Dragonheart (Corazón de dragón)
Sinopsis de la película
Hace mucho tiempo, cuando majestuosos seres con aliento de fuego surcaban a gran altura los cielos, vivía un caballero que iba a encontrarse cara a cara, y a corazón abierto, con la criatura más extraordinaria que había existido jamás.
Detalles de la película
- Titulo Original: DragonHeart aka
- Año: 1996
- Duración: 106
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Opinión de la crítica
Película
5.9
29 valoraciones en total
Para un filme de este género la cinta cumple a pesar de tener un argumento sencillo. Y es efectiva porque no aburre, porque entretiene con sus alternativas y el tiempo se pasa volando junto a los magníficos CGI del dragón con el inconfundible acento inglés de la voz de Sean Connery.
Además es una cinta bien ataviada desde el vestuario y desde la recreación de época, los escenarios son los propicios para un filme con atmósfera medieval con temática legendaria-épica, las actuaciones son correctas con algunas excepciones que hay que mencionar (Dennis Quaid sobresale de la media con una convincente composición de caballero espadachín, David Thewlis es la peor interpretación de la película ya que no encaja nunca como villano, y Dina Meyer sin destacarse desde lo histriónico cautiva con su belleza en cada fotograma que aparece), su banda sonora cautiva desde su armonía y su sosegada mixtura de romanticismo y espíritu aventurero, su dinamismo es sumamente llevadero aún en sus simplificaciones narrativas, su desenlace sensibiliza y conmueve casi hasta las lágrimas, su tono reivindicativo de valores como la lealtad por la justicia y la amigable valentía enorgullecen, siempre sin olvidar su clave humorística de fondo que la convierte en una alternativa simpática.
En fin, una interesante opción sobre odiseas legendarias. Recomendable para quienes le piden al género lo que debe dar: entretenimiento, guión simplón como para disfrutar sin pensar demasiado, excelentes efectos especiales, buena recreación desde el diseño de arte, una bonita partitura de fondo, mucha acción y algunos toques cómicos como para animar más… el producto resultante es apto para el consumo masivo. Simplista y resultón, pero contundente para un filme de aventuras fantasiosas
El viejo código del honor…
• Un Caballero debe ser valeroso.
• Su corazón sólo conoce la virtud.
• Su espada defiende a los desvalidos.
• Su fuerza sostiene a los débiles.
• Su palabra sólo dice la verdad.
• Su ira aniquila al malvado.
Desde el hermoso recuerdo que me dejó de pequeño hasta la alegría y entusiasmo que aún me perdura después de volver a verla de nuevo, esta espléndida cinta de aventuras quizás no sea una obra maestra ni destaque por un alarde de ingenio y novedad, pero se basta con la emoción que transmite, con esa portentosa voz de Paco Raval (Sean Connery en la versión original), esa factura ya olvidada prácticamente en la manera no sólo de realizar películas, sino de darles fondo y un clima que perdura año tras año y visionado tras visionado.
No es sólo que me encante el genéro épico de aventuras, ni que su dragón ridiculice a esa cosa llamada Eragon, ni ese aroma de Camelot y su viejo código ya olvidado, ni esa maravillosa canción final que estremece.
Es por permanecer tan dentro de mí como Draco en las estrellas, por saber llegarme como no todas consiguen, pues no me autoproclamé en mi nick Dragon sin motivo alguno.
