El gran azul
Sinopsis de la película
Jacques Mayol (Jean-Marc Barr) es un joven francés con un talento especial para el buceo, y ayuda al profesor Lawrence en sus experimentos marinos. Cuando era niño y vivía en una pequeña población griega junto a su gran amigo Enzo Molinari (Jean Reno), ahora campeón de buceo en apnea, Jacques perdió a su padre, que trabajaba como buzo, pero a pesar de ello ama al mar por encima de todo. Nada de lo que tiene o consigue en la vida le llena tanto como estando bajo el agua.
Detalles de la película
- Titulo Original: Le grand bleu (The Big Blue)
- Año: 1988
- Duración: 168
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Opinión de la crítica
Película
6.8
79 valoraciones en total
El Gran Azul no es una película fácil de ver: su considerable duración, la extrañeza del tema que trata, (el deporte extremo de la apnea: descenso al mar sin equipo de oxígeno) y la bipolaridad de su director al combinar escenas cómicas con otras de un marcado dramatismo, hacen que ames u odies esta película.
En primer lugar, lo que hay que decir es que no a todo el mundo le va a gustar: o te identificas con la pasión desmedida que sienten los protagonistas por su vida, que es el mar, (pero que se podría extrapolar a cualquier otra área de la vida: en la película el mar es un personaje más que envuelve todo) o la aborrecerás.
Pero donde realmente llega la película es su mensaje: personajes que no son de éste mundo, que a pesar de tener grandes razones por las que sacrificar su vida bajo el agua, como lo es el amor, la amistad o las mismas ansias de vivir, uno no puede huir de lo que realmente es por mucho que al final merezca la pena sacrificar una parte de tu vida por complacer a quien te quiere.
De eso trata la película, que aunque fue vapuleada por la crítica y el público, es de las pocas cintas de Luc Besson que realmente tienen alma y te transportan a otro universo.
En éste caso el universo es un lugar profundo, oscuro y frío, donde no residen más ideas que el yo frente al abismo acuoso. Y en ese abismo te encuentras frente a frente con tu destino.
La factura técnica es imponente: una trabajo de fotografía preciosista y vivo, parece mentira que la película fuera rodada en los 80 , (donde abundaban más los tonos tristes y los filtros oscuros) los escenarios son idílicos y variados, pero a la postre tenemos el abismo donde se sumergen una y otra vez Marc Barr y Jean Reno, oscuro, ciego y frío donde las únicas voces que se pueden escuchar son las corrientes que empujan a sus personajes hacia lo más profundo.
A ello contribuye también la maravillosa música de Eric Serra, con temas que se hibridan perfectamente con las imágenes, alternando temas de una belleza y alegría solaz, a otros de una tristeza y oscuridad abrumadoras.
En especial, los temas de Much Better Down There , Overture , Syncronised Instant , Croise Of The Dolphin o el tema final My Lady Blue cantado por el mismo Serra, son una antología perfecta para reflejar dos mundos contrapuestos: el de la luz y la oscuridad.
Es una obra de arte muy especial que no a todo el mundo va a llegar: para unos no pasará más allá de ser un bonito videoclip submarino, para otros un viaje pretencioso y new age sin mayor atractivo que el disfrutar de sus imágenes. Pero para los que realmente logren conectar con la esencia del filme, resultara un viaje a las entrañas mismas del mar, y como rezaba aquella obra apocaliptica de Ken Levine: ¡Y renaceremos! Del frío útero del océano .
Personajes cuya máxima intimidad es hacer el amor con la muerte en lo más profundo, esperando a ese maravilloso ser que los lleve a otro mundo.
Esta es de esas películas que dejan sin respiración. Nunca mejor dicho. La vi en el 89 con 7 años. Y me agarró. Le di guerra a mi madre durante dos meses porque quería alquilarla y siempre estaba ocupada. ¿Qué me llamó la atención de ella? El cartel, claro. Yo qué sabía de cine. A mí me gustaba el poster. En el original está Jean Marc Barr con unas gafas de buceo en la frente y a su lado Rosanna Arquette y Jean Reno. Todos en azul. Debajo de ellos un mar inmenso y un delfin que surge de las profundidades.
Me enamoré de ese cartel y llevo años detrás de él. Era una mezcla de melancolía y belleza que ya entonces reconocí que era bueno. La película me gustó pero no entendí el final. Tuve que verla de nuevo a los 15 años para entenderla. Y en cuanto salió en dvd me la compré y está en mi top ten de películas especiales. Esas que nunca estarán entre las listas de críticos del mundo como las mejores de la historia pero que marcan un antes y un después para la gente.
Cuando acaba esta película eres una persona distinta. Lo explico en el spoiler.
