El precio de la libertad (Miniserie de TV)
Sinopsis de la película
Miniserie de TV (2011). 2 episodios. Basada en la vida del político vasco Mario Onaindia, nacido en Bilbao en 1948. Socialista, intelectual y ex miembro de ETA político militar -en 1970 en el proceso de Burgos contra varios miembros de ETA fue condenado a muerte-, Onaindia se apartó de la violencia y participó activamente en la política vasca durante muchos años. Falleció en 2003.
Detalles de la película
- Titulo Original: El precio de la libertad
- Año: 2011
- Duración: 150
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Opinión de la crítica
Película
5.8
31 valoraciones en total
Un ejemplo claro de que una tv movie también puede ser una gran película. Muy buenos interpretes, una fotografía de auténtico lujo (el maestro Carles Gusi) y un guión muy sólido hacen que este film sea más que una digna película biográfica.
Muchos la han critícado por su contenido político(gente deleznable y aburrida que no saben quedarse con lo meramente cinematográfico) pero lo cierto es que la película tiene momentos entrañables y cómicos (los momentos de la cárcel de Burgos) partes emotivas (el juicio) y mucha tensión (la paliza policial, la pena de muerte).
Muy recomendable.
Esperemos que salga en DVD.
El argumento de la película no tiene muchas vueltas. Es como contar que va a pasar en la película Titanic. El que haya oído algo de la vida de Mario Onaindia pues ya sabe de que va.
A pesar de ello, la película (o telefilme) me pasó volando. El tema del proceso de Burgos (que hizo tambalear al franquismo), las escenas en la cárcel o la negociación con los polimilis, pienso que están muy bien.
No lo niego, me gusta mucho el tema, pero a pesar de sus errores, sus saltos de guión, el buen rollismo y los mundos de yupi que a veces desprende (a veces) pues me ha gustado mucho porque, una cosa, los americanos pueden hacen películas del 11-S, de terroristas en la casa blanca o de la guerra del vietnam y nosotros por qué no podemos hacerla de nuestra historia.
Está claro que canales autonómicos como ETB o TVG apuestan fuerte por su ficción., Y cuando se apuesta fuerte el producto, en el peor de los caso,s sale normal o como en este caso bastante bien.
Finalizo diciendo que la película tendrá sus fallos pero más triste me parece que haya personas que no sepan quienes fueron Jon Idígoras, Pertur o nuestro protagonista Mario Onaindia, al igual que alguien piense que ETA-PM y ETA-M o los comandos autónomos anticapitalistas son palabras sin sentido o jugadores del Shangay Football Club.
Miniserie que presenta el proceso de Burgos previo al fallecimiento de Franco y a la instauración de la democracia en España, visto desde el punto de vista de los etarras coetáneos con el dictador Franco y la dura represión que instauró para la mayoría de la sociedad española durante la dictadura de 40 años.
Mario Onaindia, fue uno de los políticos vascos de la incipiente democracia que fue juzgado y condenado a la pena de muerte durante dicho proceso, sentencia que luego le fue conmutada por cadena perpetua, y que fue uno de los principales artífices, junto con muchos de sus compañeros de ETA político-militar, que dejaron las armas con la instauración de la democracia.
La disolución de ETA político militar fue su gran y extraordinario logro. El grupo terrorista ETA, en su rama militar, que siguió con su lucha armada, ordenó su muerte. Gran demócrata vasco para la historia.
Mi valoración: 6.
Quiero empezar diciendo que siento un gran respeto por la historia política de Mario Onaindía quien, al igual que el ex presidente uruguayo Pepe Mujica, pasó de la cárcel, las torturas y las condenas por terrorismo, incluyendo la pena de muerte, a la libertad, el respeto y la democracia bien entendida.
Nada nuevo para quien leímos las memorias de Onaindía en un libro que lleva el mismo título del telefilm o miniserie, que en su primera parte cuenta la misma historia que Imanol Uribe en su película El Proceso de Burgos estrenada en 1979 y narrada por los mismísimos procesados y algunos de los abogados y, por cierto, bastante más creíble y contundente que lo que ahora se critica, y todo eso sin hablar del libro El Proceso de Euzkadi en Burgos, 31/69 editado por Ruedo Ibérico en 1971 en París y escrito bajo pseudónimo por Kepa Saliberri que no es otro que Francisco Letamendía, abogado defensor de Mario Onaindía en el citado juicio. El gran error del sistema de entonces fue no haber previsto que los acusados se podrían convertir en acusadores, como así fue, y todo ello con la lógica divulgación de todos los medios mundiales que obligaron a Franco a hacer uso de una palabra, un concepto, que creíamos no existía en el diccionario del Dictador, la piedad. La historia casi 5 años después demostró la terrible verdad sobre el pío y católico personaje que sí se ratificó en la condena a muerte de 5 españoles.
