El manto negro
Sinopsis de la película
A mediados del siglo XVII, un sacerdote jesuita francés, el Padre Laforque, emprende un peligroso viaje hacia lo que luego sería conocido como el norte de Canadá, y que en esa época era una tierra salvaje dominada por los indígenas. Junto a un joven local que será su intérprete, Laforque aprenderá algo sobre aquellos a quienes pretende evangelizar, poseedores de sus propios valores espirituales, y también aprenderá sobre esa fe interna que él veía como algo inconmovible.
Detalles de la película
- Titulo Original: Black Robe aka
- Año: 1991
- Duración: 101
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Opinión de la crítica
Película
6.6
51 valoraciones en total
La fotografía es lo mejor de la película. Luego el tema está tratado con mucha seriedad, no es una película comercial, taquillera, estilo La misión, y la comparo con La misión porque es el film al que más me recuerda, aunque tb recuerda a otras como El nombre de la Rosa, por el argumento de carácter religisoso y la ambientación de época, y naturalista, en plena montaña, otra película a la que recuerda es a 1492, La conquista del paraíso, porque en ella los indios al principio no confían en los conquistadores/colonizadores, ni en los misioneros, y acometen algunas masacres contra ellos.
Es una película bastante buena, con buenas actuaciones, aunque los actores no sean estrellas del celuloide. Lo mejor de todo es que es entretenida, engancha, no es la típica producción que cuesta verla porque es aburrida, al contrario, genera bastante interés. De hecho es más entretenida que La misión. A mí La misión me pareció un poco aburrida, ésta te mete más en ambiente. Con respecto al argumento y todo lo demás, la crítica anterior a la mía es lo suficientemente buena, y no es necesario que yo repita lo mismo.
Merece la pena verla, animo a que lo hagan aquellos que todavía no hayan tenido oportunidad de hacerlo.
La he encontrado dura y absurda al mismo tiempo.
La realización del largometraje digamos, que es pasable. Disfruto con películas de éste genero,
los exteriores, paisajes, etc.
El empecinamiento de la religión, y sus secuaces, por salvar a la humanidad y concretamente a los salvajes para ir a un supuesto paraíso es desquiciante.
Pierden sus raíces, las creencias y sus vidas, siendo sometidos a juicios morales de ideales de perfección.
En fin, un reflejo de lo que deshizo, obstaculizó y destruyó la iglesia desde los tiempos.
Ante la curiosa solicitud del validor de F.A. de que haga una crítica más extensa, cumplo en informales que este film trata de las circunstancias de un cura católico llegado desde Francia a Canadá en tiempos de la colonia con el objeto de evangelizar a los indios, cosa con la que no resulta muy exitoso. Misión cumplida.
Dicho esto me sumo a la crítica de Jef, con la advertencia de que es un film duro, con pasajes de tortura, sadismo y padecimiento físico. Buena e ilustrativa película, pero como quien dice… no pa cualquiera .
Si les interesa el tema, tiene cierta analogía con At Play in the Fields of the Lord .
Otra película casi desconocida, pero muy digna y relevante, a tenerse muy encuenta por su magnífico realismo de los hechos históricos: en concreto sobre el cristianismo católico en su encuentro y choque evangelizador con los indios hurones y otras tribus del Canadá allá por el siglo XVII.
Este filme de Bruce Beresford es toda una lección de antropología, etnología, historia, sociología, etc, para nada cae en el vicio de idealizar con buenismo manipulador ni al protagonista, un sacerdote jesuita francés, ni a los indígenas americanos del Canadá. Ambos eran lo que eran en aquellos años del s. XVII y tierras de la América del Norte: los indios, bastante salvajes y violentos, no por simple maldad sino en base al principio natural y lógico de subsistencia según el cual no podían ser misericordiosos ni mostrarse débiles, por más que a ello les invitase Jesucristo, pues esto suponía su propio suicidio ante las tribus vecinas encarnizadamente guerreras. Por su parte los misioneros jesuitas, eran hombres atrevidos y llenos de fervor evangelizador, funcionarios fanáticos del teologismo meramente teórico made in ecclesia institución —en este sentido la película incluye una simpática anécdota en la cual algunos indios le preguntan al sacerdote jesuita que les está predicando sobre el más allá, si en el cielo del Dios católico se disfruta de tabaco y mujeres. Éste con mentalidad de cuadrícula dogmática les responde secamente que NO, a lo que los indígenas refunfuñan entre ellos contrariados y diciéndose más o menos: ¡pues vaya porquería de religión la de este ropa negra! —
El filme es igualmente magistral al referir la vida cotidiana de unos y otros, sin idealizaciones vanas. Véase la escena del jesuita, cuando se pone a defecar con el culo fuera de la canoa y los nativos lo observan riéndose de esa revelación carnal de quien llevaba siempre su cuerpo ensotanado. O véase cuando los indios, en su crudeza y auténtica ignorancia de los avances de otros pueblos lejanos, se quedan asombrados frente a libros, cuadernos y lo que de estos se desprende: la escritura y la lectura, cosas que creían mágicas y ante las que se ponían temerosamente a la defensiva recurriendo a su animismo vengativo.
En definitiva, esta notable película puede clasificarse dentro del género religioso. Entre otras, pone de manifiesto las siguientes tesis:
1) Que no hay sociedad mínimamente cohesionada sin sus correspondientes «creencias», «devociones», «religiosidad», que no puede hablarse de sociedad irreligiosa ninguna: la irreligión, sociológicamente, no existe. En consecuencia también la vida de los indios americanos cuando los hallaron los europeos, se describe repleta de «creencias religiosas».
2) Que la religión no trata sólo del cielo más allá, sino también del infierno más acá.
y 3) Que a veces la religión ha ocasionado por desgracia más daño que gozo (incluso el exterminio), al pueblo al que se le llevó como bienaventurada salvación.
Fej Delvahe