El Cairo confidencial
Sinopsis de la película
Noureddine, un detective corrupto con un futuro brillante en el cuerpo de policía, y cuyo principal propósito no es exactamente hacer el bien sino hacerse rico, es enviado al hotel Nile Hilton, donde acaban de descubrir el cadáver de una hermosa mujer. La identidad de ésta, sus conexiones con las élites de El Cairo y otros incidentes más personales acabarán llevando a Noureddine a tomar decisiones trascendentales y a descubrirse a sí mismo.
Detalles de la película
- Titulo Original: The Nile Hilton Incident
- Año: 2017
- Duración: 106
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Opinión de la crítica
Película
6.4
40 valoraciones en total
Hasta en los países más civilizados existen dudas, casi siempre fundamentadas, sobre el comportamiento policial, jurídico y militar, y el papel que deben jugar estos cuerpos institucionales que disfrutan de gracias especiales por ser columnas del poder y los estados. Fondos reservados, estatus especiales, atajos que bordean la legitimidad y para rematar se les otorgan credibilidades que se escatiman a los ciudadanos normales. Pues bien, si esto sucede en lugares con cierto control, imaginaos, qué no sucederá en fallidas democracias como la de Egipto.
A eso se dedica Tarik Saleh en este turbio incidente que acontece en el hotel Nilo Hilton, a contarnos qué estaba sucediendo en el Cairo cuando aquella primavera, que no pasó de apuntar brotes y capullos en las plantas de flor.
En Enero del 2011, el más honrado funcionario de la Administración de Mubarak, era el que solo duplicaba su salario con las propinas de mordidas y comisiones. En este totum revolutum que propicia el escándalo y la rapiña los pescadores más gananciosos, suelen ser los menos escrupulosos, condición esencial para formar parte de las llamadas fuerzas del orden, los que ascienden por méritos en el escalafón de estos regímenes medievalistas.
Desde el principio se ve claramente que no es solo una película policial, de investigación criminal. Se va más allá. Se pretende denunciar. La realidad estatal. A Mubarak como gerifalte principal. Y a todos los demás sinvergüenzas detrás. Corrupción abismal. De todos los estamentos del poder. Por lo que se ve. Judicial, policial y gubernamental.
Egipto. El Cairo es una olla a presión. A punto de estallar. No se puede respirar. De tanta maldad. Un espantoso cenagal. Sobornos, robos y saqueos como único remedio para todo, gran negocio y enorme trapicheo.
Cantantes que son prostitutas. Fotógrafos del pánico. Drogas a todas horas. Constructores asesinos. Sicarios fríos. Fiscales demenciales. Cargos policiales hasta arriba de abusos, chantajes y latrocinio. Y al fondo, los inmigrantes sudaneses. Una testigo inocente y un alcalde de barrio no tan bueno.
Si nos ceñimos a lo puramente argumentativo, a la investigación y sus numerosos meandros, el dictamen, la opinión, no puede ser muy generoso, es una historia confusa, arbitraria, indecisa, caótica. No se pierde el sentido en ningún momento, lo mollar se entiende, pero todo lo demás, los diferentes implicados, las pistas, sospechas, dudas, preguntas, encuentros, trifulcas, muertes, vaivenes, todo ese jaleo está mal explicado, es incongruente e incoherente la mayoría de las veces. Se hacen trampas constantemente y pasan cosas que se cortan o luego aparecen a la buena de Dios, sin una sucesión lógica de los acontecimientos.
Lo mismo que todo tiene un aire naíf, tosco, algo primario, brutalmente rudimentario.
Y en lo referido al contexto político histórico, más o menos parecido. Es un reflejo grueso, algo forzado y evidente, tanto crimen, de los manejos y enjundias de los poderes egipcios. Con la tensión asfixiante que se mascaba en el ambiente y que se plasmó durante la famosa primavera árabe.
El actor protagonista es una buena elección. A pesar de resultar algo tópica su representación, su carácter, esa mujer ausente, esa depresión sorda que le come, esa soledad angustiosa que le oprime, ese deseo muerto que quiere resucitar, ese anhelo de verdad y esperanza que aletea con pereza entre las ruinas de su derrota, metáfora del país entero. Físicamente da el tipo. Su desmesurada adicción al tabaco y su gesto cansado, escéptico y crítico son también aciertos. Él es el omnipresente protagonista. Los demás son ocasionales en comparación. Él es el antihéroe. El caballero andante que quiere salvar a las damas en peligro, matar a los dragones y liberarlas de las garras ominosas, y muy activas, de la muerte.