Voy a ser sincero: si quieren una crítica ecuánime de esta película, una que juzgue la trama, las actuaciones, etc., mejor vayan a otro lado. No soy capaz de ver más allá del dragón del tìtulo. En cuanto aparece en pantalla, regreso a mi niñez, me olvido de cuaquier otra cosa y cuando desaparece de escena me pongo a clamar por su vuelta. En un supremo esfuerzo por juzgar algún rubro técnico, diré que, además, Draco (así se llama o lo llaman al bicho) está muy bien realizado digitalmente, con gran naturalidad. Si la película destaca por alguna actuación magistral, es por la de él. En otro de los roles principales tenemos a Dennis Quaid encarnando a un Caballero que tras un inicio en el que se demuestra apegado a los viejos ideales, se convierte casi en seguida en un matadragones que ofrece sus servicios a cambio de dinero, mientras que David Thewlis encarna a quien alguna vez fuera su discípulo y ahora ciñe la corona de manera despótica, Einon. Alguna vez, hallándose al borde de la muerte, Einon recibió la mitad del corazón de un dragón, hecho que le salvó la vida pero que (presumiblemente) le contagió la malevolencia del reptil para consternación de su entrenador, quien decidió en venganza dedicar el resto de su vida al exterminio de la especie. Contar más sería sencillamente imperdonable. CORAZON DE DRAGON es una película sencilla, sin grandes pretensiones, épica y conmovedora, con una espléndida banda de sonido muy en consonancia con las escenas. Tal vez no haga más que entretener, pero lo hace muy bien. Eso sí, quiero saber dónde puedo conseguir un dragón igual que ése…
Otra de las películas que marcó mi infancia, como Godzilla . Si es que se le acaba cogiendo cariño tanto a ese lagarto enorme como a este maravilloso dragón magníficamente creado por ordenador que se come la pantalla. Se consigue una empatía con él que al final afloran las emociones reprimidas durante toda la película.
Veamos el argumento. Un joven heredero al trono es herido de muerte, por lo que para salvarlo recurren a un dragón que le cede parte de su corazón, con lo cuál es joven se recupera y se proclama rey. Sin embargo, con el tiempo se vuelve un villano por lo que su protector y amigo Bowen (un Dennis Quaid en uno de sus mejores trabajos, que tampoco es decir mucho, la verdad) en un acto de venganza jura vengarse de todos los dragones, por lo que se dedica a cazarlos. En esto conoce a Draco, que es el dragón que curo al ahora rey, y con el tiempo cultivan una gran amistad.
Esta amistad es la base de la película, lo que la mantiene interesante para que no se convierta en otra típica de buenos y malos en la edad media. Porque es justo la parte en la que el dragón está en pantalla cuando te olvidas de todo y te dedicas a disfrutar como un niño (el niño que era y que aún anda por aquí dentro) con sus frases, con su sentido del humor.
Y no podía dejar de mencionar la E-S-T-U-P-E-N-D-A banda sonora llevaba a cabo por Randy Edelman que provoca uno de los finales más conmovedores que se han visto. Siempre que la he visto no he podido contener algunas lágrimas que salen solas ante lo que se contempla. Puedo asegurar en mi caso que solo es comparable al de Cadena Perpetua en cuanto a emotividad, y eso es decir mucho, muchísimo. Si es que escucho la banda sonora y ya todo son recuerdos, emociones, sentimientos, es muy grande.
No hay nada como esas películas que llevas dentro desde que las viste en la infancia, son impagables. Recomendable pese a ese 58 que me parece bastante escaso.
Aunque pertenece al género de espada y brujería, Dragonheart no es una película épica al estilo El Señor de los Anillos , de hecho ni siquiera pretende serlo.
En Dragonheart no hay inmensas batallas con miles de extras y majestuosas tomas aéreas de cámara como a las que nos ha acostumbrado Peter Jackson en su adaptación de la famosa obra de Tolkien, de hecho ni siquiera hay grandes batallas. Dragonheart es más una fábula intimista y espectacular, valga la contradicción, acerca de la amistad y la lealtad entre un Dragón y un ser humano.
Rob Cohen dirige correctamente esta película de aventuras en la que, sin duda, el gran protagonista es Draco, un memorable dragón que además es el primer actor completamente digital de la historia del cine, cortesía, cómo no, de los magos de Industrial Light & Magic.
La película cuenta con una preciosa banda sonora a cargo de Randy Edelman que realmente eleva las emociones al máximo, sobretodo en la secuencia final,… más de uno conocerá el tema musical sin saber que pertenece a esta película.
Lo dicho, sin ser una película épica, Dragonheart es un bonito cuento que tiene, sobretodo, corazón y alma… sólo por eso ya merece la pena.
Sorprende gratamente.