El otro barrio
Sinopsis de la película
Tras verse envuelto en una serie de accidentes mortales, y mientras dura la investigación, Ramón, un chaval de 15 años, huérfano de padre, ingresa en un centro de acogida. Para él será una sensación como de estar despertando de un sueño, un sueño vivido en Vallecas, un popular barrio obrero de Madrid, junto a su madre y su hermana que le han dedicado la vida entera y que ahora no pueden hacer nada por él, aunque sepan que es inocente. En el centro Ramón encuentra un compañero en el parlanchín y débil Aníbal. Mientras, su nexo con el exterior es Marcelo, el abogado que lleva su caso que, como él, se crió en Vallecas. El problema es que, para que Marcelo le ayude, Ramón tiene que enfrentarse con un pasado que prefiere olvidar, un amor perdido en el tiempo y el descubrimiento de un secreto que debe salir a la luz…
Detalles de la película
- Titulo Original: El otro barrio
- Año: 2000
- Duración: 126
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Opinión de la crítica
6
89 valoraciones en total
La película esta basada en él también fabuloso libro de Elvira Lindo del mismo titulo.
Es la historia de un adolescente que se hace mayor de repente por un inexplicable suceso sangriento y desafortunado donde deberá demostrar su inocencia. Esto le llevará a descubrir un pasado que ignoraba pero que no le queda más remedio que asumir.
Es un film que uno por casualidades del destino o el azar descubre sin querer, dejando un grato sabor de boca. En pocas palabras, una gozada de película. Que al ser española y no contar con efectos especiales de ningún tipo y carecer también de escenas de acción ha pasado sin pena ni gloria por la cartelera.
Admito que la encontré en un videoclub pero la historia, los diálogos y los actores (casi todos desconocidos menos Willy Toledo). Me encantó.
Marcelo (Alex Casanovas) es un apuesto abogado, vive en un chalet a las afueras de Madrid, está casado con una guapa y comprensiva mujer y es padre de un bebé. Sólo tiene 30 años y ya ha cumplido todos sus sueños.
Ramón (Jorge Alcázar) es un adolescente con sobrepeso, vive con su madre y su hermana en un piso de Vallecas y está acusado del asesinato de un vecino. Su futuro es tan oscuro como su pasado.
Marcelo y Ramón se encuentran, pero su encuentro no es casual. Ambos nacieron en el mismo barrio, ese barrio del que Marcelo decidió escapar. Si ahora vuelve es para saldar una deuda. Cree que si ayuda a Ramón el pasado no volverá a perturbar su trabajada felicidad. No sabe cuánto se equivoca.
Salvador García Ruíz –director de la ya prometedora Mensaka- acierta en el tono de la película y en el dibujo de personajes. El punto de partida –el libro del mismo título de Elvira Lindo- ayuda mucho, pero es indudable que él también conoce el lenguaje de la calle y puede ver, más allá de la pura observación, qué se esconde detrás de cada mirada, de cada gesto involuntario.
Se le pueden reprochar ciertos excesos que en realidad parecen prestados de otras películas y de otros géneros (el toque gore y absurdo de la cadena de derramamiento de sangre que provoca Ramón al principio de la película, la innecesaria aparición física del padre que no llegó a conocer), pero se le perdonan por la grave emoción que provocan otros muchos (una confesión sin confesor, una ventana que se cierra, una mentira piadosa).
Es posible que la ausencia de rostros populares, su tempo lento y una duración que supera las dos horas hayan hecho de El otro barrio una película apenas conocida. No está el cine español en condiciones de prescindir de semejante lujo.
Dudé si puntuarla con un cinco o un seis. Al final le puse la nota más alta. La película parte de un interesante libro escrito por Elvira Lindo.
Durante todo el metraje ofrece claves que no consigues olvidar, son femeninas, pese a la crudeza desangelada de alguna de sus escenas.
Es una película de perdedores nostálgicos, que no ha sabido plasmar la riqueza del libro, desaprovechado en su mayoría.
