El bosque de Karadima
Sinopsis de la película
Basada en sucesos reales: las denuncias de abusos contra el poderoso sacerdote católico chileno Fernando Karadima, un cura pedófilo que abusó de niños durante las décadas de los 80 al 2000. El proceso de investigación para reconstruir la historia duró tres años. Un film de enorme éxito e impacto en Chile.
Detalles de la película
- Titulo Original: El bosque de Karadima
- Año: 2015
- Duración: 98
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Opinión de la crítica
Película
6.4
61 valoraciones en total
Dotada de un guión minucioso, la cinta transita entre los 17 y los 30 años del protagonista, Thomas Leyton, navegando hacia atrás, hacia adelante y volviendo al momento anterior a la confesión de Leyton a su esposa.
Utiliza planos generales para dar cuenta de un carismático sacerdote ante la comunidad y los primeros planos para demostrar su cercanía ante los jóvenes.
A ver, a ver ¿Por donde empiezo? Durante los últimos treinta años me he dedicado al cine como un hobby, he leído cuanto libro de estética, y por supuesto cine, que he logrado conseguir, sin embargo, los años me han enseñado sólo una cosa con respecto a esta técnica artística, y esta es, que el cine es una paleta donde hay muchos implicados, y que un guión puede ser extraordinario, pero puede fallar la dirección actoral, o la dirección artística, y muchos otros o , y a veces resulta que estas paletas se compaginan en un orden bastante aceptable, este caso: El bosque de Karadima , es un reflejo intermedio de este acto de realización conjunta, porque si bien Matías, logra componer un relato hilvanado de sucesos, con una buena dirección actoral, no es menos cierto, que hay algo insoluble aún, pues se puede contar la historia de un caso de abuso sexual por parte de un religioso, un caso que en Chile fue y es todavía muy medíatico, tratar de iluminar los puntos de vista de victimario y victima, incluso representar la psique de un abusador, pero sin caer en las concesiones, y he aquí que son estas concesiones, estas licencias las que detonan a lo largo de todo el film ¿A que concesiones me refiero? Si intentamos analizar la película es claro que los personajes no son del todo redondos, son más bien oblicuos. Hay negro y blanco y no esa media tinta, con la cual nos podemos identificar y entrar de lleno en la historia. Todo ser humano, inclusive en estos escabrosos casos, tiene una fuente de obscuridad y otra de redención a la cual se ve expuesto, una y otra vez, pudiendo tomarla o dejarla. El relato de los hechos tiene una forma judicial (De hecho Matías se hizo con las declaraciones del proceso), que le quita fuerza al relato. Quizás la victima, obviamente herida, furiosa y molesta, no da pabilo a esa garantía de humanizar a su victimario de encontrar la fuente de la caída y no el resultado odioso de su corrupción y no estoy defendiendo a Karadima, muy por el contrario. Somos una sociedad escandalosamente temerosa y débil, por eso nos deleitamos en la caída de los poderosos, pero ni por un momento atisbamos, que ese mal inserto en la sociedad, sea de tipo abuso sexual o el ahora conocido esquema de corrupción, nace de nuestra inmadurez, del hecho comprobable, de que otorgamos a otros el poder sobre nuestras vidas, llamándoles, padres, pastores, excelencias y un montón de títulos más, que no son dados por el respeto que nos ganamos en los otros sino por el poder. Si Matías nos hubiera regalado cinco minutos de como Karadima se convierte en el monstruo, avido de dinero, deseo y poder que nos presenta el film, yo se lo hubiera agradecido. Porque esos pobres muchachos fueron victimas de un mal que se había enraizado mucho antes y al cual se le pudo poner freno, pues yo mismo he escuchado en las ordenaciones sacerdotales, al Obispo preguntar: Y ….Fulanito de tal…..¿Es digno?
En síntesis, un momento horrible para los que lo sufrieron, años horribles debería escribir, y un personaje muy bien interpretado, pero faltó la cuota de ese absurdo que nos hace entrañable las buenas películas, cuando salimos de la sala sin emitir palabra y rumiando con nuestros propios terrores.
Una película sobre como un sacerdote católico se desvía del camino que hombres consagrados a la Iglesia y a la espiritualidad deben seguir. Y a cambio se dedica a abusar física y emocionalmente de jóvenes, a menudo adolescentes, que acuden a el motivados por inquietudes espirituales. No hay mucha novedad en una historia así, además de estar basada en un controvertido caso real ocurrido en Chile, excepto de que en esta ocasión, mas que ser una denuncia de la actitud de la iglesia frente al tema de los abusos cometidos por sus miembros –aunque algo de eso hay- es mas bien una exploración de la forma en como alguien va volviéndose progresivamente dependiente de otra persona, en términos emocionales principalmente, y como esa dependencia termina por contaminar toda su vida, al punto en que temas privados que deberían hablarse entre dos esposos pasan inevitablemente por el filtro de su confesor, el mismo sacerdote y guía espiritual que abusa durante años del marido.
Se centra solo en un caso, el de James Hamilton, que aquí aparece con el nombre ficticio de Thomas Leyton, mientras que Karadima aparece con su verdadero nombre así como su parroquia, eso permite centrarse en el proceso de progresiva dependencia emocional de la victima hacia su victimario, que culmina con el abuso, que puede prolongarse durante años, aunque también deja de lado a las otras victimas de abuso y a la verdadera cofradía de seguidores, que también a menudo fueron sus victimas, que tenia el cura Karadima en la parroquia del bosque y el circulo de protección en los altos mandos de la iglesia que ignoró las acusaciones de abuso y derechamente estorbó las denuncias, eso tan solo se insinúa en la película.