El resto de personajes son más breves. Con un villano colosal, un tío Kammal policial que ahí está, lleno de ambigüedad, un chaval pimpollo bastante tonto, alguna femme fatale y los demás, una paisaje lleno de niebla y desolación, pavor y estupidez, de horrible mediocridad.
Película de cine negro que contiene los elementos clásicos, corrupción policial, mujer guapa asesinada, investigación policial complicada, testigo en huida, policía que quiere por una vez hacer algo bien, implicación de gente importante y como en el film noir clásico mucho humo, como ya no se ve en el cine occidental…
Pero aunque parezca The Nile Hilton Incident no transcurre en los años 40-50 en Estados Unidos, transcurre en los días previos a la Primavera Árabe en Egipto, adopta un formato realista para, como el mejor cine negro, contarnos el relato y a la vez observar la ciudad y la sociedad en aquellos momentos, el retrato es muy duro y por ello la película, que a todas luces parece egipcia, en realidad es sueca (con importante contribución de Dinamarca).
La descripción de la corrupción y de la sociedad así como la diferencia de clases es muy realista y dura, estupendamente realizada, el relato, aunque no demasiado original se corresponde con el del mejor cine negro, posee algún altibajo, especialmente de ritmo en su parte media, pero son defectos menores se trata de un sabio ejercicio de género llevado con brío hasta un estupendo final.
Película inmersiva y con buenas actuaciones, una película que no debiera pasar desapercibida pese a que el relato realista de un El Cairo de hace unos pocos años no llame al espectador que busque un cine más evasivo, pues esta película no solamente te confronta a una realidad también es una película realmente entretenida con grandes momentos.
The Nile Hilton Incident, coproducción entre Suecia, Alemania y Dinamarca, ambientada en El Cairo y filmada en Marruecos, ha sido la triunfadora indiscutible en la 62 edición de la Seminci 2017, al llevarse la Espiga de Oro a la Mejor Película y los Premios al Mejor Director y Mejor Guion para Tarik Saleh. Se trata de un thriller político sombrío pero fascinante, cine negro en estado puro, que ofrece una visión pesimista de la sociedad egipcia por la corrupción e impunidad existente. The Nile Hilton Incident no se rodó en Egipto, debido a problemas con el gobierno.
The Nile Hilton Incident, una producción sombría pero fascinante que sigue la mejor tradición del cine negro: un antihéroe en forma de policía (Fares Fares) que lucha contra un sistema corrupto, une femme fatale encarnada por la amiga de Lalena, Gina (Hania Amar), no hay una sola escena de la película que el humo del tábaco no invada la pantalla y una doble cruzada del protagonista dentro y fuera de su entorno profesional.
Además, el director Tarik Saleh le da un toque original y exótico al género por enlazarlo en el tiempo con hechos históricos, la Revolución egipcia de 2011, con manifestaciones y revueltas por todo el país cuyo principal objetivo es forzar la salida del presidente Hosni Mubarak. La trama de The Nile Hilton Incident va in crescendo, se mantiene la tensión en todo el metraje, para acabar casi en tragedia social ya que el clímax de la película coincide con el día de la revuelta en la Plaza Tahrir. Nuestro antihéroe, a pesar de todas las trabas, continúa su investigación, a riesgo de disolverse en el caos de la ciudad.
Inspirada en la historia real del asesinato de la cantante libanesa Suzanne Tamim en 2008, que acabó con la condena de un empresario egipcio y un miembro del Parlamento, The Nile Hilton Incident presenta una imagen oscura de la capital egipcia, su sociedad y sus instituciones. La policía aparece aquí como una especie de empresa familiar y un centro de recaudación de dinero. Sin embargo, en este ambiente oscuro de corrupción en el que está inmerso el inspector Noredin, aparecerá una nueva faceta en su personalidad: su lado más humano.
Una de las características de The Nile Hilton Incident que la hacen excepcional y la dota de una identidad singular dentro del género negro, es el importante papel que le da a la ciudad, una verdadera metáfora de las tensiones humanas, sociales y religiosas. Una ciudad del Cairo llena de contrastes insostenibles entre los barrios bajos para los refugiados, sucios, y de una gran agitación social, y los barrios chic y elegantes de la alta sociedad. Una diferencia tan abismal entre ricos y pobres, raramente tan visible como aquí. Tarik Saleh recrea una metrópoli egipcia en constante tensión, una olla a presión siempre a punto de estallar.
