El empleo del tiempo
Sinopsis de la película
Vincent se queda sin empleo, pero no tiene valor para contárselo a su familia y amigos, por lo que decide inventarse un trabajo en las Naciones Unidas, un trabajo ficticio que le obliga a vagar sin rumbo día tras día.
Detalles de la película
- Titulo Original: Lemploi du temps
- Año: 2001
- Duración: 133
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Opinión de la crítica
Película
7
88 valoraciones en total
Notable relato servido por el galo Laurent Cantet, que nos habla de temas tan candentes hoy en día como la incomunicación familiar, la búsqueda del bienestar propio, y el malestar dentro del ámbito laboral, haciendo mella en algunos más que en otros, y mostrando un drama muy bien aderezado gracias a las caracterizaciones de los personajes de más peso y a una acertadísima y sutil delicadeza en el momento de plasmarlo todo en pantalla, que más adelante volvería a poner en práctica de nuevo y con mayor pulso en Recursos humanos.
Si hay algo capaz de debilitar ese trabajado relato que, pese a su duración, no se hace pesado ni cargante en ningún momento, eso son, sin lugar a dudas, ciertas incongruencias y deslices argumentales que podemos observar a lo largo del film, siendo estos de gran importancia para el entendimiento del espectador sobre lo que sucede en pantalla, pero quizá no tanto para el transcurso de lo que se ofrece en la misma.
Otro punto que merece la pena ser rescatado es la dosis de sensaciones tan distintas, como la amargura o la emotividad, que el cineasta impregna en determinados momentos, dando un aspecto bastante creible y natural a la labor desempeñada por sus dos intérpretes principales. La banda sonora es uno de los componentes que más fuerza cobra en esta vertiente, pues ayudada de una interesante composición de planos y movimientos, hacen de dicha obra algo serio y atractivo, dejando que el espectador pueda sentirse atrapado por una narración tan veraz como modélica.
Es esta una película compleja y sencilla al mismo tiempo, requiere que nos paremos a pensar en nuestras vidas, en el miedo a tomar decisiones, no existe mayor temor en el hombre que sus dudas.
Cuantas veces hemos pensado que nuestro destino no tiene rumbo, que la monotonía invade el dia a dia, que los hechos parecen repetirse, que no somos capaces de afrontar la verdad, porque la verdad duele y todo ello conduce a que terminemos acomodandonos en un callejon sin salida.
La película que nos ocupa, explora el lado más amargo del ser humano, aquel que descubre todas las contradicciones que nos rodean, y lo hace de forma pausada, sin énfasis, pero consciente del dolor que conlleva. Como nos hemos convertido en esclavos de una sociedad manipuladora que nos remonta al visionario George orwell quien ya daba claves de un mundo despersonalizado y oscuro, dependiente de un gran hermano que todo lo ve.
El empleo del tiempo es un film honesto, arriesgado y que mete el dedo en la llaga, tocando un tema hiriente y real y que plasma mejor que las otras versiones ( se trata de un caso real que cuenta con otras adaptaciones ) el desencanto y la sinrazon que habita en cada uno de nosotros. La imagen final resume en el rostro del protagonista toda una parábola terrible del porqué de las cosas. Ya lo decía muchos años atras el protagonista de una película de Bresson EL DIABLO PROBABLEMENTE ( quien mueve los hilos ) se preguntaba este joven hastiado de tanta presión.
El empleo del tiempo, deja un poso de tristeza en el espectador, consciente de que lo que está viendo no es más que el espejo que nos devuelve la imagen.
¿Qué harías si te echan del trabajo? ¿Qué harías por no preocupar a tu familia ante este hecho, serías capaz de no decírselo? ¿Hasta donde estás dispuesto a pelear por el bienestar de los tuyos? ¿Hasta dónde das importancia a tu imagen? ¿Hasta dónde la dejas caer?
¿Cómo empleas el tiempo que te ofrecen? Esa es la cuestion de esta obra que ahonda en los sentimientos humanos más profundos: la entrega, el sacrificio, los valores más intrínsecos que manejamos, o que nos manejan y como manipularlos y/o manipular todo nuestro entorno sólo para dar cuenta de que nada ha pasado, de que todo sigue como siempre.
La mentira cobra un rasgo predominante en esta peli porque recae sobre un sujeto que viste, habla y actúa con una educación cuasi exagerada pero no desmedida. A su vez, está rodeado de un contexto tan noble y altruista como él: cualquier desfase en su cadena de valores desde el mero actuar será considerado un sacrilegio.
Es verdad que no existe explicación razonable para la actitud del protagonista, él se define como un hombre que sabe tomar decisiones pero en este caso sus determinaciones conllevarán al equívoco, contradiciendo su mesura característica: serán del todo irracionales.
El empleo es una obra dura pero no tan visceral como debiera ser, quizás porque el ritmo narrativo es demasiado pausado y se regodea en situaciones que se repiten sólo que bajo distintos rostros, distintos personajes. Al mismo tiempo, se enreda en su propio caos interno y parece que no sabe bien como salir, dando como resultado un manotazo de ahogado final que no es erróneo, pero que puede decepcionar a más de uno.
