El monstruo (The Monster)
Sinopsis de la película
Kathy y su hija Lizzy se extravían en el bosque, quedando atrapadas en medio de una tormenta colosal. Por si esto fuera poco, son acechadas por una criatura terrible, que no es humana ni animal. Con The Monster, Bryan Bertino convierte el terror primario en un elemento catártico para redefinir la relación entre una madre y su hija.
Detalles de la película
- Titulo Original: The Monster aka
- Año: 2016
- Duración: 90
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Opinión de la crítica
Película
4.4
74 valoraciones en total
Lo mejor: el clima, que cambia a su antojo de un instante a otro como lo hacen los sentimientos de las personas, lo cual no parece ser una coincidencia sino todo lo contrario, algo muy intencionado y es que, atendiendo a que seis actores (cuatro de ellos secundarios, amén del monstruo y el lobo, cuyos rostros no se muestran) y dos decorados (una casa con sus respectivas estancias y una carretera adjunta a un frondoso bosque) le bastan a Bryan Bertino para convertir el terror primario en catártico e impresionar de nuevo al respetable como ya lo hiciera con la comercial Los extraños y la independiente Mockingbird (la que ocupa estaría a medio camino presupuestario e intencional entre ambas), sería lo más lógico, el licántropo, un ser poderoso donde los haya, como elemento terrorífico e incontrolable (en sentido figurado y corpóreo), está muy logrado y permiten al espectador entender la rima infantil del mil novecientos tres que se lee al inicio de la película (están escondidos y observando, sólo espera y verás…, ¡ay!, hay monstruos para ti para mí), la inversión de roles entre una madre y su hija, siendo la responsable la pequeña y no la adulta, es tan crítica como interesante desde el punto de vista generacional y educacional.
Lo peor: el conflicto paterno-filial que se narra, enfermizo hasta llegar a plantearse una división definitiva entre las dos integrantes implicadas, no se plasma con la mejor de las fluideces, habiendo facilitado el cometido la introducción de alguna escena más explicitica y aclaratoria aunque se sobreentienda sin mucho esfuerzo, entre tanto misterio sin resolver, el mensaje del realizador y guionista (a modo de sutil clave para aquellos menos dados a deducciones fílmicas vale citar la magnífica Alta tensión como referencia, pues la metodología es similar en una y otra y en ella sí se manifiesta patentemente ese amor-odio basado en la dependencia), el trascendental incidente que, fundamentado en aquel que refrán que versa después de la tempestad llega la calma (textual visualmente y simbólico argumentalmente), detona la historia, predecible en demasía, el drama de los malos hábitos, plasmado a través de una serie de recuerdos, resulta efectivo pero pícaro para que pasado y presente converjan y se interrelacionen.
Daniel Espinosa
http://www.cementeriodenoticias.es.tl
…pero no.
Porque nos intenta engañar. No es una película realmente de terror. Es, simple y llanamente, un drama disfrazado de película de terror, sobre una madre alcohólica y su hija, que fortalecen su relación por condiciones adversas (monstruo en este caso, que bien podría haber sido un oso, un perro rabioso o cualquier cosa). Y es que, aunque intenten venderte la moto como película de terror, fallan demasiadas cosas:
-Primero, el monstruo. No tiene mucho sentido en la película, supongo que como reclamo para hacer que la vea algún incauto esperando otra cosa. Sirve únicamente como la excusa para que madre e hija arreglen su relación, no tiene nada de especial, parece un descarte de las infinitas películas de serie B de los años 80. Se agradece que no sea CGI, pero en algunos planos se nota demasiado que es falso (por mucha lluvia que nos quieran poner delante).
-El ritmo es, siendo benévolo, inconsistente. Los supuestos momentos de tensión, por repetición, sólo provocan bostezos. Demasiados flashbacks para explicar una y otra vez lo mismo. Y realmente no pasa nada hasta la mitad del metraje. Y lo que pasa, está muy mal resuelto, el director no ha sabido jugar bien sus cartas, no hay tensión, angustia, no hay ningún plano novedoso, ni una secuencia rescatable.
-Se alarga demasiado, sobre todo al final. Trata al espectador como a un tonto, explica las cosas obvias demasiadas veces. La cruda realidad es que es una historia de media página, estirada hasta el tedio.
Y es una lástima, porque quizá esta película, en unas manos con verdadero talento, habría sido una pequeña joya muy apreciable, porque las dos actrices lo hacen bastante bien y actualmente tenemos muy pocos ejemplos de película de monstruo .
Lo malo de las películas de Bryan Bertino, es que tienen un ritmo insoportablemente lento, y sus buenas premisas, ya que eso si hay que reconocérselo, terminan fallidas por las forma en que las ejecuta.