El actor sueco de origen libanés, Fares Fares realiza una magnífica actuación como el perdedor Noredin. Exuda un aire de pesimismo resignado mientras intenta resolver los casos. Mientras más investiga, más corrupción encuentra y pone su vida en peligro también. Las violentas protestas de la sociedad para derrocar a Mubarak y su régimen que aparecen como telón de fondo nos sirve para establecer una analogía con la paulatina transformación de Noredin. El policía parece está cansado de seguir siendo cómplice de un sistema corrupto, hastiado de ser empujado por los ricos y poderosos, harto de ayudarlos para aplastar los derechos humanos básicos, de tratar a los marginados como material de deshecho y prescindible, por lo que necesita poner fin a las mentiras y engaños.
Las lentes de la cámara sin recubrimiento, una tendencia cada vez más habitual entre los directores de fotografía digital. Esto provoca que las fuentes de luz destellen y desaturen el encuadre, las zonas claras se muestran muy brillantes, poco nítidas y muy uniformes, y de esta manera se consigue una ciudad del Cairo más polvorienta, mas quemada. La cámara de Tarik Saleh observa con precisión sin ser voyeurista, lo que subraya una vez más la estilística realista de la película.
En definitiva, un interesante thriller policíaco, con una atmósfera asfixiante e inquietante, mucha tensión, una emocionante y entretenida historia que recomiendo.
https://cinemagavia.es/pelicula-critica-nile-hilton-incident/
Deslucido título para una buena película. No se me ocurre una mejor forma de empezar este breve comentario que resaltar – ya de tan conocido parece un tópico – la deplorable carencia de agudeza o buen gusto lingüístico de los distribuidores españoles a la hora de verter al castellano los títulos de las cintas que pretenden comercializar… dejando para mejor ocasión valorar la crónica majadería de ni tan siquiera tratar de traducir los nombres de las obras que quieren convertir en hitos mercantiles, olvidándose de señeros ejemplos en los que su denominación ha entrado en el acervo cultural patrio – como es el caso de Solo ante el peligro o Con faldas y a lo loco, modelo de triunfante creatividad – contentándose con distribuir sus productos enlatados, como si de una vulgar pizza industrial se tratara y no requiriera ni de un mínimo aderezo español para conseguir averiguar su contenido.
Estamos ante una película egipcia pero producida por capital sueco. Extraña mezcolanza que, sin embargo, traza una propuesta brillante y llena de matices y aciertos, en la que se refleja la venal corrupción que corroe todas las capas de la sociedad egipcia, y, en especial, a los funcionarios públicos encarnados en la policía. No me sorprende que la cinta haya sido prohibida y que al director y guionista, Tarik Saleh, le hayan prohibido la entrada en su país. Otra muestra más de que la libertad de expresión hace daño a los gobernantes, sobre todo si se trata de una dictadura (teocrática o no) que aborrece la pluralidad o la crítica mordaz. Porque el retrato que ofrece de Egipto no puede ser más angustioso y desolador: los sobornos cotidianos presiden el quehacer habitual de cualquier actividad, degradando a la sociedad y dificultando su desarrollo y prosperidad.
Tras un tenso relato policíaco se esconde un desazonador retablo de crítica social. La historia se ramifica y complica, asistiendo con perpleja impotencia como el dinero señorea y manipula de forma descarada y obscena los quehaceres se sus insignificantes protagonistas – algunos de los cuales se creen demiurgos cuando son meros peones. El caso de asesinato de una cantante (¿O quizás ramera de lujo? ¿O acaso cebo inocente para chantajes turbios?) se abre y se cierra a conveniencia del mejor postor. Pero tras esa aparente opacidad se desvela que aún quedan personas justas, que si bien aceptan o han aceptado, sobres o fajos de billetes quisieran vivir en un mundo más justo y limpio y se desviven por mantener encendida la llama del honor en medio de un vendaval de putrefacción.
Quizás de ritmo algo moroso pero por completo satisfactoria: los bajos fondos son iguales en todo el mundo… La diferencia estriba en lo alto que consigan encamarse.