Una lástima que la estructura del largometraje no poseyera mejor ritmo. Escenas maravillosas, junto a otras que no dicen nada, conducen a un desdibujado retrato de los personajes de ese barrio.
La historia comienza cuando Ramón (un joven de 15 años), debido a un pequeño incidente, tiene que abandonar su casa, su barrio de toda la vida, para irse a vivir a un centro de acogida. Este hecho, al contrario de lo que pudiera parecer, en realidad es una salida hacía la libertad.
Para defender a Ramón, su familia recurre a Marcelo, antiguo vecino, amigo de la familia y recien regresado a la ciudad.
Ramón no es feliz en su casa. Su madre y su hermana le tratan como a un crío, de su mejor amigo piensa que solo se aprovecha de él, écha de menos a un padre al que apenas conoció, está totalmente desarraigado, asfixiado por el entorno
Sin embargo en el centro a Ramón lo tratan como a un adulto, tanto su abogado, como los monitores (uno de ellos es Gillermo Toledo). Para su compañero de cuarto, un chico débil y parlanchin, Ramón es el primo de Zumosol… Está aprendiendo a vivir por sí mismo y ahuyentar sus fantasmas del presente y del pasado.
Para Marcelo ayudar a Ramón es volver a su barrio, del que se marchó para estudiar y del que tampoco guarda un buen recuerdo. Afloran en él pasajes dolorosos que no había olvidado del todo, pero al mismo tiempo, ayudando al muchacho, trata de redimirse de todo aquello que dejó atras.
En esta pelicula se reflejan las miserias de vivir en un barrio suburbial, donde todos te ven y todos te oyen. Donde no tienes intimidad ni en tu propia casa. Donde se vive de cara a la galería con el miedo al que diran . Donde los secretos mas sórdidos se callan aunque siempre pueden ser objeto de cotilleos.
Los protagonistas (Álex Casanovas y Jorge Alcázar) tienen una actuación apenas correcta, pero los secundarios Alberto Ferreiro (el compañero de cuarto) y Pepa Pedroche (la hermana) bordan sus papeles, muy aptos para el lucimiento por otra parte, así como también Emper Ferrer (la madre).
La pelicula tiene un par de lastres. El mal endémico del cine español (al menos el de esta época) que es el deficiente sonido que hace apenas audibles algunas conversaciones. Y el desencadenante de la historia, al principio, que resulta un tanto hiperbólico y, por tanto, poco creible.
Lo dicho, de vez en cuando la vida (el cine español) nos sorprende con pequeñas-grandes historias que merecerían mayor atención y reconocimiento.
A mí me fascina esta mujer. Y como fan de sus novelas que soy, las adaptaciones de éstas al cine siempre me decepcionan (salvo que el guión lo escriba ella)
En EL OTRO BARRIO también sucede esto, sobre todo en la escena del accidente, que en la novela es realmente gracioso y aquí es una escena sosilla.
NO ME GUSTA:
– La elección del niño protagonista, que no sólo no sabe hablar y no le entiendes nada, si no que además tiene un físico pelín desagradable, lo que hace muy chungo empatizar mínimamente con él.
– Alex Casanovas. Incluso en las escenas en que debería parecer tierno está más tieso que una vela, y una cosa es la contención y otra la inexpresividad.
– El sonido. Es muy pero que muy malo. Hay diálogos enteros que no se oyen. Hay otros que se oyen a trozos, a unos actores sí y a otros no, dependiendo donde estén sentados…
ME GUSTA:
– Que al fin y al cabo, no deja de ser una historia engendrada en la cabecita de mi adorada Elvira.
– Guillermo Toledo. El es único al que se le entiende cada vez que habla. Se agradece un actor con oficio y capacidad de vocalizar.
– Alberto Ferreiro. Sabe darle a su personaje la misma dimensión que tenía en la novela. La verdad es que este chaval es pa comérselo. Consiguió que olvidara mis prejuicios (por lo de la adaptación de Elvira) y disfrutara de lo Lindo.