Impresionante, preciosa e incluso algo filosófica película que dio a conocer al francés Luc Besson. ¨El Gran Azul¨ iba a ser originalmente un biopic sobre el submarinista Jacques Mayol y su rival pero a la vez amigo Enzo Maiorca. Ambos personajes son los que interpretan Jean-Marc Barr y Jean Reno pero al final la historia contada es totalmente ficticia (como curiosidad el propio Mayol colabora en el guión).
Es de duración quizás un poco extensa (casi 3 horas la versión extendida) pero lo cierto es que en ningún momento se hace pesada aunque si hay algunos momentos algo lentos y pelín sobrantes.
Por lo demás nos encontramos ante una joya del cine francés y del cine europeo en general: La historia en sí es trágica pero reflexionando ves que al final el protagonista consigue el propósito que llevaba esperando toda su vida (no especifico por no poner spoilers). Y aunque el film en sí sea un drama los momentos humorísticos que tiene se agradecen y son muy buenos (cuando el hombre japonés ¨intenta¨ sumergirse para superar el record de Enzo).
La música de Eric Serra es espectacular. Profunda, sutil y además te deja tranquilo y muy relajado por dentro. Una maravilla de banda sonora.
Y en cuanto a las interpretaciones, asombrosas, y eso por parte de prácticamente todos: desde Barr, Reno, una estupenda Rosanna Arquette y un excelente Sergio Castellitto como secundario.
Intensa, entretenida, existencial, hermosa, delicada, espléndida… Una joya de película.
Con espléndidos paisajes y una delicada pero penetrante banda sonora Luc Besson consigue magnificar si cabe la grandeza del mar y con ello la de la naturaleza. La película aunque quizás un poco lenta consigue que el espectador se sienta diminuto ante la inmensidad del mar y se contagie de la soledad de las profundidades. Competiciones de apnea, alegatos ecológicos y la lucha entre la pasión incondicional del protagonista por el mar y el amor imposible que le procesa su pareja hacen de esta película una mezcla genial de sensaciones.
Preciosa historia es la que nos sirve Luc Besson en este gran film, relatando la relación de amistad entre dos amigos de infancia, Jacques y Enzo, el primero un muchacho humilde y honesto, que esconde en su interior turbadores sentimientos sobre un pasado desafortunado, y el segundo un tipo vanidoso y presuntuoso, pero que siempre guarda conmovedores gestos para sus amigos y personas más acérrimas. Sin embargo, y siendo personalidades tan distintas, ambos conservan un interés común, su pasión por el fondo marino y, más concretamente, por la especialidad deportiva de la apnea, que les une del mismo modo en que les separa, debido a que detrás de su entrañable amistad, también se esconde una adversidad enorme, descrita por el cineasta galo con gran trazo, salpicando la cinta de situaciones tan sugerentes como desalentadoras, donde es capaz de mostrar tanto lo mejor como lo peor que es capaz de ofrecer cualquier ser humano dependiendo de las condiciones en las que se encuentre. Así, la narración se halla repleta de momentos que muestran la naturaleza de nuestros dos protagonistas, siendo esta sumamente atrapante para el espectador.
La dirección es pulcra y altamente conmovedora, constando entre sus mayores bazas una fotografía preciosa, que sabe mostrar el fondo marino como un elemento con vida propia, haciendo sentir al público la inmensidad del mismo en diversos momentos de la película y aportando maravillosas secuencias que quedarán grabadas en la retina de uno mismo. Se podría decir, que es también un film que, pese a contar con una duración algo exagerada, posee la enorme virtud de estar salpicada por una amenidad y entrañabilidad encomiables, haciendo que no se torne aburrida en casi ningún momento.
Mención a parte para la banda sonora de Eric Serra, una verdadera joya al alcance de pocos, con piezas magistralmente compuestas e introducidas en cada punto de la obra con un acierto intachable, ofreciendo un acompañamiento para la imagen loable, que parece mezclarse con cada instante, conformando un todo y resaltando el preciosismo que puede llegar a ofrecer el fondo submarino. En definitiva, una de las mejores bandas sonoras que el señor Besson haya tenido el privilegio de manejar.
A resumidas cuentas, bellísimo y sugerente homenaje al interior marino, donde nos topamos con situaciones inolvidables y también a la modalidad de la apnea, así como serio y detallado análisis a las relaciones humanas, con esta vertiente que explora al máximo el vínculo amistad-rivalidad que se sostiene en la cinta a raíz de, en ocasiones, incisivos diálogos, situaciones sorprendentes y la descripción sobre los distintos aspectos que atan a los personajes entre sí. Para los admiradores de propuestas tan íntimas como esta.