El capitán King
Sinopsis de la película
Alan King es un capitán mestizo del Ejército británico que lleva suministros a la guarnición de Peshawar, en la India. Por el camino, su unidad cae en una emboscada que le ha tendido Karram Khan, un antiguo amigo de infancia de King. En Peshawar, el oficial al mando es el general Maitland, que vive con su hija Susan. Los oficiales británicos desconfían del capitán King porque es mestizo, pero el general Maitlande sólo tiene en cuenta su impecable historial militar, si bien le desagrada la relación que mantiene con Susan.
Detalles de la película
- Titulo Original: King of the Khyber Rifles
- Año: 1953
- Duración: 100
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Opinión de la crítica
Película
6.1
92 valoraciones en total
El capitán King es una hermosa película de aventuras, dirigida con mano maestra por Henry King, gran director pero infravalorado por la critica que siempre lo consideró un simple artesano, a pesar de haber realizado grandes westerns, melodramas e incluso películas religiosas.
En 1953 la Twenty Century Fox comenzó a producir películas en formato Cinemascope con grandes presupuestos y temas de gran espectacularidad, pues pretendían luchar contra la televisión que ya se había infiltrado en todas los hogares americanos y estaba robándoles espectadores a la gran pantalla. Esta película fue una de las primeras que llegaron a los cines en este gran formato.
Tirone Power (actor de referencia en la Fox) encarna al capitán King, un mestizo hijo de padre militar inglés y madre india, mantiene su lealtad al ejército británico en la India, pero a la vez siente atraído por un mundo y una civilización que considera también parte de él. Su condición de mestizo le hace víctima de los prejuicios de algunos británicos, así como también es rechazado por sus hermanos de raza. Imagino que ya conocen la sinopsis por lo que solo quiero añadir dos frases que definen su situación personal:
1- Una está puesta en boca de Susan (Terry Moore), la hija del jefe de la guarnición, que se siente atraída por King, al enterarse de que las ordenanzas no permiten a King asistir a la fiesta de cumpleaños de la Reina: Se le permite morir por la Reina, pero no festejar su cumpleaños.
2- La otra frase se debe a Kurram Kham, jefe de los rebeldes: Puedes morir por los británicos, pero no vivir con ellos.
Es significativo que el capitán sea definido casi con las mismas palabras por representantes de los dos bandos opuestos. Finalmente resaltar la magnífica fotografía de Leon Shamroy en Cinemascope y tecnicolor, maravillosas localizaciones y sin olvidar la música del Hitchcockiano Bernard Hermann. Recomendable para amantes del cine de aventuras.
El director Heny King dirigió esta producción en el año 1953, año en el que la Fox lanzó el nuevo sistema panorámico Cinemascope, y que en algunos cines, preparados para ello, también estrenó el nuevo sonido estereofónico magnético de cuatro pistas. Con la novedad del Cinemascope se trató en este film de aprovechar al máximo sus posibilidades en los paisajes y en la colocación de los actores en los extremos de los encuadres para dar realce al nuevo sistema y así empresionar al público. Henry King dirige esta película con gran maestría, rodada en Albama, cuando el argumento se sitúa en India, dando un buen resultado a lo largo del film, ayudado por un buen reparto, donde destaca Tyrone Power, que cinco años más tarde fallecería inesperadamente en Madrid durante el rodaje de Salomón y la reina de Saba.
La película se ve con interés por el buen hacer de todo lo que ella encierra, incluso con una excelente fotografía.
José Antonio ZG
Amigos lectores de esta crítica. La película que nos ocupa es más que una simple película exótica, es un autentico documento en forma de aventuras coloniales, de uno de tantos hechos históricos que sucedieron durante el periodo del colonialismo británico en la India.
Los diálogos y las situaciones históricas descritas en esta buena película, seguramente que no se ajustan con la realidad acaecida durante aquellos días, pero nadie sabrá jamas con exactitud lo que sucedió. Por lo tanto, aceptemos este buen guión.
El film está muy bien interpretado, el espectador asiste a la trama con un interés creciente, pegado a la butaca y situado casi dentro del film. El metraje es muy adecuado y el guión simple, sin pretensiones y bien estructurado.
Resumiendo: Recomendable como parte de la historia de aquél lejano país.
Película de exóticas aventuras coloniales, de esas rodadas en Cinemascope a todo color, cuya excelente, aunque modesta ambientación, veíamos de niño con los ojos como platos, mientras soñábamos luchar contra crueles enemigos nativos que portaban temibles sables curvos, que se adivinaban muy afilados.
Con uno de los actores representativos de las aventuras exóticas ( Tyrone Power), encarna al capitán King, un valeroso soldado con una hoja de servicios intachable pero al que su condición de mestizo ( es hijo de un oficial británico y una hindú), le hacía ser despreciado y marginado por sus propios compañeros, al igual que entre los nativos, generaba desconfianza por su condición de soldado al servicio de Inglaterra.
No podía faltar en esta historia el romance que se da entre él y la hija del general, un romance censurado a pesar de que el general procura tener una mente abierta y quiera superar los prejuicios.
Por lo demás, ni chicha ni limonada. Henry King, a pesar de ser un director muy solvente, aquí no encuentra el ritmo adecuado. Nos plantea varios conflictos, pero los resuelve de forma rutinaria y previsible y no saca partido de muchos momentos que con un poco más de complejidad psicológica de los personajes, habría ganado muchos puntos.
De todos modos, siempre es interesante observar y recordar cómo se hacían las películas en aquellos años y no me parece una cinta del todo desdeñable. La estética es deliciosa.
Una película de aventuras. De las de antes. Me puse a ver la con la mejor de las disposiciones pero comenzó a salírsele el peluche por las costuras. Estas películas había que disfrutarlas de niño y respetar su memoria sin analizarlas de adulto. Igual que las de Tarzán.
Al comienzo se disfruta de una escena espectacular. Una avalancha de rocas, colina abajo, a pocos metros de donde están detenidos carros y monturas, pero a partir de ahí, algunas escenas se digieren mal.
El capitán del convoy, nada menos, se pone a jalar de una cuerda de rescate en lugar de encargar a un soldado la sufrida tarea. Solo para chupar plano. Bueno… seguimos viéndola.
Asistimos con media sonrisa al vaivén de los gigantescos abanicos que cuelgan del techo en las dependencias del cuartel y el hindú que los maneja no ve nada porque está fuera de la habitación para que no pueda espiar. Cuando los personajes están debajo, permanecen estáticos para no atizarles, pero cuando se retiran ya vuelven a su balanceo.
El jefe de los sublevados, un nativo, luce descarado una brillante capa de betún en el rostro que oculta el verdadero color de su geta (¿blanco? ¿verde?)
Hay sin embargo, escenas genuinas rodeadas de numeroso gentío que aportan credibilidad y exotismo a la escena. Se disfrutan ahora más que siendo niño.
Con todo lo dicho, abandoné su visionado hacia la mitad porque la sobrecarga del romance de la hija del general con el Capitán King acapara una parte notable del metraje y aburre la espera de la aventura y eso que, al tenerla grabada, le iba dando palante para saltarme el rollo. De niño también me fastidiaba la historia de amor pero cuando menos me creía las aventuras y los personajes. Todo tiene su momento y esto ya no es para mí.