Domino
Sinopsis de la película
Christian es un policía danés que se asocia con una oficial para localizar al asesino de su compañero. Lo que la pareja no sabe es que el individuo que persiguen trabaja en una operación especial de la CIA y sigue el rastro de una célula terrorista del ISIS en Europa.
Detalles de la película
- Titulo Original: Domino
- Año: 2019
- Duración: 89
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Opinión de la crítica
Película
4.1
21 valoraciones en total
Da pena ver como al final de una carrera de directores tan interesantes como Brian de Palma, cierren sus trayectorias con productos tan innecesarios y sumamente malos como esta película que no hay por donde cogerla.
La fascinación que provoco este director con sus películas voyeuristas, de terror y con cierto aroma a Alfred Hitchcock en las decadas de los 70 y 80, así como sus obras maestras violentas como El precio del poder , Los intocables , Atrapado por su pasado o Corazones de Hierro se evapora totalmente en una dirección sumamente penosa. Incluso se permite una persecución por tejados inspirada claramente en Vértigo que resulta muy patética.
Rodada totalmente en Europa (la parte final es Almeria) nos cuenta la historia de Nikolaj Coster Waldau (Juego de Tronos) como Christian, un oficial de policía de Copenhague que acude con su compañero Wold (Thomas W. Gabrielsson) a una llamada de violencia doméstica. Los dos policías encuentran un alijo de explosivos y un hombre torturado hasta la muerte. Todo esto llevara a una serie de atentados terroristas por diferentes puntos de Europa.
La narración no tiene ninguna consistencia y da la impresión de que faltan muchas escenas para contar bien la historia, algo que presumiblemente es por los problemas que hubo con las productoras, que según se dijo se quedaron sin dinero y la acabaron de la mejor manera posible. Aun así creo que un director con tantas tablas como De Palma no puede ser que dirija a los actores tan pésimamente, desaprovechando a protagonistas de la talla de Carice Van Houten (El libro negro), Guy Pearce, Paprika Steen, Soren Malling (Borgen) o el mencionado anteriormente Nikolaj Coster Waldau.
Las escenas de acción tampoco cumplen su cometido, resultando torpes y mal realizadas, el resultado es un despropósito de película que bien podía haber dirigido cualquier persona con los mínimos conocimientos de cine.
Destino Arrakis.com
En la película número 30, de una prolongada y estimada trayectoria, esta es una de las peores, sino peor, cinta de este legendario director hollywoodiense, aunque la culpa no es completamente suya.
Una producción con graves problemas de financiación, se rodó durante el verano de 2017 y se estreno con diferentes versiones, con la queja del gran director, que no quedó para nada conforme.La versión que vi yo, solo dura escasos 82 minutos, por lo que no sé cuánto de la visión pensada por el director quedo en la película que vi.
En la primera escena, Christian ( Nikolaj Coster-Waldau) y su compañero Lars acuden a investigar una pelea doméstica, en la que se enfrentan a un criminal, el cual a su vez está enfrentado con una red terrorista, en donde aparece la temible ISIS.
Dando ya pistas de la torpeza de la cinta, la escena termina con Christian y el criminal colgando ridículamente de las tuberías del tejado del edificio, cayendo ambos sobre unas cajas de tomates, como si esto fuera una vulgar comedia de slapstick. La película sigue sobre la investigación que realiza el agente Christian sobre la pista del criminal que huyó, que a su vez está detrás de la célula terrorista, pero sin nada importante que destacar.
Aparece en escena Guy Pearce, como un agente inescrupuloso de la CIA, que está detrás de una célula norteafricana de ISIS, que está planeando ataques suicidas en grandes eventos públicos. Todo se desarrolla, sin ningún interés especial, con un guion muy pobre y lineal, que en este caso no lo puede salvar ni el talento del director para la puesta en escena.
Las escenas de acción, que no son muchas, tampoco están bien resueltas.
Pero el final, cuando parece que va a aparecer el De Palma de la viejas buenas épocas, ya que arranca muy bien, la resolución de la misma es bastante torpe y pobre, siendo una gran desilusión.
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Siendo un gran admirador del cine de De Palma, que tiene en su haber joyas como Blow Out o Carlitos Way, entre otras muchas, verlo dirigiendo películas tan mediocres, da una gran pena.
