El delirante mundo de los Feebles
Sinopsis de la película
Una irreverente comedia de marionetas. Aunque la morsa es un productor ambicioso, cuenta con un equipo muy poco profesional: un miedoso zorro que ejerce de director, una rana drogadicta, una rata que hace películas porno con vacas y cucarachas, un elefante maníaco y depresivo. Además, está su peor enemigo: la ballena, que es el capo de la mafia.
Detalles de la película
- Titulo Original: Meet the Feebles
- Año: 1989
- Duración: 94
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Opinión de la crítica
Película
6.4
48 valoraciones en total
Los teleñecos pero en versión adulta y con temática cañera, tráfico de drogas, pronografia, mundo del espectaculo, historia de amor típica incluida, … le da para mucho en esta película al sr. Jackson. Me parece interesante, hay dos puntos bastante buenos, uno es la historia del lagarto o cocodrilo junkie ex veterano del Vietnam, lo mejor de la peli en mi opinión (en espolier más).
No es una peli al uso, y es estilo Jackson primera época, no recomendada a todos los públicos (menos a los niños, aunque hay algunos que…)
En una dimensión paralela a esta existen los teleñecos que fracasaron, a los que se les pasó la fama y se gastaron hasta el último céntimo ganado en vicios varios y sobreviven con un espectáculo cutre y chapucero.
El catalogo de perversiones y casquería es amplio y haría sonrojarse al mismísimo Jim Henson.
Se confirma que la necesidad agudiza el ingenio y que con cuatro duros, creatividad y una buena cantidad de droga se pueden conseguir buenos resultados.
Peter Jackson nunca debió salir de Nueva Zelanda y dejar de consumir drogas, en su caso Hollywood ha sido su proyecto hombre particular. Una lastima.
Consejo del día del tío Tim:
Recomendar esta película a alguien que conozcas con hijos diciéndole que es una película de peluches tipo Barney el dinosaurio. Risas garantizadas cuando te llame cagándose en tus muelas. Los niños cuanto antes vayan acumulando traumas mejor, que los psicólogos y psiquiatras tienen que comer de algo. De nada.
Es muy fácil despachar Meet the Feebles como una gamberrada más del entonces joven cineasta en ciernes Peter Jackson: es el puente que une nada menos que Bad Taste y Braindead, además de la particular parodia burra del show de los Teleñecos y demás fauna marionetil que el australiano debió mamar desde pequeño. Pero su interés radica en su doble función de crítica despiadada del mundo del espectáculo (quizás la más sangrante y realista en espíritu jamás filmada) y de compendio cinéfago de la dieta que forjó su personalidad cinematográfica a lo largo de toda su vida, asimilada y excretada en un puñado de ideas y personajes absolutamente demenciales.
Como sátira de la trastienda del show business no tiene piedad alguna, y basa su efectividad no tanto en la negrura de su guión como en el carácter polisémico derivado de la elección de cada animal para representar a tal o cual estereotipo (el más evidente esa mosca reportera amarillista rebuscando entre la basura, aunque hay más) y del reflejo que dicho estereotipo puede tener en la realidad. La vena cinéfaga, por su parte, se desparrama en multitud de géneros cinematográficos (romance, musical, acción, bélico, drama, negro, gore) cuyo denominador común sería su completa falta de mesura, su tono hiperbólico y descontrolado: porno subterráneo y fetichismo, drogas, violaciones, coprofagia, enfermedades venéreas mortales… De todo hay y todo mola en esta salvaje película, aunque la rana lanzadora de cuchillos veterana del Vietnam se lleva la palma.
Aún así lo importante no es que focalice su mirada en la perversión de elementos de apariencia blanca e infantil adoptando un prisma adulto (y cabrón), sino que, ejecutando tal maniobra, sea capaz de no perder ni un ápice de la profundidad y la capacidad de perturbar emocionalmente al espectador que al menos yo le detecto. Lo confieso: en mi caso particular abundaron más los escalofríos que las carcajadas. Y aunque es evidente que el film tiene serios problemas a la hora de modular el impacto de sus chistes (hay escenas presumiblemente importantes que carecen de intensidad, y no me refiero al maravilloso clímax final), su poso es más grande y duradero que el de otras comedias igualmente incorrectas, quizás porque en su interior hay más verdad de la que se puede adivinar a simple vista (¿la última escena de la actriz fracasada Heidi no os parece terrible y estremecedora?). Resumiendo: una comedia amarga hasta el dolor, prima hermana de biliosos ejercicios cómicos tipo El vengador tóxico y Smoochy, que bien pudiera encontrarse entre lo mejor que ha rodado su director hasta la fecha.
