Efectos personales
Sinopsis de la película
Tras perder seres muy queridos, Walter (Ashton Kutcher) y Linda (Michelle Pfeiffer) intentan seguir adelante con sus vidas. Por un lado, Walter es un joven luchador profesional que regresa al hogar familiar después del brutal asesinato de su hermana, días antes de su boda. Por otro, Linda es la madre de un niño sordo cuyo marido alcohólico ha muerto a manos de un amigo en un bar. Mientras tienen lugar los juicios por ambos crímenes, Walter y Linda tienen una aventura amorosa.
Detalles de la película
- Titulo Original: Personal Effects
- Año: 2009
- Duración: 110
Opciones de descarga disponibles
Si lo deseas puedes obtener una copia la película en formato HD y 4K. Seguidamente te detallamos un listado de posibilidades de descarga activas:
Opinión de la crítica
Película
5.3
74 valoraciones en total
Es una película entretenida que mejora por momentos, tiene un inicio y transcurso bastante lentos y que puede hacer que mucha gente abandone el visionado de ella. Sin embargo, gracias al talento siempre ejemplar de Michelle Pfeiffer y a un bastante acertado Ashton Kutcher, la película se mantiene interesante y mejora favorablemente al final. La intriga sobre los veredictos de cada juicio hace que la historia se oscurezca y tome sentido. El amor que siente Michelle Pfeiffer llega a conmover cuando se declara abiertamente a él.
Ashton Kutcher fue la razón principal por la que decidí ver esta película. Desde los primeros minutos me atrapó ver a ese tiazo en chándal corriendo y… Bueno.
Michelle Pfeiffer es una gran actriz de probada solvencia. En El 2.009 cuando rodó esta película con 51 años, comenzaba a diluirse su belleza tranquila e inquietante, con la que durante algo más de dos décadas nos deleita. Con Kutcher como partener y cierta química entre ambos, consiguieron un trabajo de aceptable entretenimiento, que curiosamente no encontró distribución en cines.
El guionista, productor y director televisivo David Hollander debuta en la gran pantalla con una cinta que se caracteriza principalmente por la cantidad de temas de difícil tratamiento que plantea y que pone en juego. Lo hace además alrededor de dos actores de muy diferentes generaciones cosa que en algún momento de la cinta, sobre todo al principio, suscita alguna que otra duda.
La venganza, la adapatación a la sociedad de chicos con dificultades físicas y mentales y con una infancia complicada, las relaciones entre personas de muy diferente edad, la validez de ciertos mecanismos de funcionamiento del sistema jurídico, la superación de pérdidas irreparables de una forma violenta, la presencia de las armas de fuego en la vida diaria de los americanos…todas estas disyuntivas, y alguna más, pululan alrededor del encuentro de Linda y Walter. Sin embargo todo empìeza a funcionar cuando una excelente Pfeiffer y un notable Kutcher se combinan. En este momento Hollander centra su cámara, sus sonidos en una relación que personalmente creo que deprende un halo de encanto y que alcanza su cima cuando Linda toma las riendas del asunto momento para el cual, de una manera u otra, todos queremos ser Walter.
Así que superado ese momento inicial denso de la cinta donde Hollander prentende ahondar en tanto y además al mismo tiempo, la película se ve bastante bien y se termina disfrutando del encuentro de esas dos personas tan marcadas por unos acontecimientos fatales y que juntas consiguen superar esa fragilidad e inseguridad en la que se habían establecido sus vidas. Lo mejor: el final y los siempre increibles ojos azules de Michelle Pfeiffer.
Parece que los tiempos que padecemos nos van a llevar a un torrente de filmes que se sitúen en uno de los dos extremos: el drama más desagarrado y descorazonador o la comedia más intrascendente con inopinado optimismo. Esta es la segunda película que me encuentro en pocos días en el extremo del drama con tramposa esperanza (la otra fue Seven Pounds).
Personal Effects es un drama rotundo supuestamente sobre los cabos que nos echa la vida en los momentos de mayor desolación, sobre todo aquello que, pese a la adversidad, florece a nuestro alrededor cuando más árida parece la tierra que nos rodea. Pero, a pesar de sus pretendidos aires de tomar limonada en tiempo de recogida de limones, el tono del film es sombrío, triste, su cadencia lenta, densa y pesada. El film sitúa a los personajes al límite de lo sus emociones, envueltos en su desolación y en sus cuentas pendientes intentado reconstruir sus vidas.
El filme se sostiene en las sólidas interpretaciones de dos actrices fantásticas (no dejamos de felicitarnos por la vuelta de Michelle Pfeiffer a las pantallas), bien secundadas por un Ashton Kutcher y un, al menos para mi, desconocido Spencer Hudson, y una banda sonora efectiva y melancólica.
En una terapia de grupo destinada a aquellos que han sufrido perdidas traumáticas de seres queridos, cruzan sus vidas un mujer madura con un hijo adolescente sordomudo (Michelle Pfeiffer), viuda de un marido aficionado a las armas de fuego y asesinado por un amigo de galería de tiro del mismo y una madre (Kathy Bates) y su hijo (Ashton Kutcher), que ha perdido a su disoluta hija asesinada vilmente y arrojada al mar.
Se nos muestra como tratan de sobrevivir ante la luctuosa perdida y sus reacciones en los respectivos juicios en los que se encausan a los presuntos culpables de dichos crimenes, amén de la relación amorosa que se establece entre Michelle Pfeiffer y Ashton Kutcher, arrojados uno en brazos del, otro, mas por la desesperación del dolor y la soledad, que por amor o deseo físico.
Narrada de forma pausada, que en algunos momentos amenaza con aburrir, siempre surge algún pequeño detalle que conserva tu atención, cosa a la que ayuda un, aunque chocante, correcto trabajo dramático de Ashton Kutcher, una buena actuación de Michelle Pfeiffer (de las que esta grandísima y esplendida en su madurez actriz le basta con solventar con el piloto automático), y una desgarrada y magnifica Kathy Bates, que se come la pantalla cada vez que sale en escena.
En resumen, melodrama menor con un buen trabajo actoral, que sin llegar a deslumbrar, merece un visionado y cita ineludible para enamorados de la guapísima Michelle Pfeiffer.