Pero vayamos a la miniserie, muy buenas intenciones, pero Mario Onaindía se merecía algo más, se merecía que el casting hiciera una mejor selección de actores para reencarnar a ese hombre voluminoso y cara de bonachón, porque Gutiérrez nunca supo meterse en el personaje, pulula por la cinta sin saber quién era el verdadero Mario. Sin embargo desde el minuto uno se podía reconocer físicamente al compañero de Mario, Teo Uriarte, ¿por qué no hicieron lo mismo con el protagonista?.
Hay situaciones que no superan la nota mínima del dramatismo, hablo de la actriz que da vida a la madre de Mario que parece sacada de una película de Navidad de la factoría Disney, hablo del padre (gran actor en otras películas) que tiene tremendos altibajos en su interpretación, hablo de los militantes juzgados cuando se les comunica que han sido condenados a muerte, su reacción es similar a la que se experimenta cuando a uno le dan los resultados del último partido de fútbol, y aquí uno no puede evitar comparar la mala dirección de esta película con la que es capaz de trasmitir Huerga en su película de parecida historia Salvador (Puig Antich). Hablo de la poca credibilidad que tienen los discursos de los protagonistas cuando hablan de la lucha obrera y de su lucha reivindicativa. Hablo del poco partido que se le saca al juicio cuando en sí mismo representa uno de los episodios más interesantes de la historia reciente de España.
Para acabar, hay un tremendo error en el discurso en off de Franco en el balcón del Palacio de Oriente de Diciembre de 1970 que confunden con las imágenes y consignas de otro en el mismo sitio y la misma razón por la cual tuvo que salir al balcón el Dictador en Octubre de 1975, esa fue la última vez que se le vio de pie y, por ende, con vida.
Todo lo que escribo se refiere a la primera parte de las dos que consta la miniserie, la segunda no pude verla por respeto a Mario Onaindía.
A destacar y agradecer los 2 minutos que se le conceden a Javier Krahe, todo un detalle que se agradece.
Miniserie con olor a telefilm pero con un guión contundente y unas buenas interpretaciones en las que sabe apoyarse. Este producto de ETB (vetado por TVE desde 2012 y quién sabe hasta cuándo, a pesar de haberlo coproducido) es una interesante anomalía de la televisión española, aunque cada vez lo es menos. Demasiado acostumbrados estamos en este país a ver productos blancos que no tratan de ofender a nadie, que de hecho lo normal es que busquen contentar a todo el mundo. Esa forma de hacer televisión empezó a cambiar en 2011, con una serie poco conocida que se llamó Crematorio, y es curioso que del mismo año fuera este otro producto. Gracias a las dos pioneras, y a una tercera que se las vio y se las deseó para salir en antena (Isabel, de 2012), algo cambió a la hora de hacer televisión en España, y ese cambio ahora parece irreversible, como el tránsito que narra la miniserie.
El precio de la libertad es un producto disfrutable pero también serio, que no trata al espectador como un crío al que hay que explicarle todo con detalle, sino como a un adulto que sabe lo que está bien y porqué. Por ello, aunque flojee en varios aspectos, la mayoría técnicos (insisto que en algunas escenas no puedo evitar notar cierto tufillo a telefilm y no a cine), creo que este producto es muy interesante, para recordar lo que fue la dictadura y la transición, para recordar un poco nuestra historia reciente, pero sobretodo para hacernos pensar lo mucho que pueden cambiar las cosas si ponemos algo de nuestra parte. El precio de la libertad no gustará a todo el mundo, a la vista está que mientras está gobernando la derecha sigue sin emitirse (cosas de la censura, que de una forma u otra jamás abandonó este país), pero tampoco creo que lo pretenda, pero en cualquier cosa qué menos quedarle una oportunidad (no es perfecta, pero es que en esta vida muy pocas cosas lo son).