El gran lío
Sinopsis de la película
Una misteriosa maleta une y cambia las vidas de un padre divorciado, una esposa amargada, dos matones, un par de delincuentes callejeros, dos adolescentes enamorados, dos agentes del FBI y un sapo psicodélico.
Detalles de la película
- Titulo Original: Big Trouble
- Año: 2002
- Duración: 84
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Opinión de la crítica
Película
4.7
79 valoraciones en total
La trama de esta deslucida comedia se centra en cómo un dispar grupúsculo compuesto por, entre otros, un divorciado (Tim Allen), la mujer de un rico engreído (Rene Russo) y sus respectivos hijos, Matt (Ben Foster) y Jenny (Zooey Deschanel), se ve envuelto en una loca carrera en busca de una bomba robada por dos tipos que acaban de salir de prisión: Snake (Tom Sizemore) y Eddie (Johnny Knoxville).
A El gran lío le falta comicidad (la mayoría de los gags se tornan redundantes y carentes de gracia) y le sobran personajes (al inicio se juntan demasiadas subtramas y algunos personajes acaban resultando prescindibles). Además, ni Allen ni Russo (por mucho que estemos ante un trabajo coral) tienen el suficiente carisma como para ejercer de protagonistas en una cinta de estas características. Lo mejor: el personaje de Stanley Tucci y el talento cómico del actor.
Si eres de estos que te pones las gafas para ver una película, ésta no te gustará. No es una gran película, el caso es pillarla en un momento distendido y verás que tiene su gracia. Lo bueno es que a pesar de la cantidad de caminos que toma el argumento, todos van bien enlazados, más o menos bien, y el avance no se pierde en chorradas exclusivamente.
Algunos episodios son tontísimos, en particular los de la pareja de policías pero otros en cambio están mejor logrados. Los del bar cutre tiene su gracia, y más Stanley Tucci, ese fenomenal actor con apellido tan elegante, el sapo también está logrado y el ayudante del mafioso lo borda. Earl, el pobrecito, no pinta mucho que digamos.
Voy a hablar de Tim Allen. Tim Allen es un tío del que lo único que se me ocurre decir es que no sé de qué va. Creo que si hablara con él tomando unas cañas no sabría muy bien cómo tratarlo, si de tú o de usted. Aparece por ahí en series y creo que también en algún programa de bricomanía no estoy seguro ni voy a tratar de averiguarlo, el caso es que no me formo ninguna idea clara de él. Me pasa un poco como con Chevy Chase. Pero como de entrada creo en la gente, en definitiva me caen bien.
De Rene Russo diré que ni chicha ni limoná, y yendo al lado de Mel Gibson (por ejemplo) como que no, pero gracias a esta película la he visto de otra manera y me ha gustado. En realidad escribo esta crítica por el rollito que se trae con Tim Allen. Un episodio romántico que me ha parecido muy acertado y en especial una escena brillante a la altura de las mejores comedias románticas. Es cuando se lanzan los dos con todo su ímpetu apasionado y abrazados van rebotando por toda la habitación y a él le ha pillado ese momento con una taza de café y el tío no ve la forma de dejarla en ningún sitio. Es una tontería pero a mí me ha hecho gracia.
Siempre tiene que haber alguien o alguna cosa que ande jodiendo en los mejores instantes de la vida.
Esta considerada una obra menor, pero eso es injusto.
Es una comedia clásica, inspirada en clásicos de enredo más propios de los años 70, al estilo de ¿Qué me pasa, doctor?.
Aquí también hay líos, confusiones de maletas, persecuciones, y el reparto actoral es espectacular.
Puede que al publico tan acostumbrado a las comedias del mal gusto y el humor tipo Torrente ya no le haga gracia estas comedias clásicas que están mas basadas en el teatro, no se.
Mención especial merece el personaje del Mesías de los fritos de maíz, ¡adorable!.
Suprema majadería sin pizca de gracia. Las supuestas situaciones cómicas se suceden una tras otra sin que ninguna de ellas llegue a arrancar una sonrisa. Lo que al principio parece una comedia aderezada con tramas relativas a las diferencias entre padres e hijos adolescentes va tornando hacia el mayor de los desvaríos. Los más variopintos personajes van coincidiendo en la pantalla, pero la química entre ellos resulta nula. Todas las caras conocidas son desaprovechadas -excepto el siempre excelente Stanley Tucci- en un film que no acierta con el slapstick.
Da pena contemplar cómo un director y todo un elenco de actores consagrados se embarcan en un bodrio de tales características.
Una película sin nada que contar tras cuyo visionado uno solo piensa que hay formas mucho más interesantes en las que emplear una hora y media de tu vida.
Por dios que coñazo de película, ¿era una comedia? pues no le encontré la gracia por ningún lado. El argumento no sintoniza para nada con el espectador, demasiados personajes de los que acabada la cinta no recuerdas el nombre, ninguno de ellos tiene entidad.
La película más monotona no puede ser, por no hablar de la insufrible banda sonora, por llamarla de alguna manera porque en realidad es una machacona música de teleserie que acompaña a momentos de correrías y ¿peleas? con los que se supone que deberíamos divertirnos.
El film hace aguas se mire por donde se mire, a los 20 minutos el espectador ya se está tirando de los pelos. Aguantarla entera ha sido uno de los mayores esfuerzos de mi vida, en serio, a pesar de que podemos pensar que es un producto muy llevadero, verla supone un auténtico suplicio. Aburre hasta a un marrano.
De los actores mejor ni hablar, se nota que Tim Allen y sobre todo Rene Russo no tienen ofertas para escoger, están todos para matarlos. La carrera de la Russo no puede alcanzar niveles más infimos, se reduce a éxitos como Rescate o El secreto de Thomas Crown que no ha sabido encaminar con proyector de calidad. Su aspecto en la cinta es tan ridículo como toda ella. Otra muestra brillante del reparto es la siempre prescindible Janeane Garofalo, parece que esta señorita busca sus papeles en el cubo de la basura.
Mis expectativas eran más bien bajas, simplemente pasar un rato entretenido, y reirme algo, e iluso de mi, la cinta es un tostón soberano. Hace que te revuelques en el sofá, es un dolor. Son 75 minutos que parecen 75 horas.
Lo mejor: no verla ni saber de su existencia
Lo peor: prefiero ver anuncios