El mundo de ayer
Sinopsis de la película
Mientras se prepara para dejar la política, Elisabeth de Raincy, presidenta de Francia, descubre que un escándalo afectará a su sucesor designado y dará la victoria al candidato de extrema derecha. Ella y su equipo tienen tres días para cambiar el curso de la historia por todo tipo de medios y estrategias.
Detalles de la película
- Titulo Original: Le Monde dhier
- Año: 2022
- Duración: 89
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Opinión de la crítica
Película
5.1
43 valoraciones en total
El mundo de ayer coincide en el título con el de una excelente obra del, más excelente aún, escritor Stefan Zweig. Sorprendentemente, Diastème, guionista y director del film, sostiene que su película es una adaptación de las memorias del autor austriaco. Si tal era su intención, podemos asegurar que ha logrado un auténtico fracaso. Y si, simplemente, quería inspirarse en la angustia de Zweig ante un mundo –el de la Vieja Europa a comienzos del siglo XX, antes de que la II Guerra mundial terminase de destrozar lo que no había conseguido la Primera, que se desmoronaba…– entonces volvemos a constatar que el recurso de Diastème basándose en Zweig, o bien es solo una manera de legitimarse, o se confundió de libro.
El único paralelismo que puede encontrarse entre el papel y el celuloide es la proximidad amenazante de Hitler en un caso, y un candidato de extrema derecha en el otro. En ambos casos dicha línea argumental es mínima. Zweig redacta un extenso ensayo que incluye todas las ideologías y tendencias culturales del momento, recurre a la Historia y a la Filosofía y explora con seriedad el interior del ser humano de su tiempo. Diastème deambula por los pasillos de la residencia presidencial entre intereses políticos, oscuras conspiraciones, favoritismos, enchufes y, muy débil y superficialmente, estaciona en los sueños que tenían los protagonistas cuando empezaron su carrera política.
El relato es frío, confuso y no parece que lleve a ningún sitio. Si el futuro se presenta peligroso por el fundamentalismo del próximo vencedor de las elecciones, las motivaciones y procesos de los protagonistas no son mucho más tranquilizadores, pues obvian cualquier referencia a los problemas de los votantes, las soluciones que se supone han llevado a cabo y tampoco hay ninguna reflexión remotamente profunda acerca de la democracia y los valores que la sustentan. Todo queda reducido a un trapicheo por el poder desconectado de la vida real.
Con este planteamiento, el film no consigue ni intrigar, ni emocionar ni, mucho menos, asustar. La cámara y la banda sonora cumplen y los actores hacen lo que pueden con lo fatuo de sus roles asignados, pero entre todos ellos no consiguen formar un relato coherente que deja al público, afortunadamente después de solo hora y media, pensando qué quería exactamente transmitirnos su director y en qué universo coincidió con Stefan Zweig.
http://www.contraste.info
Maniobras políticas, secretos de Estado, todo un ejercicio de poder en manos de la presidenta de la república francesa que quiere evitar a toda costa que gane la ultraderecha en unas elecciones ya a la vista.
Se acercan las elecciones en Francia y la presidenta de la República, Isabelle de Raincy, ya no se va a presentar más, le deja el testigo como sucesor a un viejo veterano de su partido llamado Gaucher, aunque no es de su agrado, las cosas empeoran más tres días antes de la primera vuelta, su secretario general en el Elíseo y amigo LHerbier le da una mala noticia: va a salir a la luz un escándalo sobre Gaucher, que seguro le dará en bandeja la victoria al candidato de extrema derecha…
El film en tono teatral se convierte en un denso drama de un futuro incierto del país y hasta qué punto se pueden cambiar las cosas, con la posibilidad incluso de jugar sucio. Gran papel para la actriz Lea Drucker.
El director Diasteme escribe el guion basándose en la novela de Stefan Zweig, ofreciendo una visión sumamente pesimista de la política. Con claras referencias a lo que está ocurriendo actualmente en Europa. Y aprovechando también las elecciones que se están llevando a cabo ahora en Francia.
Estreno en cines el 29 de abril de 2022
Destino Arrakis.com
*Adaptando a Stefan Zweig
El mundo de ayer es una adaptación de la novela célebre, del mismo nombre, del escritor austriaco Stefan Zweig. Una novela autobiográfica, publicada en los años cuarenta, que recopilaba los fragmentos de un mundo que su autor veía finiquitado. Un testimonio que aquí se adapta a los intrincados pasillos del Elíseo. En los días previos a la primera vuelta de unas elecciones francesas que pueden ser históricas, en el mal sentido. Ya que tras una filtración, el asesor de la presidenta le confiará una terrible noticia. El candidato a la extrema derecha ganará las elecciones, si el sucesor del partido republicano no se aparta.