Recomendable…emotiva cuando quiere, bien montada, bien actuada…
¿Cómo escapar de la rutina, cómo liberarse de una realidad que te encadena, cómo encontrar la salida de una angustiosa existencia que te lastra día a día?.
Vincent conduce, conduce durante horas: es su particular forma de escapar de una vida que le asfixia, y le asfixia porque no se encuentra a gusto, y no sólo porque haya perdido su trabajo, que también, sino porque tiene pavor a las cadenas del qué dirán, a quedarse estancado por la opinión de los demás, a morir lentamente varado en lo que se espera de él, y tiene pavor a la derrota, a la constatación pública de su fracaso personal, a defraudar, a no dar la talla, a no llegar al lugar donde todos lo aguardan.
Y sigue conduciendo, y se siente libre, como nunca se había sentido, pero sabe que todo es una farsa temporal, un juego con fecha próxima de caducidad, y sabe que la realidad es dura, siempre lo es, y que el paso del tiempo supondrá un giro más en la cadena que anuda con fuerza su cuello.
Y por ello miente, engaña y estafa a los suyos, a los que más ha querido, pero también a los que más se van a sentir decepcionados, y lo sabe, perfectamente, y eso multiplica su dolor, pero ya no hay marcha atrás, no puede desandar el camino recorrido, ya no, ya sólo puede esperar un milagro, algo que le ayude a salir del marasmo en el que se encuentra, pero no es fácil, nunca es fácil, sobre todo cuando se trata de decepcionar a los que más esperan de ti.
En un momento dado cree hallar el milagro que esperaba, pero pronto se da cuenta que nadie le va a ayudar de forma desinteresada, que los favores se pagan, y casi siempre con intereses. Así es la condición humana, nadie regala nada, nadie piensa en el bienestar ajeno, ¿para qué?.
Pero el tiempo pasa, y se le echa encima, nada parece funcionar, sólo consigue empeorar su situación, y se siente culpable, dolorosamente culpable, pero ya no es posible cambiar, la situación es desesperada, no hay salida, está atrapado en un oscuro túnel del que ya no puede seguir huyendo, quizás ese sea el final, merecido final, al fin y al cabo, por todo lo que ha hecho, o peor, por lo que no se ha atrevido a realizar.
Excelente retrato de lo que la sociedad ha hecho con la mayoría de nosotros: meros drogodependientes del trabajo-jaula. Somos como monos a los que crían y acostumbran a pasar la mayor parte de su tiempo en una jaula, con lo cual obtenemos dinero para sobrevivir comprando y consumiendo, una jaula que es valorada por todos los que nos rodean, una jaula en la que nos sentimos seguros y respetados, si por cualquier motivos nos echan de dicha jaula a la intemperie, si la perdemos y quedamos fuera, en lugar de mirar la amplitud de mundo, de la libertad, de la direcciones a tomar, nos sentimos fracasados, derrotados y reclamamos o deseamos ansiosamente volver a la jaula, pues sólo así logramos sentirnos en paz y de paso contentar también a nuestra mujer, a nuestros hijos, a nuestros padres, a nuestros amigos y a la madre que los parió a todos ellos juntos. Este es el MAGNÍFICO QUID argumentativo que con enorme nitidez nos explica Laurent Cantet es su peculiar y reveladora película.
Cualquiera que haya abandonado su puesto de trabajo quedando desempleado, sabe lo que siente el personaje principal de este filme, se identifica inmediatamente con él, lo comprende en su vagar, en su mentir, en su desorientación. Porque nos han adiestrado para sentir miedo a no tener un trabajo esclavizado, terror a que nos echen de él o a perderlo, y este condicionamiento nos hace aguantar demasiado, deshumanizarnos, convirtiéndonos en esclavos sin criterio y sin voz, solo atentos a formar parte del SAGRADO TRABAJISMO aun a costa de nuestra única vida terrena y nuestro derecho a elegir vivirla en plenitud.
¿Quién puede preferir trabajar a vivir de una pensión, aunque no sea cuantiosa, y dedicarse a las cosas que realmente le gustan y que le permiten ser lo más libre posible? Pues mucha gente prefiere trabajar en un trabajo esclavizador y a disgusto en lugar de sentir la incertidumbre de ser libre. Como al personaje de la película NOS DA VERGÜENZA que nuestros seres queridos o amigos se enteren que perdimos nuestro trabajo-jaula. Estamos tan programados y alienados que cuando se pone uno a pensarlo detenidamente es ESPANTOSO. Desde la infancia van alterando nuestra personalidad para convertirnos en tipos que anhelan ser esclavos de un trabajo la mayoría de las veces asqueroso, desquiciante, abusador, infeliz. Así, aquel que no tiene un trabajo esclavizador, donde cobrar un sueldo que le permita conseguir objetivos como tener una hipoteca, un coche y momentos de ocio programados, no es nadie, se siente un inútil.
No es de extrañar que hoy en día la mayoría de jóvenes europeos no sueñen ya con ser exploradores, viajar por el mundo, aventurarse en alguna selva o desierto, sino que su máxima aspiración según indican las encuestas sea convertirse en FUNCIONARIOS ESTATALES, o sea en empleados, enjaulados, gente que ha nacido para pasar la mayor parte de su tiempo atrapados en una trampa existencial que le permita TENER aunque sea a costa de SER.
Fej Delvahe