Lo peor: la decadencia de un gran artista, como fue De Palma
Lo mejor: nada para rescatar
Alejado hace unos años de la actividad cinematográfica, ha vuelto Brian de Palma, si no con una gran película, como muchas de las que forman su filmografía, sí con un honesto divertimento en forma de thriller con sabor añejo. Sea por la destreza del director a la hora de abordar las escenas más intrigantes, sea por la banda sonora de un Pino Donaggio en plena forma, lo cierto es que Domino, com todas las incongruencias de un guión tan plano como el perfil de sus personajes, es cien por cien disfrutable para los aficionados al género, que además de reencontrarse con los lugares comunes de las clásicas películas de policías y ladrones (en este caso, terroristas islámicos, retratados sin ningún rubor ni complejo) podrán hacer un ejercicio de nostalgia cinéfila recordando el tono y el ritmo de aquellas viejas películas policíacas setenteras, que hacían de los escenarios europeos el perfecto marco para sus frenéticas tramas. Es cierto que el De Palma que todos conocemos (y añoramos) aparece en cuentagotas, que escenas que a priori prometían están mal resueltas, cuando no deficientemente planificadas. Y que todo el conjunto acaba por tener una apariencia de decadente serie b. Pero precisamente en su sencillez y su falta de pretensiones se encuentra el alma de una película que sabe ir al grano, que no se entretiene en subtramas que alejen al espectador de lo principal, y que sabe ofrecer una escasa hora y media de puro entretenimiento. Porque al fin y al cabo, la base del thriller es esa. ¿O no?
Lo mejor: la taurina resolución de la trama, brillante bolero raveliano con dilatado climax final.
Lo peor: que el excelente director de joyas como Los intocables haya quedado para esto.
Pobre film que no quedará en la historia de nadie y que De Palma si se le pregunta seguramente dirá que no recordara haberlo dirigido. Es una ensalada de cosas absurdas, con personajes absurdos y sobre todo con un guión absurdo al que es imposible no solo darle algo de credibilidad sino seguir el hilo. Aquí una persona mata a un policía y se involucra con unos asesinatos políticos entrando la CIA (un Guy Pierce que no se sabe que hace ahí) la policía de Dinamarca, unos terroristas patéticos y poco más. Las actuaciones son malas a tono con todo lo que pueda relacionarse con esta pelicula.
No es ninguna novedad que la última obra de Brian De Palma se reciba con rechazo, la mayoría de sus películas (ahora) más populares fueron acogidas, en el mejor de los casos, con tibieza. Probablemente, las únicas excepciones fueron Carrie, Vestida para matar y Los intocables, lo cual es absolutamente ridículo en una de las filmografías más coherentes y sólidas del cine americano en el último medio siglo.
Si a este patrón le añadimos una producción caótica e incluso los interrogantes de hasta qué punto intervino De Palma en el proceso, ya tenemos la tormenta perfecta para un blanco fácil. Lo cierto es que, si se conocen razonablemente las constantes de su filmografía, sus temas y su manera de entender el cine, Domino es inequívocamente depalmiana y, además, entronca a la perfección con el conjunto de películas que ha rodado este siglo, ya fuera de la industria hollywoodiense, de la que salió por su carácter rebelde e independiente.
Domino es una fusión precisa entre el thriller loquísimo y pulp que tanto gusta a De Palma y en el que se ha prodigado toda su carrera (Hermanas, Vestida para matar, Impacto, Doble cuerpo, En nombre de Caín, Femme Fatale, Passion, etc) y el vanguardismo del uso de las tecnologías en la guerra y el terrorismo islámico que significó su película Redacted (que a su vez, ya era un pseudo-remake en clave no dramatizada de la muy moral Corazones de hierro), por lo que el tono de la película es casi imposible, casi una cuadratura del círculo y uno de los mayores factores de rechazo, ya que es arriesgadísimo realizar una obra de género puro (con villanos que podrían salir en una de Indiana Jones) con una crítica y una reflexión muy madura sobre un tema tan serio y doloroso como es el terrorismo islámico. De Palma lo consigue gracias a su exquisita puesta en escena, su respeto por el punto de vista, su diseño de la arquitectura de la escena, su reparo en los objetos que tendrán incidencia en la trama, su capacidad para crear tensión entorno a un clímax y a que sigue siendo el mejor localizando espacialmente la acción, es imposible que el espectador se pierda en alguna de sus set pieces , quizás muchos, acostumbrados a la epilepsia moderna, lo encontrarán anticuado, pero el clasicismo asumido y evolucionado de este veterano es de una pulcritud y una capacidad técnica admirable a sus casi 80 años. Muy pocos son capaces de crear una atmósfera de tanta fascinación por un momento determinado como en el clímax de esta película, algo que ya se puede rastrear en otras como En nombre de Caín y Femme fatale.
En cuanto a los temas de la película, De Palma consigue filtrar apuntes muy interesantes entorno a la importancia para los terroristas de filmar la barbarie más que la barbarie en sí, la venganza como motor de una espiral de violencia de estado y, en general, una inteligente sátira sobre el cinismo de las agencias de inteligencia en su manera de actuar. Lo más curioso, quizá por su edad, quizá por las condiciones del rodaje, es la distancia con la que narra los acontecimientos, casi se parece a la última etapa de Fritz Lang en la que no había énfasis en las emociones de los personajes y, sin embargo, todos tienen sus motivaciones y su arco, pero De Palma los retrata como una pequeña parte de un engranaje cínico del que forman parte sin saberlo.
Enésimo film incomprendido del gran Brian de Palma.