El infierno verde
Sinopsis de la película
Justine, junto a sus idealistas compañeros activistas de Nueva York, viaja a la selva de Perú para impedir la destrucción de una parte de la jungla por la tala de árboles, que perturbaría la vida de una tribu indígena local. Lo que no saben Justine y sus colegas es que la tribu en cuestión es caníbal…
Detalles de la película
- Titulo Original: The Green Inferno
- Año: 2013
- Duración: 103
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Opinión de la crítica
Película
4.9
66 valoraciones en total
Aprensivos y miedicas del universo, dejad de sufrir. Si existe un lugar en el que las mutilaciones, despellejamientos y demás prácticas gore se acogen con júbilo ese es sin duda el Festival de Sitges. Sólo en un enorme auditorio repleto de sádicos podréis soportar, e incluso recibir con entusiasmo, las imágenes más pavorosas e insoportables. Después de esta experiencia casi vital no habrá película de género que se os resista.
The Green Inferno es el tipo de filme que encaja a la perfección en el certamen más friki de nuestro país. Ahora que las comedias no pasan por su mejor momento, el cine de terror en Sitges es lo más cercano que tiene el espectador para pasar un buen rato. Y aunque pueda parecer que el canibalismo no va con nosotros, enseguida uno cambia de idea con los primeros silbidos y aplausos en la platea.
No me extraña que Eli Roth disfrute como un enano presentando sus retorcidos filmes en el festival catalán. En pocos lugares encontrará un público tan entregado y una crítica tan receptiva ante un producto que más allá de las costas del Garraf se consideraría de serie Z. Aquí los cánones se zarandean para recibir con vítores lo que el fanático espera, que no es otra cosa que vísceras y sangre.
El director de Cabin fever y Hostel no sólo sirve en bandeja una enorme carnicería (salpimentada y todo) sino que además lo hace sin desvariar en exceso, algo prácticamente imposible en una cinta que mezcla el terror juvenil con el homenaje a Holocausto Caníbal. Sorprendentemente, todo avanza a cauteloso ritmo, otorgándole tiempo a la presentación de los personajes y preparando el terreno para la barbarie.
Cuando llega ese momento, cuando aparece por primera vez la sanguinaria tribu de la selva peruana, no hay compasión ni espacio para las sutilezas. Ni falta que hace. Superado ese primer trance, ante el que resulta prácticamente imposible no apartar la vista, todo fluye ya con mayor naturalidad. Entre acérrimos del cine de terror, el canibalismo se lleva mucho mejor.
Aunque las comparaciones con Holocausto Caníbal son obvias desde el propio planteamiento de la película hasta el contexto selvático, lo cierto es que The Green Inferno produce un extraño placer, algo que ni asomaba en la sórdida e insoportable chaladura de Ruggero Deodato. Sin ese formato de falso documental ni la descarada búsqueda del escándalo, la propuesta de Roth en ningún momento deja ese poso de mal rollo que desprendía la cinta de culto de los 80. Es tan sólo un divertimento sin mayores pretensiones de trascendencia.
Aún así, Roth incluso se permite el gusto de hurgar en lo políticamente incorrecto, denunciando el afán mediático de las organizaciones ecologistas. Imaginamos que después de The Green Inferno el director de Boston no figurará en la lista de miembros de honor de Greenpeace, aunque en este caso jamás se le podrá acusar de maltrato animal. Dónde seguro se le seguirá recibiendo con los brazos abiertos es en Sitges. No sólo deja un puñado de escenas para el recuerdo (uno de los accidentes aéreos mejor rodados) sino que recoge en 100 minutos el espíritu de todo un festival.
La última salvajada del director de Hostel, se sumerge de lleno en el género de caníbales para mostrar la fragilidad de la jungla y su problemática, cuando hay intereses económicos de por medio. Los habitantes de la zona pierden todo lo que siempre han conocido sin que al parecer, nadie pueda hacer nada por evitarlo. Para reflejar esto, el director y su equipo se trasladaron a la selva peruana donde, como el mismo director reconoce, han vivido una experiencia salvaje e increíble.
El guión corre a cargo de Guillermo Amoedo y del mismo Eli Roth. Directo al grano y sin rodeos, refleja con sinceridad el choque de dos civilizaciones muy diferentes. Los indígenas con sus costumbres ancestrales y los activistas de fin de semana, que armados con sus teléfonos móviles conectados a internet, están dispuestos a vivir un viaje de aventura el tiempo justo y necesario para no trastocar demasiado sus vidas.
Para cuando comienza el gore, ya estaremos metidos de lleno en el film y la enorme oleada de sangre no dejará indiferente a nadie. Con unas dosis de fluido vital mareantes, las escenas tan explícitas de amputaciones o de cadáveres empalados, harán las delicias de los aficionados al género. Sin lugar a dudas, se evidencia un honesto homenaje a la obra de Ruggero Deodato, Holocausto Caníbal (1980).
Acerca del elenco, el director se ha rodeado de un conjunto de actores que sin ser demasiado conocidos tienen experiencia de sobra para un proyecto como este. Lorenza Izzo que ya viéramos en Aftershock, realiza el papel protagonista y no desmerece. También Nicolás Martínez, otro de los habituales del director trabaja, como siempre, natural y espontaneo. El personaje del ingrato Daniel es para Ariel Levy que consigue generar y canalizar el odio del espectador hacia él.
