Dog Soldiers
Sinopsis de la película
Una escuadrón de soldados británicos, de entrenamiento por los remotos páramos escoceses, encuentar a un capitán de las fuerzas especiales herido, y los restos de su equipo… Parece ser que unos sanguinarios hombres lobos merodean por esa región, y esa noche es luna llena…
Detalles de la película
- Titulo Original: Dog Soldiers
- Año: 2002
- Duración: 105
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Opinión de la crítica
Película
5.2
98 valoraciones en total
No me convencen las películas que usan la cámara como la vista en primera persona de la bestia. Ellos lo llamarían sugerir, yo por el contrario lo llamaría ahorrarse tres duros por toda la cara en un buen disfraz. A ver que quieres sugerir, si en los poster oficiales me sacas en primer plano a la manada al completo, dibujados, eso sí.
En el arranque lo mismo de siempre. Ves a dos personas haciendo el canelo y sabes que la palmarán antes de que comience la auténtica película. No se… ¿es una tarjeta de presentación?. Totalmente prescindible, en esta, y en las otras miles abonadas a este tipo de introducciones. Ya tendré tiempo de verlos ¿no?. No hace falta que me los presentes. Entre otras cosas, porque aún no entré en calor.
Luego arranca la película de verdad, soldados, palabrotas… estos tíos no enganchan. Y da igual que luego vengan los lobos. A estas alturas nada sorprende. Y cuando vienen te das cuenta de que llegaron porque ves la cámara corriendo por el bosque con gruñidos. Luego atacan. Escuchas gritar a las víctimas joder y esas cosas.
Más tarde tenemos el atrincheramiento en la cabaña. Aquí la película ya pierde totalmente la necesidad de guiarse por un guión (valga la redundancia). Vemos a la gente discutir entre ellos y defenderse con pocos cartuchos. Para dar emoción, siempre habrá algún capullo que se apoye de espaldas a una ventana abierta. Y este tipo de cosas me toca la moral. ¿No se le ocurre al guionista otra manera de eliminar gente?
Eso sí, para dar toque de originalidad, siempre es bueno meter en el grupo a uno que no parezca de fiar. Totalmente novedoso, vaya.
Recuerdo que cuando se hizo esta película despertó el interés de la gente. Se hablaba bien de ella. Suerte que en aquella época yo ya estaba en crisis y no fui a verla.
El subgénero de hombres lobo está muy de capa caída y desde 1980 no se ha hecho nada destacable. Por esta razón, me he llevado tan grata sorpresa al ver Dog Soldiers .
Al comenzar a verla mis malos augurios parecieron confirmarse al ver a un comando correteando por el bosque, después a un grupo de soldados ingleses preparandose para unas maniobras en mitad de la nada. Los diálogos eran socarrones y me producían una total indiferencia, aunque empezaron a caerme simpáticos al pasar unos minutos. Luego aparecen los hombres lobo , tiros y más tiros. Empecé a perder la esperanza cuando empezaron a pasar cosas que no tenían razón de ser, incluso ridículas. Todo tendría una explicación pero me daría cuenta mucho después. La película se transformó en puro entretenimiento, donde el ir y venir de hombres lobo y su fantástica forma de atacar te mantendrá pegado al televisor, en la que los momentos de descanso serán agradecidos.
Ayuda mucho el actor Kevin McKidd, Lucio Voreno en la serie Roma , para mí un actor carismático, puede que ya demasiado encasillado en el mundo de las series pero que espero que salga de ahí.
Con todo esto lo que os quiero decir es que le deis un voto de confianza, no os dejéis llevar por un principio algo desalentador y no esperéis nada más que puro y buen entretenimiento.
Los aficionados a los géneros de terror y ciencia-ficción somos una especie rara. Somos como esos buscadores de oro que, con un tamiz, remueven el fondo del río en busca de una pepita, la mayor parte de lo que encontramos es cieno y agua sucia. Pero, de vez en cuando, y donde menos te lo esperas, aparece un pedrusco brillante, y, aunque realmente no tenga muchos quilates, su hallazgo nos compensa de múltiples horas de infructuosa búsqueda.
Dog soldiers es una pepita que nos aparece de repente en un tramo del río supuestamente ya muy trillado, el de los hombres-lobo. Ciertamente, no es que sea muy original (ahí está Depredador , por ejemplo), pero, entre tanta y tanta escoria, brilla con luz propia.
Muy entretenida, bien hecha, bien resuelta, con actuaciones bastante correctas, no vamos a ponernos a gritar ¡Oro! por la orilla, pero, desde luego, te devuelve la confianza en un género cada vez más encasillado, y te da fuerzas para seguir buscando, a la espera de ese diamante de sangre que te compense por años de apartar lodos.
El cuento de los tres lobitos, tan grotesco por sus escenas sanguinarias como por los actores que se juntaron para intentar hacerlo creíble. El argumento es absurdo, tan absurdo que ya nos da igual cuando intentan sorprendernos con giros del guión, pues los encajamos de la misma manera que hemos ido aprendiendo a encajar a lo largo de toda la cinta esos choricillos envueltos en gelatina y tomate que nos sirven en cada destripamiento, así como las memorables frases de turno, imposibles de discernir por nuestra parte si pertenecen al mundo del humor negro o al del verdadero pavor (provocado por semejantes actuaciones), tan absurdas como: ya no me podré meter las tripas dentro o pensarás que todas las mujeres somos unas zorras, pero es que yo lo soy de verdad. Como decía, algo imposible de olvidar. Esperaba más chabacanería en el maquillaje y el vestuario, en los hombres-lobo de látex y su presencia en pantalla, pero la verdad es que eso es lo que más me ha gustado: ese regustillo romántico por el cine artesanal, nada de fuegos de artificio ni efectos especiales por ordenador. No obstante, lo más chabacano es la actuación de todos y cada uno de los personajillos que representan a sus respectivos personajes en la película: ni uno sólo se salva, desde el rubiales súper masculino y sensible hasta el sargento con los intestinos de delantal, pasando por el hoolygan de los cojones. Quizá es que Neil Marshall pretendiera dar este aire cutre y de gore de serie B a su ópera prima, o quizá es que no supiera hacerlo mejor. Desde luego, con los ingredientes de que disponía, el realizador inglés podría haber hecho algo de mayor calidad, aun manteniendo esas premisas de látex y generación de tensión por medio de las interpretaciones y los encuadres de la cámara.
Una súper dinámica cinta inglesa de terror-acción que combina en forma interesante tópicos propios del subgénero licantrópico con características del cine bélico, sin dejar de lado algunos toques gore y algo de humor.
La cinta no da respiro en ningún momento, sigue las alternativas donde un escuadrón de soldados elite deben resistir en el medio de la vegetación a una jauría de hombres-lobos sumamente poderosos dispuestos a destrozar todo aquello que se le cruce por su camino.
Es original al menos la propuesta, porque la idea de un destacamento de soldados para resistir la fuerza sobrenatural propia de los licántropos es muy atrayente y salen de los moldes vistos, además de contar además con un sugerente acompañamiento musical y una sórdida y espesa ambientación en escenarios que se convierten en una angustiante pesadilla.
Así, en el medio de una exuberante vegetación se librarán intensas batallas entre hombres lobos y soldados fuertemente armados, dando por resultado un producto hondamente absorbente por sus circunstancias, entretenido por su agitada puesta en escena, y visceral en su espíritu.