Lo mejor: el apoteósico clímax final.
Lo peor: la falta de punch de algunas escenas clave.
Los Feebles es una genial obra escatológica, excesiva, hilarante, idiota y llenita de humor negro del bueno.
Una gran propuesta por parte de un Peter Jackson juguetón, del cual prefiero mil veces la primera parte de su filmografía que en última, llena de convencionalismos de gran poder presupuestario (como la floja King Kong o la alargada trilogía del Hobbit, vaya coñazo).
En El delirante mundo de los feebles puedes ver una rata diciendo: mmmm me encantaría clavarle mi espada del amor (mientras se toca el miembro), puedes ver una mosca periodista comiendo mierda en un retrete hasta tal punto que consigue darte incluso arcadas, o a un conejo fucker con sida…también hay lugar para sexo esnifador y vacas sadomasoquistas haciendo películas porno amateur, una rana jonkie con flashbacks de Vietnam que necesita urgentemente un chute, mdma, coca, polvo de ángel, haxis, paracetamol o vips vaporuuuuuuu (buenísima la referencia a El cazador de Cimino).
En definitiva una película gamberra única, cargada de imaginación y mala leche. Perfecta para ver con amigos.
Antes de que Frodo recorriera la Tierra Media, o alguien dijese Atrápame a esos fantasmas o incluso antes aún que la deliciosa Criaturas celestiales viera la luz o su curioso y controvertido falso documental Forgotten Silver (con el que hizo cambiar la Historia de un plumazo) y la celebrada Braindead ( tu madre se ha comido a mi perro dijeron aquí que debía llevar por subtítulo) Jackson, el ogro bueno del cine de género, hurgaba en las entrañas del ser humano con un rastrillo. De ese período nacieron Meet the feebles, Bad Taste y cerrando la trilogía la mencionada Braindead.
Meet the feebles, una truculenta y rocambolesca historia, que estaba destinada a ser un cortometraje originalmente, protagonizada por marionetas que emulan a los Puppets creados por Jim Henson pero que están sin duda al otro lado del espejo y de la ley!
La historia se desarrolla casi en su totalidad entre las bambalinas de un teatro cutre y sórdido repleto de pasillos y habitaciones claustrofóbicos que bien podrían ser una metáfora o representación del laberíntico inconsciente de Peter Jackson. Una Diva hipopótama despechada y bulímica, que es la amante de una morsa mafiosa y bigotuda sin escrúpulos ni moral que dirige el teatro, un zorro gay con sueños de estrella, una mosca paparazzi, una rana ex boina verde heroinomana, una vaca pornostar, un elefante voyeur, una gata sexy con cierta predilección hacia la práctica de las felaciones, una rata que filma pelis snuff y porno en la trastienda, un gusano patético y enamoradizo, un fakir con la cabeza literalmente metida en el culo, un conejo sifilítico , y un erizo tímido atontado y con madera de héroe que se enamora de una linda perrita blanca a la que constantemente alguien intenta violar, son la fauna que compone la zoología jackson en este intrépido y arriesgado film.
Perfectamente resuelta a nivel técnico Jackson hace uso de unos, más o menos rápidos travellings por pasillos, camerinos, urinarios, sótanos y otras dependencias del teatro para contrarrestar cierto estatismo del que adolecen los muñecos, que por otro lado con la expresividad facial y los rasgos que se les han marcado y que los define contrarrestran otras carencias.
Se trata así de un viaje por los claroscuros de estos alter ego de los Teleñecos, de sus vivencias y miserias agridulces a través de un humor ácido, casi corrosivo, sin concesiones, repleta de escatología aunque con una mirada atenta y melancólica que nos aproxima a estos pequeños monstruitos.
Risa a raudales, diversión garantizada y un clímax protagonizado por el zorro y su intento de salvar el show con el tema musical Sodomy que no tiene desperdicio. Esta cinta, como las anteriores y posteriores ponen de relieve el gusto de Jackson por las máscaras, los disfraces, la fealdad, que a fin de cuentas es tal y como el concibe este mundo. Un mundo repleto de máscaras y horror que bien sabe perfilar con su cámara como si se tratase del expresionista Ensor.