Un grupo de acomodados universitarios decide ir a una remota región del Perú para impedir la destrucción de un poblado indígena expuesto a la especulación comercial. Todo se tuerce cuando un fatídico accidente aéreo, les deja perdidos en la espesura. Los jóvenes sentirán en sus carnes los gustos culinarios de los habitantes de la zona.
Grandes son las expectativas cada vez que Eli Roth dirige o produce una película. Por este motivo, la exigencia hacia el director y su trabajo es cada vez mayor. El metraje dejará un buen regusto al espectador que no tenga las perspectivas demasiado elevadas.
http://www.terrorweekend.com/2013/10/the-green-inferno-review.html
Una película TOP SHIT, mala no….lo siguiente.
Lo único que se puede salvar de esta penosa producción, es la fotografía y la secuencia del primer descuartizado, el resto es un cúmulo de despropósitos.
Vamos a ver, Sr. Roth, o hacemos Terror-Gore con mayúsculas o seguimos en la línea de asustar adolescentes, pero un compendio de ambas se me antoja, cuando menos, irrisorio, ridículo, no se pude quedar bien con todos los públicos, con un producto edulcorado que se queda a medio camino…
Las actuaciones son penosas, una asustada Lorenza Izzo, que ya llevaba la cara de acojonada desde que montó en el avión y un Ariel Levy, que aparentando ser el más sensato, un auténtico líder, se convierte en el idiota que ya prevemos como va a terminar.
Lo que pudo haber sido y en lo que se ha convertido esta peli….una pena.
La peli que nos ocupa no pretende reinventar nada, es un canto de amor por ese género y contiene ingredientes de las ya mencionadas.
En ella, se nos presenta al típico grupo de activistas progres que se creen salvadores del mundo por el simple hecho de twittear o reivindicar todo el dia en la red y llevar camisetas con lemas de sobras conocidos por todo el mundo.
A ellos se les une una niña de papá (Lorenza Izzo) que se siente atraída por el ‘chulo playa’ del grupo interpretado por Ariel Levy.
A priori la misión es sencilla,detener una tala forestal en un país exótico encadenándose a los árboles mientras lo graban todo con sus teléfonos móviles. Contar mucho más sobre los hechos que llevan a los protagonistas hasta el poblado es lo de menos. Porque no nos engañemos, la principal atracción del visionado de este tipo de films es presenciar como torturan, mutilan, cocinan y se comen a todos y cada uno de ellos.
¿Espectadores sádicos? No veo por qué, en mi opinión sería el mismo tipo de sadismo que consumir dramas dónde alguien la está palmando lentamente debido a una enfermedad, sabes que el momento va a llegar, pero tu cuerpo te pide llorar o lamentar esa muerte. Así que nadie me venga con el rollo de ‘la gente que ve este tipo de pelis está enferma’, porque el enfermo es el que juzga a una ficción como si de una realidad se tratase. Ea!
Aunque hubo cosas que no me gustaron, no me atrevería a decir que The Green Inferno es una mala película. Es más, si no fuese por sus últimos 20 o 25 minutos me parecería más que admirable.
LO MEJOR
-La banda sonora a cargo de Manuel Riveiro.
-Los FX físicos de Ozzy Alvarez, brutales.
-La llegada al poblado, tiñendo al grupo de color rojo.
-La primera muerte, hasta a mí me costó verla y eso que estoy acostumbrado a consumir este tipo de cine.
LO PEOR
-Algunos gags que joden el clímax por completo. Un claro ejemplo sería el de la masturbación en pleno cautiverio.
-Los efectos digitales, en especial los que simulan las hormigas carnívoras.
– Y lo más grave, olvidarse de la cacareada durante todo el metraje, mutilación genital femenina.
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Uno de los elementos más útiles es el ácido bórico. Con él, se puede tratar la vaginosis bacteriana, ralentizar la descomposición atómica, (literalmente devora neutrones) e incluso sirve para favorecer la lubricación, (ríase usted del Vagisil) su único defecto, es su olor, ligeramente alcalino: como esas personas cuya dieta a base de carnes rojas, alcohol y tabaco da como resultado rectorragia y un semen alcaloide muy desagradable para desdicha de la pareja de turno.
Eli Roth es ante todo, un mal director, pero que sea malo, no quita que, al igual que Ácido Bórico, tenga sus virtudes. Estas son:
– Criticar ferozmente a los niños pijos comprometidos más con la foto finish pro facebook que en ejercer de buen samaritano.
– Ofrecer gore en una época cínica de asepsis moral.
– Personajes grotescos, amorales y sin compasión. Si bien es cierto que Eli Roth no se molesta en ofrecer aristas ni profundidad comedida a sus personajes. Estos representan ferozmente lo diabólica y superficial que puede llegar a ser la sociedad occidental de clase media-alta. No empatizas con ninguno de ellos porque sus mentes están tan llenas de mierda, que deseas la masacre de su estereotipo: podrían ser/existir en cualquier facultad atestada de pijos perroflautas con Iphones y palestinas de la mano.