El parasol
Sinopsis de la película
El ingeniero Enrico Marnetti va a pasar el fin de semana con su mujer, que está veraneando en la playa de Riccione. Su aparición en la colonia de vacaciones desvela la red de relaciones, hipocresías y mentiras que la componen, de las que la pareja no se puede librar.
Detalles de la película
- Titulo Original: Lombrellone
- Año: 1965
- Duración: 93
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Opinión de la crítica
Película
5.9
88 valoraciones en total
Flojísima comedia de Risi que, tan empeñado en ridiculizar a esa hortera clase media de la época, se olvida de que la sátira funciona mejor si se le añade algo de comicidad. Porque momentos de risas, incluso sonrisas, no existen en absoluto. Sólo burdos planteamientos de ridiculización de los personajes que provocan rechazo en vez de complicidad. La película, sobre todo, aburre.
Se ha dicho por aquí que en aquella época en España estábamos con Sor Citroen . Es cierto, pero también en 1965 Fernán Gómez filmó Ninette y un señor de Murcia después de la estupendas El mundo sigue y El extraño viaje . Y Summers acababa de filmar La niña de luto , ejemplo de escuela de lo que es una sátira dramática. Quizá Risi debería haberla visto antes de filmar este tostón.
En fin, que para reírme de los horteras playeros, que quieren que les diga, prefiero a los Landa, Gómez-Bur y López Váquez típicos de las películas ambientadas en la Costa del Sol. Son más zafios, si, pero muchísimo más cómicos.
Una película bastante modesta realizada por un director muy admirado por los aficionados a la comedia italiana por representar un estilo específico en la forma de analizar los comportamientos sociales. En El parasol se muestran mediante las distintas situaciones las manias de un sector de la sociedad italiana de aquellos tiempos pero las peripecias no revelan interés porque resultan simples y elementales hasta el punto de que se puede decir que la película carece de un argumento más o menos sólido. Casi todo son anécdotas que no mantienen del todo atento al espectador. Aunque sea una coproducción entre Italia, Francia y España el estilo de humor es específicamente italiano así como el tono general de la propuesta. A la hora de reflejar lo pesado que puede resultar un veraneo hay una comedia muy conocida de Lazaga como es Verano 70 que lo hizo algo mejor que El parasol y en la que también intervenía la peculiar Trini Alonso que es la que más papel tiene del grupo de actores que forman la aportación española. Helga Liné y José Calvo tienen papeles irrelevantes que no les permiten el lucimiento que tuvieron en ocasiones anteriores. La película se apoya en una refinada fotografía en color y las mejores escenas no son las escenas playeras sino las del principio donde aparece una Roma poco transitada y muy tranquila dadas las fechas. De ahí se salta al barullo del lugar de veraneo pero tras establecer ese contraste va decayendo progresivamente. La obra no estorba de todas formas.
La mayoría de matrimonios se aburren si están solos. Esto no es un delito, pero es un hecho. Por eso se van el finde, con otras parejas, de casa rural, o a cenar en grupo… Por eso se miran a la cara cada vez menos. No hace falta cargar las tintas en dramones, infidelidades, grandes separaciones desgarradoras… para subrayar este hecho. Sólo pequeños soplos que avivan el fuego del hastío, y eso mismo hace Risi con sus personajes de mediana edad. Conocemos tantos casos… casi siempre por un anhelo de saberse aún deseable ella, casi siempre por la carne él, (y no ahorra carne la gozosa cámara de Risi, carne prieta embutida en bikinis o atrevidos trajes de noche, porque aquí, como nunca, el desnudo está justificado por el guión, aunque no haya desnudo al haber censura todavía)
Al final, lo que iba para pura amargura acaba difuminado por cierta piedad y cariño hacia la pandilla de puretas veraniegos. Ya le ha pasado a Risi en otros filmes, donde parece arrepentirse del inaudito vitriolo con que lo envenena todo y se pone a plantar arbolitos en el paisaje que ha arrasado. Al fin y al cabo, sus personajes son de la misma clase que el cineasta, así que ¡cómo no va a quererlos aunque los conozca bien!!
También les querremos nosotros si tenemos esa edad que nos hace reconocerlos, entonces nos serán menos patéticos. La pandilla de locos puretas del film es vomitiva y maravillosa al mismo tiempo, aunque interesa básicamente como un conjunto universal, cada miembro individual recibe una certera pincelada, no por breve menos certera. Quizá se han cargado demasiado las tintas en la capacidad de esta gente para no agotarse programando fiestas y actividades y viendo amanecer, pero bueno, ello da lugar a escenas muy divertidas, a la cabeza la magistral secuencia de la fiesta en el yate, con la señora espatarrada gritando ebria rodeada de viscosos pescados, y la posterior amanecida en la playa, como si de una nueva Dolce Vita arrabalera se tratara.
La cámara de Risi no descansa, buscando un hueco en el abigarrado y abarrotado espectáculo del turismo de masas, vulgar y sucio, sin el menor resquicio para el glamour que sí tenían los antiguos nobles que descansaban en el mar, sin rastro de belleza, de palacios romanos como los que aún, en su putridez, tenían la cinta de Fellini y la más reciente de Sorrentino, La grande bellezza . Aquí solo hay decadencia paleta y gritona, chumba chumba como el del actual Benidorm, sudor en horribles discotecas. Y todo se engarza con un ritmo notabilísimo y bullicioso, perfecto para este Benidorm hortera italiano del que el director quiere huir pero no puede, porque allí están sus personajes. Uno de ellos, por cierto, muy bien creado por Enrico Maria Salerno, precisamente un hombre en decadencia física y sin nada especial que destacar.
Una buena película, tristísima y muy recomendable. Qué grande era la cinematografía italiana en épocas en que aquí andábamos con Sor citroén . A falta de una mirada crítica nacional, el cine de Risi puede ser un veraz espejo para mirarnos y comprender algunas cosas sobre nosotros mismos, tan parecidos a los trasalpinos.