El asesino está entre los trece
Sinopsis de la película
Al cumplirse dos años de la muerte de un acaudalado abogado, su viuda decide celebrar una reunión en una casa de campo, invitando a los mejores amigos del difunto. Su intención es descubrir al asesino de su marido que está segura de que se encuentra entre los invitados. El transcurrir de los días hará que se vayan esclareciendo los posibles móviles de cada uno.
Detalles de la película
- Titulo Original: El asesino está entre los trece
- Año: 1973
- Duración: 93
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Opinión de la crítica
Película
4.5
82 valoraciones en total
Intriga detectivesca de prometedor comienzo que va perdiendo fuelle a medida que el argumento -y el guión- se torna complejo, prolijo, confuso, forzado, poco natural y artificioso.
Además la descripción psicológica de los personajes resulta poco afortunada y los protagonistas parece que no llegan a comprometerse con la película.
A pesar de ello, la labor de dirección presenta momentos de cierto brillo y la combinación de la escenas consigue un punto de agilidad que llega a generar interés pero de ningún modo logra implicar al espectador o hacerle vivir la historia.
Javier Aguirre es un director de aquellos que son capaces de hacer un film comercial con mucho dinero y poca calidad. . Como hacer una película con poco presupuesto y mucha calidad. Desgraciadamente no es el caso poco presupuesto y poca calidad. Hay una mezcla rara. Aunque el comienzo está bien cuidado y bien amarrado. La historia trascurre por los cauces normales. Hasta que el cabo de guión hace tambalear todo. Aguirre lo plantea bien ante los ojos de unos buenos actores pero que no siempre dan la talla. Quizás el resultado hubiera sido mas satisfactorio si no hubiera utilizado tanto el juego tonto que se trae los protagonistas si hubiera ido mas al grano en vez de tanto jaleo.
Prescindible y bastante mala película en la que se nos cuenta una historia que recuerda a los 10 negritos de Agatha Christie, aburrida y premiosa, con unos diálogos imposibles y en la que afortunadamente el papel de Paul Naschy se limita a hacer de un mayordomo con poco peso en la trama y que lo único por lo que te puedes plantear un visionado es por ver como lucia de joven Carmen Maura.
O sea, es como una novela de tía Agatha, pero en malo, muy muy malo. Una señora de buen ver (Shepard) decide reunir en su lujosa y, por supuesto, aislada mansión a las doce personas que considera sospechosas del asesinato de su marido, que pereció en un presunto accidente. De repente, un misterioso asesino empieza a matar y matar,y a todo el mundo le entran los tembleques (menos a uno, claro). La cosa, en lugar de desmadrarse, que sería lo conveniente, se amuerma cada vez más hasta el previsible final, que me dan ganas de spoilar, pero me contendré. El único interés de la cinta es ver cómo lucían algunos actores hace 40 años, en especial la Maura pre Almodóvar, tan modosita ella, tirando a sosa, y un Poncela que ya insinuaba el ramalaso (asín, con s). No os perdáis a Paul Naschy de criado follador (debía exigir en todos los contratos derecho de sobamiento y toqueteos sobre las actrices que caían en sus garras), y a Simón Andreu en su sempiterno papel de playboy de charca. Guión de juzgado de guardia, música horrísona, fotografía a la altura del evento. Avisados quedáis.
Javier Aguirre es un bicho raro dentro del panorama cinematográfico español: a él lo que de verdad le gusta hacer es cine experimental llevado a sus más extremas consecuencias. O sea cosas , que no exactamente películas, lejos de las entendederas de los espectadores normales y corrientes (el 99,9% de nosotros, vaya). Pero como de eso no se come ni se paga la hipoteca, pues también ha hecho toneladas del llamado eufemísticamente cine comercial , o sea bodrios de usar y tirar: desde películas musicales para gloria de Los Bravos, Raphael, Torrebruno o Parchís (casi nada) a comedietas de destape tipo Esteso y Pajares. Había que comer, ya digo.
Aunque entre ese desierto de mediocridad también había algunos oasis de cierta calidad (un par de divertidísimas comedias con Tony Leblanc, Los que tocan el piano y El astronauta , otro par de buenas pelis del fantaterror patrio, El jorobado de la morgue y El gran amor del Conde Drácula , así como esa obra maestra que fue el primer monólogo en largometraje de la historia del cine, Vida/Perra ), así que pensé que igual la película que nos ocupa podría ser uno de esos oasis. Error, no lo es, en absoluto.
El argumento no es nada original, lo desarrolló Agatha Christie en su famosa novela Diez negritos (1939). O sea, que estamos ante uno de esos semi-plagios disfrazados con eufemismos como basado en o adaptación de … Pero incluso para eso hace falta talento, como demostró Robert Moore con Un cadáver a los postres , parodia descacharrante de la misma historia que le da mil vueltas a esta que estoy comentado.
( Ver spolier )
De los actores, muy bien la siempre guapa y elegante Patty Sheppard. Y del resto, alguno pasaba de todo con cara de aburrimiento infinito (Eusebio Poncela), pero la mayoría, aunque se notaba que les importaba muy poco su personaje, trataban de salvarlo con un mínimo de profesionalidad, la justita (Carmen Maura, José María Prada, Eduardo Calvo, Jack Taylor … ) Y uno que sí estaba encantado de conocerse con su papel, Simón Andreu como gigoló chuletilla. Citar también como curiosidad la pequeña aparición de Paul Naschy en un par de escenas.
En resumen, película mala y totalmente olvidable.