Dodes Ka-Den (Dodeskaden)
Sinopsis de la película
Primer film en color de Kurosawa. Retrato de un grupo de vecinos de los barrios bajos de Tokio, que usan la imaginación para enfrentarse al desolador panorama de miseria y alcoholismo en el que viven.
Detalles de la película
- Titulo Original: Dodes Ka-Den - Dodesukaden (Dodeska-den) aka
- Año: 1970
- Duración: 140
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Opinión de la crítica
Película
7.1
84 valoraciones en total
La película es como su fotografía: buena, pero llena de excesos.
Por ejemplo: los actores que hacen de borrachos son los típicos japoneses que exageran demasiado, haciendo que su historia no interese mucho, en la del niño y su padre sobran las imágenes de la casa que imaginariamente está construyendo este último, sería mucho más interesante y delicado que nunca se vieran, simplemente debería haber mostrando al niño indiferente que afirma a todo lo que le dice su padre, algunas de las mujeres que se reúnen en la fuente (grifo, más bien) para lavar no me han gustado nada, etc.
Al que, como a mí, el principio le parezca algo desconcertante, le pediría que le dé una oportunidad a la película porque, a medida que avanza, mejora.
Entre tanta historia, alguna sobra, como la de los dos borrachos. Pero la mayoría de ellas se va haciendo cada vez más interesante.
Algunos momentos son duros, pero los excesos de los que antes hablaba bajan el nivel. Podría haber sido un drama sobresaliente.
Solo por los diez primeros minutos, por la sencillez de ese rito tribal y sobrecogedor del rezo, por la dolorosa sonrisa que se nos dibuja ante el feliz viaje de ese tranvía imaginario, la película ya es una obra maestra.
Después, acepto que Dodes Ka-Den tiene fallos, incluso muchos. Coincido con críticas anteriores en la sobreactuación típicamente japonesa de los borrachos. Aunque el intercambio de parejas de estos dos matrimonios, incluso el juego de colores, también trasmite esa sensación confusa entre dolor y simpatía. Probablemente el chico del tranvía y estas parejas sean las únicas historias de esta película que aportan alegría, siendo el resto esencialmente tristes o, en el mejor de los casos, moralizantes.
Coincido también en la elegancia que pierde la película mostrando unas imágenes de la casa soñada que tan fácilmente podía haberse ahorrado. Por cierto sorpresa e incredulidad ante el error de encuadre, a media película, mostrando el escenario por encima del decorado del cielo en un director que ha demostrado su perfeccionismo repetidas veces. Si este fallo fue deliberado, no he entendido su significado.
Por lo demás, Kurosawa demuestra en su primera incursión en el color que es capaz de sacarle provecho, no solo para lo obvio, es decir, para recrearse mostrando imágenes de gran belleza, que lo hace. Va más allá, jugando con las luces y el maquillaje de forma magistral, especialmente a la hora de trasmitir las sensaciones e historia de cada personaje a través de su rostro.
Estoy un poco defraudado, esperaba algo más de Dodes Ka-Den , y a pesar de que el film de Kurosawa apunta buenas cosas, un tedio enorme se ha apoderado de mi durante gran parte del film.
Kurosawa retrató a los vecinos de un barrio desolado, pobre y miserable. En este barrio o tienes imaginación o te hundes. Un joven retrasado conduce el tranvía imaginario por el medio de un estercolero, los niños le llaman El loco del tranvía . Unos borrachos llegan siempre a casa con sus mujeres con más alcohol en el cuerpo del que son capaces de aguantar, a propósito o no, de vez en cuando los hombres intercambian a las mujeres. Un padre vive con su hijo en un coche abandonado y le cuenta al niño como será la casa en la que vivirán en un futuro. Y así pasan los días estos y otros vecinos, entre la imaginación y la miseria, con la pobreza presente y la muerte a los alrededores.
A pesar de tener puntos cómicos, Dodes Ka-Den es una de las películas más dramáticas de Kurosawa, un film duro que se pierde recreando la nada existente del barrio, un film que termina por convertirse en una larga y pesada función de miseria pero que conmueve con personajes tan entrañables como el del niño que conduce el tranvía y su paciente madre.
Me sé la banda sonora de memoria, pues suena en el menú del DVD, y me lleva despertando 5 noches seguidas a las 4 de la madrugada.
Y es que por fin la he terminado, tras 5 intentos cayendo dormido (más que con Stalker), a parte de las horas que, supongo, habrá empleado mi subconsciente para, en sueños, ramificar las ya de por sí ramificadas tramas que componen este extraño film de Kurosawa.
Lo sorprendente e incomprensible es que me ha gustado, y por lo general, las películas donde distintas historias discurren paralelas pero cruzándose a ratos, me espantan. No es este el caso, porque su fotografía es tan potente y tan psicodélica que me ha endiñado en las entendederas tal gancho de izquierdas, que me ha robado el corto hervor que mi madre me dio al nacer, convirtiéndome en uno más de los del colectivo del prota de gente sin cocer y en un estúpido observador de engullideras exclusivamente visuales, un contemplador de fácil satisfacción emocional.
Pero satisfacción, lo que se dice satisfacción, me produce haber escrito correctamente un punto y coma en el párrafo anterior. Sobre todo en los polémicos tiempos que sufre el susodicho signo de puntuación.
Su color hippie, su música torremolinonera, sus personajes grillados (el hombre tic y su detestable señora, la pendona y su coreografía Grease, el soñador mendigo y su entrañable hijo, el chuzo amigo de otro chuzo y viceversa, la niña y su harakiri en dirección contraria, el chincheta y su tranvía) y sobre todo, como ya he dicho, su onírica e intensa fotografía, son razones suficientes para que la película me parezca interesante. No sólo como somnífero, sino también como entretenimiento visual y, a ratos, emocional.
De todos modos no la puedo recomendar, porque es larga, lenta y rara. Tres parámetros con los que la mayoría no suele comulgar.
A todos los tontos les da por lo mismo, se dice. Yo pensaba que el dicho hacía referencia al sexo, y de hecho concluía que todos los hombres somos tontos. Pero he reflexionado un poco tras ver la película, y he llegado a la conclusión de que por lo que les da es por el mundo ferroviario:
• A mi vecino del 3º le falta un hervor bien grande. Cada mañana completa una vuelta entera de la línea 6 (la gris y circular). Es su rutina diaria, y la hace por placer.
• A mi primo Juanín, que es un encanto de chaval, también le falla la materia gris. Colecciona llaveros y pegatinas de RENFE. Le vuelven loco, ya ves.
• Gallardón vive obsesionado con ampliar el plano del metro en Madrid.
• Pero el premio es para el prota de la cinta, que gasta el día conduciendo un tranvía invisible a través del estercolero. Do des ka den Do des ka den Do des ka den … iiiaaaahhhhh … Do des ka den Do des ka den … je, je, je… mola mazo.
Nueva película dramática de Kurosawa, cargada de personajes marginales, bien caracterizados aunque faltos de un buen desarrollo ya que son excesivos para el film, con el uso de los colores en cada fotograma de forma magistral para diferenciar ya sea la persona, sentimientos, ambientes o las situaciones, actuaciones atractivas, un ritmo apropiado y una buena música, pero por desgracia carente de la intriga y el magnetismo que suelen causar sus films, donde esperamos siempre el máximo, y en este caso no deja de ser una película interesante y de nivel medio-alto, pero dentro de su filmografía es de las peores y menos atractiva.
En fín, merece la pena visualizarse, se aprende y se disfruta, aunque aún le queda por pulir.