El eslabón del Niágara
Sinopsis de la película
Harry Hannan es ingresado en una institución mental después de asistir impotente al asesinato de su esposa en un restaurante mexicano. Después de cuatro meses de baja por una profunda depresión, Harry intenta reincorporarse a su trabajo en una agencia secreta del gobierno pero descubre que lo ha apartado del servicio de manera indefinida. Incluso le ha realquilado su propia casa a una desconocida. Harry está convencido de que alguien quiere quitárselo de encima. Un día descubre un papel bajo la puerta de su apartamento, una amenaza de muerte sacada del Deuteronomio y escrita en arameo.
Detalles de la película
- Titulo Original: Last Embrace
- Año: 1979
- Duración: 102
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Opinión de la crítica
5.5
32 valoraciones en total
Entretenida película del poco experimentado (por entonces) Jonathan Demme, que expone claramente sus virtudes y sus defectos.
Como virtud no cabe duda que atesora lo más importante: entretiene y te capta y más o menos consigue mantener el interés.
Como defecto, un guion bastante tramposo y deslavazado, con algunas carencias importantes, derivando en algunas escenas carentes de toda lógica, unos intérpretes un tanto forzados y un historia que pretende abarcar demasiado y deja flecos sin cerrar a mitad de la película sin importarle.
Digamos que la película arranca muy bien pero se va desvaneciendo hasta llegar a un torpe e inverosímil final.
Aun así, ya digo, entretiene y permite ver las buenas maneras que ya apuntaba el amigo Demme, aunque nadie podría prever que luego firmaría una joya del calibre de El silencio de los corderos.
Recomendada para espectadores no muy exigentes que quieran pasar un ratillo sin esperar grandes cosas.
Demme, aún lejos de su merecida fama posterior por los corderos de Lecter, se arranca aquí con un homenaje a Hitchcock no exento de cierto olorcillo constante a las primeras películas de Brian dePalma (homenaje del homenaje del homenaje). Incluso tiene un interesante momento McGuffin en el que todo parece que va a ir de una cosa, pero luego va de otra y tal… Lo de siempre en estos casos, pero no mal llevado, ni aburrido, a pesar de las constantes torpezas del guionista (ciertos diálogos son verdaderamente estúpidos) y algún que otro desbarre del elenco actoral no del todo comprensible.
El problema básico es que pese a contar con una realización competente, y ciertos tramos buenos (sobre todo en el arranque), la historia termina resultando extremadamente artificiosa. Además, la tensión se desinfla pronto a causa de una inoportuna escena introducida casi media hora antes del desenlace y no rectificada, como hubiera sido lo oportuno, en la sala de montaje. Con ello, el clima de tensión y misterio que Demme había logrado crear -cierto que a trompicones- en torno al siempre contenido Roy Scheider se diluye y, por ello, la trama pierde todo su interés. Consecuencia: los últimos veinte minutos sobran y el espectador ya no para de rebullirse en la butaca deseando que todo concluya como sabe.
Entretiene y punto.
El eslabón del Niágara es una de las primeras películas del oscarizado Jonathan Demme. Un film al más puro estilo Hitchcock que desgrana poco a poco las pistas sobre una trama un tanto rebuscada pero interesante.
La historia de un agente secreto que pierde a su mujer cuando intentan asesinarle y que poco después conoce a una atractiva estudiante que ocupa su apartamento cuando la agencia para la que trabaja le despide y le deja en la calle al considerar que la muerte de su esposa le ha trastornado. La paranoia de Roy Scheider aumenta cuando cree que intentan liquidarle y recibe unas misteriosas notas escritas en arameo. Ayudado por la joven estudiante comienza a investigar las amenazas descubriendo una historia de violaciones y venganzas en la que se encuentra metido de lleno.
Harry (Roy Scheider) está mosqueado, ha pasado una fuerte depresión porque le mataron a la mujer cuando estaba con ella en la terraza de un restaurante. Una putada.
Una cinta de agentes secretos que declina en planes de venganza. Harry se siente perseguido, no sabe nada, se cree que todo se debe a la organización que le quiere quitar de en medio. El film tiene un ritmo muy bueno que Roy Scheider se encarga de llevar de un lado para otro con su traje blanco. Nos contagia de sus nervios y nos desorienta pero sin perdernos, con los debidos pasos para ir enterándonos del caso, los que va dando él.
Roy Scheider compone el personaje al dedillo y Janet Margolin está estupenda en un papel clave para mantener la credibilidad del argumento. La acción es la de carreras, tiros, reproches… Y los personajes que se van cruzando para acentuar el misterio hasta un final emocionante. Mejor de lo que parece.
El eslabón del Niagara es una película que hubiera quedado perfecta para poner en un Sabado cine hace unas décadas , y que solo ver el principio ya sabría que iba a ver un film que me iba a mantener atento, con la música de Miklós Rózsa creando ambiente, y con la escena de Roy Scheider en el andén de la estación de tren casi al principio de la película.
Es algo que echo de menos, la sensación de expectativa ante una película.
Pero si no puntúo alto El eslabón del Niagara es porque considero que utiliza un recurso algo tramposo presentando a tantos personajes intrigantes.
Aunque la primera vez que la vi me pareció buena precisamente por eso, por mezclar la historia de Roy Scheider , que es un agente de no sé que agencia, con la de la chica que busca venganza y también todos los personajes que están interesados en lo que le está pasando a Scheider.