crítica
Película
6.4
91 valoraciones en total
Si alguien desea una clara y bien recreada plasmación de la sociedad europea del siglo XIX (sobre todo de su primera mitad), la novela Le Rouge et le Noir (Rojo y Negro) que, el escritor francés Stendhal, publicara en 1830, lo va a dejar bien ilustrado. El papel que jugaban las instituciones del Estado (ejército, jueces, alcaldes…), el rol de la iglesia, las tradiciones burguesas y la suerte de moral que imperaba entonces en sociedad, lucen aquí al desnudo con la picardía, la acidez y los matices psicológicos que hicieron grande a la literatura francesa.
>, fluye muy gratamente sin que fatiguen en lo más mínimo los 193 minutos que dura su proyección. Cine sociológico de primera clase.
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El título del libro, hace referencia a los colores de los trajes usados por los militares (el rojo) y por el clero (el negro), dos instituciones muy entrelazadas entonces (y hoy) para preservar el control y la manipulación en (casi) toda sociedad… y esto queda, también, muy bien plantado en la novela.
Se trata de un joven de 23 años, llamado Julien Sorel, cuyo padre, un modesto carpintero, ha tenido diferencias con el alcalde de su natal Verrières, y de pronto, la cultura alcanzada por su guapo hijo -seminarista y experto en latín al punto de superar a su maestro-, hace que sea llamado por el alcalde, Moirot de Rênal, para que ejerza de preceptor de sus pequeños hijos… pero, Louise, su aguantadora y recatada esposa, es una mujer muy atractiva y… cuando los ojos se entusiasman, la mente comienza a pensar en una nueva dirección y, para desgracia de algunos, estos les ocurre a ambos.
La novela de Stendhal, ya había sido llevada al cine en al menos tres ocasiones, siendo la última, Il Corriere del Re (Gennaro Righelli, 1947), pero, hubo que esperar hasta 1954, para que, por fin, pudiera verse esta adaptación del director francés, Claude Autant-Lara, en la cual se ha puesto el máximo empeño para lograr algo digno de la clásica novela.
El guion, del propio director, en colaboración con Jean Aurenche y Pierre Bost, se toma las necesarias libertades, no solo para ajustarse al tiempo cinematográfico sino para sorprender a los espectadores con ciertos giros en la trama, pero, en general, es muy fiel al espíritu de la novela y la película tiene aroma a Stendhal ¡y claro, a Autant-Lara!
Las contradicciones sociales (burguesía-proletariado, entre el no y el sí), fluyen entre los protagonistas, y una llamativa historia -con eros y thanatos en la proa- se irá deshilvanando deliciosa y trágicamente. Por supuesto, la moral de la época no daba para abiertas desinhibiciones… y el filme también conserva su recato, pues tampoco, 1954, daba para tomarse ciertas licencias.
Con un valioso y carismático reparto encabezado por Gérard Philipe, Danielle Darrieux y Antonella Lualdi, <
Título para Latinoamérica: <
Una sola crítica, con esta dos, para esta delicada obra maestra, que sigue bastante bien a la novela, una de las mejores del siglo XIX. No es justo.
Todo cuidado hasta el detalle, la escenografía, el vestuario, la fotografía, la música. Gérard Philipe lo borda, como solía hacer, un actor con un carisma especial, y aquí encarna a la perfección ese afán de medrar con una cierta ingenuidad malévola. Ella, la Darrieux está formidable en ese papel de madurita enamorada.
Es claro que la novela dice muchas más cosas y permite una mayor profundización en el personaje, pero lo esencial está aquí.
Película de los años cincuenta, década de gracia en el cine, no sólo en Estados Unidos, Italia o Suecia, también en Francia.
Romanticismo para flipar.
Basada en la novela del mismo título (Le Rouge et le Noir) del escritor Stendhal, publicada en Francia, 1830. Una de las mejores novelas (dividida en dos libros) del siglo XIX, porque su historia es realmente atrapadora del interés y del seguimiento ininterrumpido, dado su protagonista Julien, tan apasionante, atrevido y fervoroso discípulo de la hipocresía que la usa como una táctica con tal de escalar puestos sociales y mejorar desde sus orígenes plebeyos hasta un estatus social de poder y nobleza, ya en el Ejército ya en la Iglesia (de ahí los colores rojo y negro) o si cabe dejando embarazada a la hija de una familia noble, el objetivo y fin es elevarse e irse comiendo la vida a bocados sabrosos, en vez de vivir como un hombre honesto o transparente lo cual por lo general no conlleva más ganancia que ser pisoteado y devorado sin más por la vida.
El guión del filme respeta muchos de los epígrafes de personajes históricos que Stendhal utiliza en su excelente novela al comienzo de sus capítulos. Por ejemplo: Al hombre se le ha dado la palabra para ocultar sus pensamientos . Sin duda esta novela es sublime y vehemente, y está llena de reflexiones de enorme profundidad. Verbigracia: Sólo los necios se enfurecen contra los demás.
El argumento se centra en el joven atractivo y cautivador, Julien Sorel, hijo de un carpintero de pueblo, pero de cuerpo tan bello y lengua tan cameladora que nada más verlo y oírlo las mujeres se quedan extasiadas de amor por él. Narra la aventurera existencia de este vividor, empeñado en trepar lo antes posible en la sociedad, usando para ello su enorme talento, su dominio de las formas, de la seducción, de la hipocresía, del revestirse por fuera según convenga pero guardando ocultas sus verdaderas intenciones y deseos de poder. Julien, que admira al ya caído General Napoleón Bonaparte, considera que todo éxito y conquista relevante en esta vida requiere del combate o la pelea, por eso él se toma su objetivo de ascensión social como un combate vital donde la estrategia (nunca mejor dicho napoleónica) es indispensable. Sin embargo, como muchas veces suele ocurrir, una cosa son los propósitos que nos hacemos y los cálculos que echamos a priori y otra bien distinta los resultados que llegan a producirse, pues la vida conlleva infinidad de imponderables imposibles de prever o poner bajo control, y uno de ellos es el amor, la pasión amorosa y sus efectos secundarios.
Los protagonistas principales de esta entrañable película, Gérard Philipe como Julien Sorel y Danielle Darrieux como Madame de Rênal, son de una línea teatral casi de estilo oriental, pero no por ello menos sugestiva, digna o hermosa. Para mí, aunque puedan aparecer algo acartonados o poco vitalistas en el vitalismo que representan, resultan enamoradizamente emblemáticos, delicadísimos yin y yang en su conmovedor drama romántico.
Fej Delvahe