Aquí lo más interesante es la conflictiva relación entre una madre auto-destructiva y alcohólica y su hija, esta al fin consigue que su mama la deje irse a vivir con su padre, y en ese viaje les sale al cruce la bestia, pero a través de flashback, vamos conociendo como era la vida que llevaba la niña con la madre, que para la pobre eso debía ser hasta más terrorífico que el propio monstruo, porque su madre se la pasaba borracha, tenia un novio igual o peor que ella, la maltrataba psicológica y a veces físicamente, pero y eso es lo más interesante en el fondo la quería, aunque no sabia como expresar correctamente su amor, y en la parte del terror eso es lo mejor, ver como Kathy aprende a ser una buena madre para Lizzy.
La verdad que como decía lo del terror, o sea la bestia y demás, a mí casi me causa risa, por lo absurdo, otra cosa es que se nota que Bertino no sabe trabajar el clímax necesario en ese tipo de propuestas, lo suyo es el terror psicológico no el de monstruos.
Tenemos una nueva peli de terror mimada en estos momentos por la crítica especializada con unas puntuaciones de escándalo, y es que el público que la ha visto hasta ahora, en general, le está tirando mierda a más no poder.
The Monster, del director Bryan Bertino (The Stangers, Mockingbird) cuenta la historia de madre e hija que se extravían en el bosque, quedando atrapadas en medio de una tormenta de la concha de su madre. Por si esto fuera poco, son acechadas por un chobi, y se agradece que no haya sido hecho por CGI, OH DIOS MÍO!!! UNA PELÍCULA SIN CGI!!! LA GENTE SE ATACA CON ESTAS COSAS!!!
La historia en sí convierte el terror primario en un elemento catártico para redefinir la relación entre una madre y su hija, y como exucusa meten al mostro , que bien podría haber sido un oso, un león, una poronga descocada… el error más grave del film es que te chupa un huevo el villano, porque como dije anteriormente, podría haber sido reemplazado por cualquier animal.
a gente que le da masa a la cinta se esperaba ver otra que El Conjuro. No es así, lo mismo pasó con The Witch, se pensaron que iba a ser como la vende humo de Blair Witch.
Sin lugar a dudas The Monster fuciona, podría haber sido mejor, sí. Pero este año el camino del género del terror es bueno y ha tenido muy buen nivel. Era hora.
Al principio, solo hay una niña llevando a cabo las tareas del hogar.
La atmósfera es gris y marchita, deprimente si se mira bien, calmada si se vuelve a mirar mejor. Es preferible el silencio a lo contrario.
Entonces se nos revela por qué: cada vez que la madre se levanta, empiezan las broncas, los malos modos y una opresiva violencia que flota en el aire.
The Monster no es lo que nadie se espera atendiendo a su argumento y póster, porque te preparas para ver a una madre y su hija huyendo de una criatura horrenda, pero eso tarda en suceder.
En su lugar somos expuestos a la particular relación entre ambas mujeres, donde cada palabra es un cuchillo afilado y cada silencio una oportunidad desperdiciada de amabilidad, siguiendo un ciclo destructivo de malos tratos ya asimilado.
Sería muy fácil pintar víctima y verdugo sino fuera porque, con la exposición de miseria, sale también el lado más condenadamente amargo de las dos, aquel en el que descubren sendos monstruos en su interior: Lizzie apenas puede contener la rabia por una madre a la que le gustaría degollar, y Kathy se resiste al voraz alcoholismo que arrastra, solo para ser absorbida por la botella una noche más.
Tan metidos hasta el cuello estamos en sus desplantes, que cuando se quedan atrapadas en una carretera lluviosa a altas horas de la noche, acechadas por un brutal depredador, apenas hemos abandonado las emociones anteriores: siguen siendo miedo, violencia e incertidumbre, extrapolados a una no tan nueva situación.
Con la salvedad, eso sí, de que ahora ambas deben afrontar esas emociones juntas y estimuladas por un ser extraño, cuando antes venían teñidas de dolorosa familiaridad (y cierto tipo de comodidad asociada a ella).
El monstruo que las cerca en los bosques se convierte en una encarnación real de todos sus sufrimientos, actuando como antinatural culpable de sus frustraciones y a la vez como temible ejecutor de sus miedos: por primera vez, ambas pueden luchar contra todo lo que las separa, y responden al desafío conscientes de que podría ser su última oportunidad para dejar atrás el odio que las consume.
Al final, tratar al monstruo como una prolongación del dolor, más que una anomalía dentro de este, deja patente cuánto puede normalizarse una situación de abuso y maltrato: hasta el punto de que una criatura de mandíbulas poderosas y sanguinolentas no parezca nada peor, si no otro lógico habitante de esa fracturada situación.
Porque los monstruos existen si sabemos verlos, al igual que podemos librarnos de ellos, aunque los peores no moran en sombras físicas, sino en las profundidades de esa particular oscuridad que solo surge en hogares desatendidos, o frías madrugadas de temblorosa borrachera.
Diría que toparse con el monstruo físico es lo mejor que a Kathy y a Lizzie pudo haber sucedido: encuentran un recipiente para exorcisar sus demonios, que las obliga a dejar sus diferencias a un lado, y por el camino descubren que, en el fondo, nunca se habían abandonado.