También deja de lado algunas de las cosas mas indignantes de este caso.*
Tiene defectos, un ritmo algo lento –que quizás alguien encuentre incluso tedioso-, una narración algo fría, poco dramatismo a pesar del tema tratado –incluso las escenas realmente dramáticas bien pueden reducirse a solo dos- y su narración fragmentada puede ser para alguien confusa, aunque para mi no lo fue. Pero sumando y restando es una estupenda película sobre como alguien con autoridad -moral- y prestigio trastoca totalmente los valores de los demás, al punto en que las iniciales tocaciones y roces son interpretados como una forma de probar el control sobre sus impulsos carnales. Estupenda la actuación de Luis Gnecco como el sinistro sacerdote, líder de una de las parroquias mas populares entre la clase alta y la elite económica del país, entre otras cosas a que el evangelio predicado a ellos era una versión suave, blanda, liviana, sin elementos incómodos como la justicia social u otros elementos similares.
Sin arriesgarse en cuanto al modo de relatar la historia y ofreciendo sobriedad por sobre irrupción, El Bosque de Karadima (2015) es de una temática tan densa que su realizador prefiere no complicarse ni estirar el hilo más de lo debido para retratar lo ocurrido en un caso verídico de gran revuelo en Chile.
Matías Lira opta por lo seguro en este drama que se gesta en esa clase media alta, de círculos cerrados, en el sector oriente de la capital chilena identificada con la dictadura en curso. Ese contexto se toca sutilmente pero no lo suficiente para entender el por qué del atractivo de un líder religioso en un entorno de crédulos conservadores, ingenuidad, tabúes y fecundo ante traumas de afectos.
Vicuña, Gnecco y Pedro Campos reflejan con buen tono la relación del religioso con sus jóvenes seguidores. Hay gestos, miradas, una complicidad hasta cierto punto aterradora y una relación de poder que con los tiempos puede costar comprender.
El factor de hechos reales y lo bullado pero a la vez hermético en cuanto a detalles de los casos, son parte de los atractivos de una película interesante, que deja ripios pero debido a que prefiere acotar los márgenes.
Lo lineal de la batuta que lidera Pancho Melo es la mano de Matías Lira en la cinta. Es el testigo, que sin embargo deja apenas trazado uno de los ejes de este y otros casos similares, como es la acción de la cofradía y las cortinas de inmunidad, en una omisión que pudo aportar pero que como hemos descrito, prefiere abordar la historia desde el drama y no desde el complot o los poderes fácticos.
El Bosque de Karadima aprueba. Es correcta, quizás demasiado en cuanto a su montaje porque dada la fuerza y crudeza de sus detalles -unos más fuertes que otros- se prefiere mantener las formas y evitar las distracciones. Quizás y como pocas, le faltaron unos minutos o sumar otros ingredientes o personajes para no volverla tan de ida y vuelta entre los mismos referentes.
Recomendación:
Interesante. Un drama correcto y crudo basado en hechos reales
=Cité de Lord Buyinski= http://www.buyinski.wordpress.com
Película que retrata algunos de los abusos cometidos por el sacerdote Fernando Karadima (Luis Gnecco), un hombre dadivoso que era prácticamente considerado un santo. Los hechos se centran en Thomas Leyton (Benjamín Vicuña), quien fuera abusado y sometido por el padre desde que se unió a su congregación con 17 años, estableciéndose así una relación de poder que se le hizo muy difícil superar.
El film maneja dos líneas temporales, la presente que es el momento donde este hombre comienza el proceso de denuncia, por lo cual se encuentra declarando, y mediante el recurso del flashback, presenta distintas etapas que el protagonista va mencionando en esa primera línea argumental. Importante aclarar, que Leyton es un personaje de ficción, que funciona para darle voz a varias de las personas abusadas.
Tras un arduo proceso de investigación, el largometraje fue escrito por Álvaro Díaz, Elisa Eliash y Alicia Scherson. Dirigida por Matías Lira, siendo este su segunda película de ficción, luego de Drama (2010). El realizador tuvo sendos problemas al inicio para sacar el proyecto adelante, esto debido a personas que apoyaban a Karadima, y evidentemente por la misma Iglesia.
Bien se podría considerar a esta obra como el Lado B de El club (2015) de Pablo Larraín, con la diferencia que mientras en el trabajo de Larraín, el tema se aborda desde una perspectiva más íntima desde la visión de los sacerdotes, siendo los abusos más implícitos. En el presente filme, se da la visión del abusado y el accionar es mucho más explícito, al punto que podría incomodar a ciertos espectadores.
Ciertamente el director opta por esto para forjar una relación más chocante del espectador ante el hecho observado, la crítica es ardua y dura, no ante la institucionalidad de la Iglesia Católica como tal, sino ante estos energúmenos que ante la fe y el nombre de un Dios cometen abusos, aprovechando su condición de poder frente a algunos individuos con situaciones de vida frágiles.
El bosque de Karadima tiene una forma grandilocuente, desde el inicio se denota esto, el enorme escenario que representa la iglesia, el tono grisáceo de la fotografía de Miguel Ioann Littin Menz, los espectaculares cantos corales, los movimientos de la cámara que da una elegancia como de filme clásico. El dúo Gnecco-Vicuña ofrecen un duelo espectacular, tenso y harto dramático.
Molesta un poco la construcción que se hace del sacerdote, especialmente sobre los últimos minutos, donde se caricaturiza un tanto cuando comienza a ver que pierde poder ante Leyton, o mejor dicho que no logra encauzarlo de mejor forma. Un trabajo en su conjunto aceptable.