El espía de los Balcanes
Sinopsis de la película
Ilija Cvorovic es llamado por la policía secreta para hacerle unas preguntas acerca de su vecino, un hombre de negocios que ha regresado desde occidente. Después de esa charla, Ilija está convencido de que su vecino representa la más grande amenaza para la seguridad nacional, y comienza su propia operación de vigilancia del inocente vecino.
Detalles de la película
- Titulo Original: Balkanski spijun
- Año: 1984
- Duración: 95
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Opinión de la crítica
Película
7.1
60 valoraciones en total
Hacía mucho tiempo que quería ver esta película por las recomendaciones de mi amigo Vozidar, quien ya me la recomendara largo tiempo atrás. Ciertamente me arrepiento de no haber encontrado un momento antes para visionar este excelente largometraje del siempre sorprendente Dusan Kovacevic, todo un maestro. En la película se analiza muchos aspectos interesantísimos que deberían ser tenidos en cuenta por todo aquel que se adentre en el estudio de fenómenos y conceptos como totalitarismo o stalinismo. Una película que debería ser de obligado visionado en todas las facultades de Filosofía y Letras, especialmente en las especialidades de Historia Contemporánea. El análisis que Kovacevic lleva a cabo en torno a los efectos de determinados regímenes totalitarios e ideologías milenaristas sobre las sociedades es verdaderamente espeluznante, a la altura de las de un gigante como Orlando Figes.
Desde el principio nos encontramos con que no va a haber nada extraño detrás de la vida del supuesto espía. La llamada de la policía secreta a Ilija, propietario de la casa donde se hospeda Petar, no sería más que una cuestión de control rutinario (el miedo de las autoridades comunistas del bloque oriental a todos aquellos migrantes o simples turistas, aunque de éstos no había muchos, que regresaban de vuelta a sus países de origen tras una estancia más o menos larga en Occidente por las ideas subversivas que podían introducir en el país). Ilija, un antiguo stalinista, muestra en sí mismo las huellas de un pasado difícil bajo el régimen titista que renegó de la URSS y los efectos de las humillaciones sufridas por su filiación política. Tras la ruptura de Tito con Stalin todos los confesos seguidores del georgiano en territorio yugoslavo fueron perseguidos, purgados y encerrados en las cárceles y campos de trabajo de alta seguridad de Goli otok y Sveti Grgur. Es posible que el propio Ilija pasara por ahí cuando habla de sus dos años en la cárcel, y su hermano, que pasó cuatro. Es evidente que ambos salieron reconvertidos en ciudadanos válidos para el proyecto comunista yugoslavo, pero en ellos quedaron las evidentes taras del terror a ser considerado un traidor y a ser constantemente perseguido (lo cual sería en cierto sentido una alegoría del stalinismo y, por supuesto, del titismo, muy amante de las purgas políticas).
Imaginemos por un momento que un espectador de Intereconomía se cree realmente lo que se deja caer en el Gato al Agua: El presidente del Gobierno, que llegó al poder conchabado con ETA, grupo que perpetró el atentado de Atocha el 11M, promueve la Alianza de Civilizaciones para traer el Islam, que es Al Qaeda, a España. Su ministro de Interior llama por teléfono a ETA para que no la detengan cuando van a hacerlo. Su vicepresidente recoge las mordidas en bolsas de deporte en una gasolinera. A la izquierda, IU es corresponsable de cien millones de muertos en el mundo. Quemaron iglesias. Los nacionalistas quieren destruir España, son todos ETA. Los homosexuales quieren obligar a nuestros hijos a ser homosexuales. Los que desentierran las fosas de los represaliados quieren iniciar otra vez la Guerra Civil. ¿Educación para la ciudadanía? el libro rojo de Mao.
Y yo con estos pelos dándole a la Play.
Es propaganda. Afortunadamente, aquí, cambiamos de canal. Allí, no había opción. En la ex RDA, por ejemplo, hay gente que no habla. Todavía conserva la costumbre de no hablar. En su familia podía haber un informador de la Stasi. Cualquier comentario fuera de tono podía ser un problema. Han pasado veinte años y siguen mohínos y callados.
Nuestro protagonista, interpretado por Danilo Bata Stojkovic, era estalinista hasta la médula y fue a la guerra a jugarse la vida contra los nazis. Luego le pilló la ruptura de Tito con Stalin cuando el croata pasó armas a los griegos poniendo en peligro el imperio alcanzado por la URSS en Yalta. A todos los estalinistas de Yugoslavia les cayó encima una represión calcada a la estalinista, que por entonces fulminó a miles de comunistas por toda Europa acusados de titismo. Un ejemplo cinematográfico, La confesión de Costa Gavras y nuestro ex ministro de Cultura, Semprún.
Sigo en el espoiler:
1995 y 1998 Kusturica creava sus dos mejores obras, Underground y Gato negro, gato blanco a las dos se las ha comparado reiteradamente con el mejor Berlanga, el éxito fue tal que en 2007 repitió la formula y filmó Prométeme . Lo que muy pocos saben es que en 1984, se creo una de las mejores comedias que se hiciesen por aquellas tierras, no contiene ni el colorido ni las excentricidades de las que dota sus películas el polifacético Kusturica y al contrario que este El espía de los Balcanes es mucho mas fácil de digerir, pero las similitudes que posee con Berlanga también son claras.
