El capitán de Köpenick
Sinopsis de la película
La película relata la historia real ocurrida en 1906, cuando un zapatero ex presidiario, Wilhelm Voigt, se hizo pasar por capitán del ejercito alemán tomando con la ayuda de unos soldados el Ayuntamiento de la ciudad (por aquel entonces independiente, y hoy sólo barrio de Berlín) de Köpenick. Con la excusa de irregularidades en las cuentas del Ayuntamiento logró que se le abriera la caja fuerte y se le entregasen los caudales (3.557 marcos), facilitando un recibo de todo ello, que firmó con el nombre del director de la prisión donde cumplió condena. A los 10 días fue detenido, pero el asunto salió a la luz en toda la prensa y produjo la natural hilaridad en Alemania, e incluso la del Kaiser que calificó al capitán como un sinvergüenza simpático .
Detalles de la película
- Titulo Original: Der Hauptmann von Köpenick
- Año: 1956
- Duración: 93
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Opinión de la crítica
6.5
98 valoraciones en total
En una época que no se puede comparar en nada con la actual (por la dureza de las condiciones de la vida) lo que mejor le sienta a la película es el tono de humor que siempre destila. Incluso cuando nuestro protagonista pisa el suelo de la cárcel todo parece una broma, y eso de estar preso lamentablemente es algo que en la vida real ocupaba la mayor parte de tiempo de su triste existencia. Efectivamente, el incidente que provocó este hombre, sumando en la fórmula muchísima suerte con un maravilloso ingenio, pasó en la realidad, en una Prusia que se erigía como potencia militar y en la que a la práctica las ciudades funcionaban como Estados con mucha independencia. Ser alcalde significaba mucho más que serlo ahora.
En todo caso, que sea una comedia es inevitable, y suerte tenemos que no sea un drama en el que se describan las injustas leyes que llevaban una y otra vez a este hombre a la cárcel con penas desmesuradas. Suerte tenemos de no ver el hambre en sus ojos, las penalidades en prisión y el aniquilamiento de la libertad una vez fuera de la cárcel. Y es que nuestro capitán Kopenick finalmente sólo quiere un pasaporte, unos sellos, documentos con los que poder moverse en esa Prusia que también considera su tierra pese a que es deportado de una ciudad tras otra por tener antecedentes penales.
En un contexto tan bien descrito en El capitán Kopenick nos hacemos a la idea de la importancia de tener un buen uniforme, que es lo que te une al poder central y te da el estatus social conveniente. Eso, por no hablar de haber hecho el servicio , una constante en la película, que demuestra la extrema militarización de una sociedad que le daba más importancia a la guerra que a la paz. Cuestión de momentos históricos. Y es ahí donde aparece nuestro falso capitán para llevar a cabo los actos con los que pasará a la historia casi sin querer: obras de teatro, literatura y mucho cine y televisión, ahí queda para la cultura popular.
¿Genio fortuito?, ¿sinvergüenza con todas las letras?, ¿cumbre de la merecida justicia poética de los desdichados?, en todo caso, una historia que merecía ser contada así de bien, porque creo que no lo había dicho aún, esta versión cinematográfica es muy buena.