El hombre orquesta
Sinopsis de la película
Evans Evans, es director de danza, con su grupo de bailarinas es muy estricto en cuanto al nivel profesional o a su peso, pero sobre todo respecto a los hombres, no los permite cerca ni que ninguna tenga relaciones sentimentales. Cuando una decide casarse, la despide. Y no dudará en utilizar todas sus artimañas cuando otra planea casarse.. Pero el gran problema llegará cuando la gira llegue a Roma, donde una de las chicas tuvo un bebé, al que dejó al cuidado de un ama, pero ésta se tiene que ir y la chica ha de buscarle una nueva.
Detalles de la película
- Titulo Original: LHomme Orchestre
- Año: 1970
- Duración: 85
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Opinión de la crítica
Película
5
31 valoraciones en total
Lo confieso: no se cuenta el cómico entre mis géneros cinematográficos predilectos. No falta alguna comedia entre mis piezas de culto, pero no abundan en ese particular catálogo. ¿Motivos? Sinceramente, se me escapan. No suelo conectar con cintas que tienen el humor como eje fundamental, como elemento que las dota de tono y sentido. Y es algo extensible a sus muy diversas modalides, pero que se acentúa especialmente en el caso de esas propuestas elaboradas alrededor de un intérprete carismático (eso que se ha dado en llamar vehículos para el lucimiento). Que todos los elementos de la narración se pongan a su servicio, garantiza el brillo de la figura en cuestión. Tambíén suele asegurar —si el señuelo funciona mínimamente— una buena taquilla. Pero raramente da como resultado una película de calidad —yo, al menos, soy incapaz de recordar un solo título—. El hombre orquesta no es una excepción, ni muchísimo menos: mala, sin paliativos.
Esta cinta francesa, de 1970, es una flojísima comedia musical, dirigida por Serge Korber, y pergeñada como instrumento destinado a la exhibición de Louis de Funès. Histrionismo a raudales, gesticulación compulsiva, tics repetitivos. Ése es el abanico de dotes con que nos obsequia de Funès (nada muy diferente a loque ofrecen otras figuras de su perfil). Entiendo que para quien goza con tal repertorio, miel sobre hojuelas: la película les ofrece un copiosa ración de su plato favorito. Pero a mí, qué le vamos a hacer, me resulta muy, muy cargante. Los gags no me hacen gracia y lo espasmódico de sus modos interpretativos no me genera el más mínimo entusiasmo. Si a eso le añadimos el inserto de varios números musicales propios de un programa televisivo de varietés de la época, apaga y vámonos. Y dejamos para otro día las disquisiciones sobre un argumento desvahído y casposo en grado difícilmente superable. La cinefagia, a veces, tiene estas cosas…
Louis de Funes nos ofrece una vez más su repertorio de muecas y gestos en esta divertida película no apta para quien no guste del estilo de este cómico. Esta vez en la piel de un coreógrafo con piel de lobo y corazón de cordero (como siempre).
Divertidas y prácticamente prehistóricas coreografias dignas del ballet Zoom (Bob Niko, Giorgio Aresu…) pero sin el zoom de Valerio Lazarov. Especialmente la del Tipi tipi ta.
Una trama, que no por tonta e inocente deja de arrancar una sonrisa, un director al servicio de la estrella e incluso la participación del propio hijo (como en algunos otros films de Louis de Funes). Vamos, lo que se dice una película de Louis de Funes