Desde el minuto uno la paranoia se apodera del protagonista arrastrando consigo a todos los que le rodean, creando así una atmosfera de desconcierto y errores que evidenciaran la nulidad de los mismos. Recreación de los regimenes totalitarios tal vez.
A medida que transcurren los minutos vamos recopilando mas información, hasta el punto que tenemos mas datos que los propios protagonistas (de echo conocemos toda la verdad), lo cual hace que nos parezcan mas disparatadas y estúpidas sus actuaciones, que llegan a convertirlos en personajes caricaturescos, pero sin toques surrealistas, en ocasiones con semejanzas, salvando las distancias con el cine de Wilder y sobretodo sus comedias.
Una película sobre la ironía y el sarcasmo de lo que un día fue un país aleccionado en la difusión de unas ideas que impedían al individuo pensar por si mismos en favor del sistema, a la vez que denuncia, y en el que Kovacevic incita a sus compatriotas a reírse de ellos mismos.
Los directores de hoy en día tienen que aprender mucho del humor del de antes, por suerte o por desgracia, ya ninguno ha vivido en un estado de represión en el que hacia falta pensar mas y ser mas inteligente para camuflar la denuncia humorísticamente y mas como en el Espía de los Balcanes , sin que el nivel flaquee en ningún momento.
Maravillosa joya olvidada y poco conocida del cine jugoslavo.
Gran ejemplo de genialidad cinematográfica, que vence la falta de medios y el férreo control de la censura disfrazando de comedia del régimen lo que en realidad es un brutal drama en contra de la dictadura comunista y paranoica de Tito. Resulta increíble que esta mordaz critica superara el olfato de los inquisidores de la época.
De cualquier modo, lo mejor de la cinta no son las dotes técnicas del director, ni la fotografía, ni los efectos especiales, que no hay. Lo mejor es la historia en si y las soberbias interpretaciones de practicamente todos los actores.La historia, repleta de simbolos, señales, claves y notas de humor. Y la interpretación, sobre todo del actor principal, que se sale mientras cae en su paranoia cada vez mas y mas.
Ha sido una grata sorpresa encontrar esta película y poder verla (mejor en versión original). Te hace reír, pero también te deja jodido con la veraz metáfora que representa.
Para quien la haya visto, sigo en spoiler…
Ha costado lo suyo, desde luego. Pero gracias a la ayuda de gente como el usuario Vozidar (verdadero líder espiritual para todo amante del cine balcánico e italiano), por fin ha caído en mis manos el primer trabajo como director de quien es, para mí, uno de los mejores guionistas europeos de todos los tiempos, Dusan Kovacevic. Más conocido por escribir Underground.
La idea de partida es brillante (ignoro ya el número de veces que he comenzado mis críticas con esta frase. La patentaré). Un hombre es llamado por el gobierno para consultarlo acerca de su nuevo inquilino, un hombre de negocios que ha vuelto al país después de muchos años. Rápidamente la paranoia y el miedo se apoderan de nuestro protagonista, que con la idea de ayudar a su país, y motivado también por el pánico a que lo puedan relacionar con su huésped, decide comenzar a espiarlo, convencido a su vez de que a quien vigila es en realidad un enemigo de la patria que trabaja para otros países.
Dusan juega a representar en este triste y patético personaje al servicio secreto de su país. Todas las acciones realizadas por el protagonista no son más que el fiel reflejo de las viles acciones que el espionaje yugoslavo cometía sobre su propia población.
La paranoia va en aumento, involucrando también a más personajes, como la fiel mujer que duda de las acciones de su marido pero que no se interpone, y la hija, voz de la razón. No falta tampoco un hermano igual de demente y absurdo que decide ayudarlo.
Cuando llevamos buena parte del metraje, en el espectador se enciende la bombillita de que hasta ahora, el guión ha ido superando nuestra exigencia, la idea de partida no ha naufragado en ningún momento, y la intensidad y el delirio van aumentando poco a poco de manera creíble (algo de agradecer en una historia como la que se nos cuenta). Tal vez nos ha fallado en algunos instantes un poco el humor, pero nada más.
Como digo, se enciende la bombillita del espectador que viene a decir algo así como Vale, muy bien hasta ahora. Pero no creo que puedas mejorar. ¿Ahora qué?.
Y entonces Dusan nos deleita con unos últimos 15 minutos magníficos, donde el popular actor Danilo se sale con su monólogo en esa habitación roja, y a mi se me cae la cuchara del helado al suelo y ni me inmuto. Y ya no sabes si reír u acojonarte del triste y patético personajillo interpretado por Danilo. Y el final es simplemente cojonudo y quedo clavado en mi sofá. Y se me hace corta la película. Y dan ganas de decirle a Tito: Jodete, malidto enano dictador.
Y es que Dusan es mucho Dusan.