El destino de Sissi
Sinopsis de la película
Aunque el comportamiento de Sissi es intachable, la archiduquesa Sofía, su rígida suegra, aprovecha cualquier ocasión para inventar falsos romances entre Sissi y el conde Andrassy con el fin de romper el matrimonio entre la emperatriz y su hijo. Mientras tanto, Sissi contrae en Hungría una grave enfermedad pulmonar que la obliga a trasladarse a Grecia para recuperarse.
Detalles de la película
- Titulo Original: Sissi - Schicksalsjahre einer Kaiserin aka
- Año: 1957
- Duración: 105
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Opinión de la crítica
Película
5.3
35 valoraciones en total
Última película de esta trilogia palaciega rosa sobre la vida (algo alterada para hacerla romanticona y cursi) de la emperatriz de Austria Elizabeth.
Mejora respecto a la segunda en que ya no hay tanto pasteleo excesivo y vergonzoso entre la pareja protagonista (en Sissi Emperatriz era hasta de risa). Esta nueva entrega se centra sobre todo en la enfermedad de tuberculosis que Sissi empieza a padecer y su lucha por superarla, pero aun así sigue siendo un drama narrado de manera descafeinada (por mucho que Romy Schneider trate de convertirlo en lo contrario con su más que decente actuación). El resto de tramas son mini culebrones (con pretendientes varios que nunca llegan a cumplir su objetivo de romper la inmaculada fidelidad de Sissi y el emperador) que quedan en la anécdota.
El destino de Sissi tiene los mismos defectos y cualidades que sus predecesoras. De nuevo se trata todas las tramas sin mucha profundidad y con bastante simpleza y cursilería solo apta para amantes de culebrones de época o niñas pequeñas. Y de nuevo su magnífica ambientación, música y vestuario la salvan y hacen que siga encandilando mínimamente. Pero sobre todo se hace agradable y soportable gracias a las actuaciones que siguen siendo atrayentes (esta vez destacan, siempre por detrás de Romy Schneider, Vilma Degischer que nos regala a una bruja de suegra pero que a la vez se hace carismática, y Magda Schneider como una graciosa y cariñosa madre). Mejora respecto a la anterior película recuperando un tono algo más equilibrado y menos rosa que Sissi Emperatriz y cierra dignamente el círculo de este folletín agradable.
Lo mejor: De nuevo las actuaciones, en especial Vilma Degischer.
Lo peor: Que prácticamente se oyen pájaritos en todas las secuencias (ya sea dentro o fuera palacio, tiene narices).
Interesante retrato de las intrigas y la vida de los palacios europeos de finales del siglo XIX, con una más que cuidada ambientación aunque pobres diálogos en algunas escenas. Combina el drama con mesurados toques cómicos, aunque se evidencia un guión nada resuelto. Una obra menor, pero con aspectos agradables.
Bueno… final de la triología. Algo light, es decir, que se podría haber hecho una sóla película de estas 3. No hay tanta chicha para hacer 3… Si al menos se hubiera llegado hasta su asesinato, sería algo interesante…
Lo que sí que me ha quedado claro, es que en aquella época toda Europa odiaba a Austria, pero gracias a la belleza de Sissi, toda Europa se rendía. Es como conquistar países por las buenas, en vez de por las malas jajajaja.
La tercera, más penosa y edulcorada peli de la terrorífica secuela de Marischka, un tio al que debía de sobrarle el dinero, sobre la falsa vida de la emperatriz Elizabeth. Todo lo que sale en la peli es una historia para no dormir sacada de debajo de la chistera, porque si Sissi tenía algo es que odiaba la ñoñería.
Romy Schneider con su pesada madre de nuevo nos sumergen en el mundo de la miel y la mermelada en un país llamado Pastelandia. Así la emperatriz de las albóndigas se pone enferma y para curarse se va de viaje. Aquí no lleva la guitarrita, pero mira tú que pena que no le pusieron hadas y enanitos, así por lo menos hubiera sido un cuento de verdad y no una gilipollez de peli que pretende ser verídica sobre su vida. Si ella lo viera……se volvía a Madeira y de ahí no se movía. Vestuario ñoño y el cartón piedra de siempre que sobró del Belén de Navidad. Menos mal que Romy recapacitó y no hizo más pelis de este falso personaje y comenzó a hacer papeles de verdad. El emperador de Pastelandia es el hombre del gengibre que el Rumpelstinki de la serie Érase una vez transformó en ser humano para casarse con la princesa de las albóndigas. En serio, Bohm está horrendo en este papel y el resto de personajes parecen sacados de comedias españolas de los años 50. Pérdida de tiempo.
Apuntes de estado, episodios personales e incidentes románticos filmados con la suavidad a que nos acostumbró en entregas anteriores definen la película con la que se cierra la célebre trilogía.
El largometraje mantiene ese estilo narrativo sencillo y sin asperezas porque resulta el más adecuado para un público familiar interesado en la anécdota vital de Sissi y en su trayectoria desde Viena hasta Venecia.
E. Marischka también repite el esquema de riqueza formal y de ambientación que tan buenos resultados le proporcionó, coquetea con el melodrama y se recrea en escenas de alta emotividad.
A destacar, como colofón, la estupenda interpretación de K. Böhm y de R. Schneider pero también la del resto del elenco.