El caso Winslow
Sinopsis de la película
Inglaterra, 1910. Tras ser acusado de robar a un compañero cinco chelines, Ronnie, el hijo menor de la familia Winslow, es expulsado de la prestigiosa Academia Naval de Osbourne. Ronnie niega los hechos, pero su padre decidido a limpiar el nombre de su hijo, entabla un juicio que llegaría a ser el centro de atención de todo el país.
Detalles de la película
- Titulo Original: The Winslow Boy
- Año: 1999
- Duración: 110
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Opinión de la crítica
Película
6.8
98 valoraciones en total
Cuando leí el argumento de esta película por primera vez, no me atrajo mucho: A principios del siglo XX un niño es acusado de robar un giro postal perteneciente a un compañero. Su padre lo considera un asunto de honor y decide llevarlo a juicio hasta sus últimas consecuencias.
El argumento era aparentemente simple y aburrido. Aun así, decidí darle a la película una oportunidad, y la verdad es que me acabó gustando, y mucho. Con la mentalidad actual es difícil entender por qué se arma tanto follón por un sello, supongo que hay que ponerse en el lugar de la gente de aquella época.
Para mí es en los personajes donde reside el atractivo de la película: un padre obsesionado por la afrenta al honor de la familia, su hija, una mujer adelantada a su tiempo, un abogado aparentemente engreído y prepotente, y unos cuantos secundarios igualmente interesantes.
La película se compone de retratos de la época, diálogos ágiles, escenas típicamente domésticas, y un romance exquisitamente sutil.
En resumen, totalmente recomendable.
Excelentes interpretaciones (a destacar la Pidgeon y el Northam, soberbios), fotografía, ambientación y guión, para un argumento muy simple pero tremendamente bien desarrollado. Una hora y tres cuartos que se pasan de un tirón, sin ningún instante aburrido, y con una de las mejores frases finales que he escuchado en una peli en mucho tiempo.
Totalmente recomendable para quien guste de pequeñas historias bien narradas gracias a unos interpretes a la altura de un buen guión, es del todo desaconsejable para amantes de la acción, infografías, y efectos de cámara mareantes.
Sin palabras.
Acaba de terminar este film de David Mamet del que no esperaba más que un entretenimiento liviano propio de la sobremesa y….. ¡cuán grata ha sido mi sorpresa al descubrir que me encontraba ante una BUENA película!, con excelente guión y exuberante fondo, gracias en parte a las soberbias interpretaciones de dos de los grandes que, sin embargo, suelen pasar inadvertidos (Rebecca y Jeremy).
La sencillez escénica y aparente del film puede llevar a engaño, más no se dejen confundir por nimiedades banales ya que, tras esa falsa modestia , se esconde una fuerza lingüística y metafórica que cautivará las mentes más exigentes.
Tal vez algunos encuentren que la película es muy fría o que apenas pasa nada. Yo creo que no es así, mi único pero es que me sobra el personaje de Dick.
En Londres, no mucho antes de la 1ª guerra mundial, Ronald, el hijo de catorce años de una familia de clase media, es expulsado de un colegio militar, acusado de robar unos chelines, y él insiste en su inocencia. La familia, especialmente el padre y la hija, se embarca en la tarea de intentar llevar a juicio el asunto.
Me gusta la puesta en escena, muy elegante y con acertadas elipsis, pero aquí se lleva la palma el guión. De los de no perderse una frase.
Los personajes tienen sentimientos de todo tipo, pero han sido educados para no dejar que los desborden y para expresarlos moderadamente. Se enfrentan a decisiones difíciles. Y, al margen del resultado del juicio, ya es un importante legado para Ronald la lucha de su familia por la limpieza de su nombre, una lucha de David contra Goliat.
Mis momentos favoritos:
El final, inmejorable.
Cuando, en lo más duro del interrogatorio, Ronald se agarra con una mano a su madre, pero sin dejar de mirar a los ojos al abogado.
David Mamet, sensacional guionista y notable director, adaptaba para la gran pantalla la obra teatral ‘The Winslow boy’ (1946) de Terence Rattigan, siguiendo así la estela de Anthony Asquith, quién en 1948 plasmó por primera vez la historia de los Winslow en el mundo del celuloide. El centro gravitatorio gira nuevamente en torno a la inesperada noticia del robo de cinco chelines por parte del menor de los Winslow. La conmoción que ocasionará en su padre servirá para alzar, de este modo, el telón e invitarnos a contemplar la aguerrida y devastadora contienda que enfrentará a éste con la mismísima Corona.
‘El caso Winslow’ es una historia pequeña, con unos diálogos magníficos y un guión formidable, que además cuenta con una excelente ambientación, la cual te permite sumergirte (principalmete por el papel de la hija) en esa Inglaterra de principios de siglo veinte, con una sociedad eminentemente machista, una Cámara de los Lores que pedía a gritos la igualdad y una feminista convencida de su lucha por el sufragismo universal. No olvidemos la aparición del amarillismo en la prensa o la importancia de la opinión pública. Complementos todos ellos de una despiadada lucha personal que cabalga a lomos de una soberbia exasperante que arrasa con todo lo que encuentra a su paso (terrible debacle familiar) y que encarna el personaje patriarcal al que da vida, de una manera fabulosa, el bueno de Nigel Hawthorne. Un fino, elegante y pulcro aire inglés acaba por bordear este calculado ejercicio de soberbia y orgullo elaborado por David Mamet. El resultado es gustoso de ver.