El final del camino (Serie de TV)

5 comentarios en «El final del camino (Serie de TV)»

1. El problema de este serie, El final del camino,  no es que sea aburrida, que las diferentes tramas se entremezclen sin dejar claro a donde quieren llegar o que la suma de todo haga que el espectador se pierda, tampoco que el espectador con una cultura media se enfade por mezclar los acontecimientos históricos con la ficción… el problema es que un producto con tantas cosas negativas cueste el dineral que ha costado y sea pagado por una televisión pública.
   
   Es curioso que en España sea mayoritariamente la izquierda la que se une para defender el audiovisual (películas en su mayoría) y estén respaldando una industria en la que el mayor porcentaje de los gastos recae en un pequeño porcentaje de trabajadores. Una muy pequeña parte de actores con papeles protagonistas junto con los guionistas, directores y productores cobran unas cifras astronómicas en relación con el resto de trabajadores indistintamente de que el producto final fracase o no, en cambio a los auxiliares, ayudantes, actores secundarios, figurantes, etc, se les paga según convenio, escatimado al máximo sus sueldos.
   
   ¿Para cuándo se pagará a los responsables de cualquier producto audiovisual según el beneficio que consiga su producto?
   
   ¿Por qué lo hagan bien o mal tienen que cobrar cifras astronómicas?
   
   ¿Por qué no cobran un sueldo base estipulado por convenio y después de la emisión cobran y se reparten los beneficios si los hubiera?
   
   A mí personalmente me parece mal que una serie de 8 capítulos pueda costar casi 8 millones de euros para que los responsables se lleven en 5 meses de trabajo cientos de miles de euros antes de saber si lo que van a hacer funcionará o no.
   
   Criticamos las obras civiles faraónicas que hicieron algunos gobiernos y que pagamos todos y que apenas tienen uso pero aceptamos con normalidad esta clase de despilfarros.

2. Señores productores. Señores de TVE: no se escuden en el poco presupuesto con el que cuentan para hacer sus series. El ministerio del tiempo es la prueba de que con poco, ustedes pueden hacer mucho cuando les interesa o quieren. Les puedo perdonar que haya cuatro gatos disfrazados de época, les puedo perdonar que algunos escenarios sean puro cartón piedra, pero joder. ¿Y la mugre y la suciedad del siglo XI? vestir a los actores con un trapo roto pero impecablemente limpio. Joder, aprendan de los maestros en series de época, los ingleses, que no es tan difícil seguir ese camino. Queremos realismo en los escenarios.
   
   No sé cómo tomarme esta serie, si como una broma o como un insulto. Señores productores, si quitamos los hermosos parajes de Galicia, no queda nada. Absolutamente nada. Actores espantosos. Personajes estereotipados. Personajes musulmanes interpretados por actores que hablan con acento francés. Reina de origen francés interpretada por una actriz que habla en un impoluto castellano.
   
   Los errores históricos son tremendos, pero tremendos. Doña Constanza no era infiel a Alfonso VI, Alfonso VI no era un bruto ignorante, al contrario, fue un rey sumamente inteligente, hábil y capaz, que consiguió lo que entonces parecía imposible: la toma de Toledo y dar un impulso definitivo a la Reconquista. La futura reina Urraca no había nacido en 1075, no sé a cuánto de qué viene sacarla como una niña. El obispo Peláez no es como sale en la serie, sino que fue un elemento de cuidado que intentó entregar la soberanía del reino de Galicia a los ingleses. El caudillo almorávide, Yusuf Ibn Tasufin, era un anciano cuando llegó a la Península. Ni siquiera se han molestado en dar rigor y credibilidad subtitulando al actor. En fin…
   
   La presencia de los musulmanes, todos malos, malotes, es la repanocha. Por Dios, la novela histórica El puente de Alcántara ambientada en esa época, le da mil vueltas y cuenta a la perfección como eran la España de las tres religiones en el siglo XI.
   
   Luego hay situaciones que bordean el ridículo, como ver al protagonista con el moribundo de Toledo a Compostela en un suspiro… tomarían el AVE, porque sino.o la escena donde los hermanos mayores entran en Toledo a rescatar al pequeño puf.. Eso sí, los desnudos que no falten, ni las traiciones amorosas.
   
   Señores productores. Saben hacerlo mejor y los espectadores debemos exigírselo. Este producto es un retroceso tremendo después de El ministerio del tiempo y la decente Isabel Esta serie no vale para nada. Es mala al lado de las anteriores, o de la mejor ficción internacional. Háganlo mejor.

3. Últimamente he tenido mala suerte con TVE. He visto casi seguidas las series Reinas del Sr. Moreno y ésta. Reinas es infumable. En El final del camino sólo salvo a los actores, profesionales que hacen lo que se les dice aunque lo que se les diga sea absurdo. El guión es malo, muy malo. Los hechos históricos están tan manipulados que son irreconocibles. Una vergüenza que esto ocurra en la televisión pública.

4. Si no, no se explica tan poca calidad. Ni presupuestos ni leches. Malos actores, diálogos absurdos, ambientación inexistente, mal vestuario y no porque sea caro o barato, la falta de mugre, es que las ganas de ser chapuceros se notan desde lejos. La fotografía, la banda sonora y los efectos de sonido son insultantes…
   
   No me creo que no se puede hacer mejor. Es que no.
   
   ¿No ven series extranjeras? Porque deberían aprender algo de ellas.
   
   Que no se ve mucha falta de presupuesto, sino de talento. Va a ser verdad que en este país lo que se rueda tiene que ver, como en la política, más con los amigotes que con el talento.
   
   Y ya no hablemos de esta santa manía de que el director ha de ser también guionista, valga para ello o no. Porque visto lo visto, no vale. Es como si quisieran inventar la rueda de nuevo.
   
   Y luego tendrán la cara dura de pedir que se apueste por las series españolas…
   
   Me los imagino en un bar, dándose coba unos a otros, dorándose la píldora y más preocupados en ligar que en hacer.

5. No voy a extenderme mucho pues el crítico Rufus T Firefly se ha expresado con contundencia y hago mías sus palabras. Solo añado que nunca entenderé por qué en las series españolas históricas hay ese permanente exceso de iluminación en los interiores, por qué se empeñan en tener las velas encendidas ¡de día! olvidando que eran un artículo caro y que no tenía sentido alguno, por qué los guionistas usan un lenguaje del siglo XXI en pleno siglo XI, por qué está todo tan limpio… Por no hablar de esa Compostela que mas parece una aldea en la que se construye una iglesia parroquial, de esos musulmanes ridículos con acento gabacho, de ese Toledo y esa Sevilla de pegote, de esos barcos y esos bosques del principio que parecen salidos de un videojuego cutre de hace una década y media… Solo salvo del desastre el equipamiento de los guerros cristianos (escudos, yelmos, espadas, cotas, sillas, etc) pero no las escenas de acción.
   
   Vamos, que esto no es Vikingos , precisamente. Es mas parecida a la lamentable Toledo, cruce de destinos que perpetrase Antena 3 hace unos años que a otra cosa.