Una situación que sacará los peores instintos de los poseedores del poder galo. Liderados por Elisabeth (Léa Drucker), la presidenta saliente de los republicanos. Luc Gaucher, el candidato republicano a relevarla, protagonista del fatal escándalo. Didier, el primer ministro, y Franck, el asesor supuestamente fiel de la presidenta. Junto a los que destacará Patrick, el escolta de Elisabeth y testigo directo de gran parte de las maquinaciones presidenciales.
*Lo más rastrero de la política
Argucias que a El mundo de ayer le sirven para reflexionar, entre otros aspectos, sobre la moralidad de ciertos actos. ¿Está todo permitido a la hora de luchar contra el ascenso de la extrema derecha? ¿Se debe plantar cara a este tipo de populismos haciendo uso de lo más bajo de la política? Dilemas éticos que todos los personajes parecen tener muy claro. Demostrando que hay un momento en el que el poder engancha. De modo que más allá de los ideales que les llevaron hasta la alta política, parece que todos han sucumbido al poder. Y si bien, la amenaza interna que puede suponer un presidente de extrema derecha es muy aterradora. Los personajes que transitan por esta película parecen tener su ego por encima de la famosa libertad, igualdad y fraternidad.
En un viaje a las cloacas del estado francés, de apenas unos días, que valdrá para agudizar los peores instintos. Y que además propiciará una humanización inesperada del personaje de la presidenta francesa. Una mujer, que aunque se niegue a ello, más allá de política es humana. Un ser humano que recibe las llamadas preocupadas de su hija y que vive esta carrera contrarreloj por partida doble. Ya que se enfrenta a una verdadera lucha fratricida por su vida. Lucha que su sed de poder le hace mantener en la sombra, demostrando su pérdida de juicio. O simplemente su ciega ambición.
*Oscura, angustiosa y pertinente
Ambiciones y trapos sucios que El mundo de ayer encuadra siempre desde la oscuridad. Creando un ambiente muy opresivo e insano, facilitado por el predominio de interiores. Sin olvidar mencionar una música no diegética clásica, casi otra protagonista, que le da un toque marcadamente crepuscular a la historia. Con muchas secuencias que se cimentan en torno a su retorcido guion. Viéndose un marcado tono teatral que quizás no acaba de destacar dentro del lenguaje cinematográfico. En ocasiones, un tanto rutinaria. Aunque muy actual, con esa injerencia rusa. Y con esa segunda vuelta de las elecciones francesas, que disputa Marine Le Pen.
A pesar de ello, sin duda, la película cuenta con una magnífica interpretación de Léa Drucker. Muy veraz en su papel como presidenta francesa en sus últimos estertores políticos. Siempre con un rostro enigmático, muy difícil de descifrar. Y llevando en un segundo plano dramático su amenaza interior. Sin embargo, ese magnífico papel echa en falta un mejor acompañamiento. Porque ninguno de los hombres que la secundan están dotados de un gran magnetismo. Siendo incapaces de despertar una gran empatía o aversión en el espectador. Lo que al final influye en las intrigas y embrollos políticos que todos tejen con dedicación. Ya que le resta intensidad a todo ello.
*Conclusión
En resumen, El mundo de ayer es una curiosa película sobre las recovecos del poder. Con una presidenta saliente y su camarilla enfrentados a la amenaza de un candidato de extrema derecha. Un personaje que puede poner en jaque los designios de la república francesa y que activará la maquinara más oscura para desbancarle de las elecciones. En un retrato muy oportuno, que llega con Francia aguantando la respiración ante la cercanía de Le Pen. Y que adapta la novela crepuscular del escritor austriaco Stefan Zweig.
De marcado tono teatral, destaca por su interpretación protagonista, sencillamente magnífica. Aunque anda falta de otros personajes con los que alimentar la sed del espectador. Un espectador que quizás también puede acabar un poco aletargado, por la puesta en escena de la cinta. Siempre opresiva y oscura, de un realismo feroz, pero posiblemente un poco desnortada en el universo cinematográfico.
Escrito por Laura Tabuyo Acosta