Dos aguas
Sinopsis de la película
El debut de Patricia Velásquez acompaña a un niño costarricense que anhela entrar a una escuela de futbol que su familia no puede pagar, pero a la que su hermano mayor está dispuesto a enviarlo, sin importar lo que tenga que hacer para lograrlo. Dos aguas es una bella historia sobre la amistad y la pena, las concesiones y compromisos morales grandes y pequeños, y la voluntad inquebrantable de soñar.
Detalles de la película
- Titulo Original: Dos aguas
- Año: 2015
- Duración: 70
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Como expresión visual del arte naturalista, la película costarricense Dos aguas (2015), dirigida por Patricia Velásquez, se muestra imponente y arraigadamente telúrica. De alguna manera, podemos decir que está dentro de la intuición del también filme costarricense Caribe (2004), de Esteban Ramírez. Con Dos aguas , la realizadora –con el apoyo de la expresiva fotografía de Gustavo Brenes– le ha dado a la Naturaleza un papel más que protagónico: dentro de su belleza profusa, esa Naturaleza es aplastante: es caribeña, aún dentro de algún paisajismo que se permite la directora.
En ese ambiente natural, los sujetos humanos se ven más débiles desde sus confictos. Así, el mar es presentado con fuerza y exquisitez visual, capaz de recordarnos –con otra sintaxis– a aquella selva que se traga a Arturo Cova, en esa pieza literaria del naturalismo que es La vorágine , del colombiano José Eustasio Rivera. A propósito de dicho personaje, es justo señalar que el actor César Maurel es el único que cumple bien con su trabajo actoral. No siempre es fácil trabajar con actores no profesionales y es evidente que Patricia Velásquez no destaca con este tipo de dirección. Las actuaciones son tan deficitarias que hay momentos en que uno siente que se está ante dos películas (dos aguas): una, muy buena, que es esa con una poética del paisaje y su enlace con los personajes. La otra parte del filme, talón débil, tiene un frágil diseño de personajes, que se cae con pésimas actuaciones, acartonadas, recitadoras de parlamentos, por lo que la trama, mínima y fragmentada, deviene más bien algo didáctico.
Se debe agregar el buen subrayado que recibe el filme con la música inteligente de Óscar Herrera. Resulta expresiva la sinergia habida entre música y fotografía. Sin forzar la situación, Dos aguas bebe de aquella conocida frase de Auguste Rodin: El arte es el placer de un espíritu que penetra en la Naturaleza y descubre que también esta tiene alma.
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Caribe Sur, Costa Rica. Nató (Ismael Brown) es un niño de 11 años, quien tiene el anhelo de entrar a una escuela de fútbol que sus padres no pueden costear, vive con ellos y su hermano mayor, quien se metió en problemas con unos narcotraficantes de la zona y que intenta ayudarlo para lograr que sea futbolista. Su familia tiene amistad con Jean Bazin (César Maurel), un hombre mayor de nacionalidad francesa que tiene algún tiempo viviendo en este hermoso paraíso.
Dos aguas es el primer largometraje de la realizadora costarricense Patricia Velásquez, realizado con guion propio escrito junto al músico Oscar Herrera. Un drama que hace el intento de mostrar parte de la problemática del narcotráfico en la zona costera, de hecho, el nombre del film nace de un fenómeno que tiene ese nombre, un par de corrientes marinas que al chocar crean un lugar donde todo flota, por lo cual estos individuos lo aprovechan para dejar la droga ahí para que otras personas la recojan.
Sin embargo, este punto se queda demasiado corto, es tocado apenas por encima, no sé explica mayor cosa por no decir nada. De esta forma, cuesta dilucidar realmente hacia dónde va la trama puesto que se muestran muchas cosas pero no hay un cohesión a lo interno que realmente le da forma a la historia, sin duda hizo falta pulir mucho el trabajo. La mayor parte recorrido del metraje se va desarrollando principalmente entorno a la amistad entre el protagonista y su amigo Klane (Ariel Arguedas).
Este problema del guion es más que evidente cuando se habla del ritmo de la película, le cuesta arrancar pero es porque realmente no sabemos hacia dónde va, secuencias que se alargan de más, otras que aparecen como simple relleno, ya que no hay un seguimiento de lo que muestran. Se agradece la intención de la realizadora por hacer su película en un contexto que ha sido abordado muy poco en la filmografía del país, como es el Caribe, de mostrar la cultura afrocaribeña y los paisaje de la zona.
Visualmente el film es atractivo, hay secuencias muy bien conseguidas y tomas que logran demostrar la naturaleza y las bellezas escénicas. En cuanto a las actuaciones, casi todos son actores no profesionales encontrados en este lugar donde se filmó la película, lamentablemente los niños no logran personificar bien sus personajes, se muestran muy forzados y poco creíbles, en cuanto a los adultos, sobresalen Maurel y Orlando Brown.
Hay que darle a Velasquez que ha dotado su filme de un grado técnico bastante bueno, abusado eso sí de recursos como las tomas aéreas, y olvidando que el alma de un buen filme está detrás de una historia, una buena historia que contar, que a mi humilde sentir personal es lo que falta aquí, eso y trabajar mucho más con los actores (dejemos afuera de esta ecuación a Cesar Maurel), de fondo y con presupuesto que cualquier realizador nacional se desearía el filme Dos Aguas se ahoga en un guión que cuenta casi nada, no hay un conflicto dramático que pueda emocionarnos, que nos haga tener empatía como público, que nos amarre como espectadores, sin embargo las carencias del filme en cuestión demuestra nuestra carencia de visión de cine, nuestra autoría, el filme es un buen intento, como hay varios en el país, aun los que amamos este arte esperamos que como industria y profesionales empecemos a hacer cine global, cine arte, cine que se quede con nosotros.