Dieta mediterránea
Sinopsis de la película
Sofía (Olivia Molina) nace prematuramente en una barbería. Durante 16 años crece entre los fogones y las mesas de la casa de comidas de sus padres hasta que se convierte en una prestigiosa cocinera. En su vida hay dos hombres muy importantes: Toni (Paco León), el hombre con el que se casa y tiene tres hijos, y Frank (Alfonso Bassave), que se convertirá en su amante.
Detalles de la película
- Titulo Original: Dieta mediterránea
- Año: 2009
- Duración: 90
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Opinión de la crítica
Película
5
24 valoraciones en total
Joaquín Oristrell alguna vez en la vida hizo una comedia decente, pero por fortuna esto no se le subió a la cabeza y gracias a su humildad de genio podemos disfrutar de Dieta mediterránea , la película más prescindible del año.
Protagonizada por un ser indescriptiblemente molesto y chillón -en la ficha pone Olivia Molina-, un tal Alfonso Bassave que actúa con el pene pero está muy bueno y el más decente, Paco León, la película narra la vida de la mejor cocinera del mundo y sus amoríos poliándricos con los dos señores antes citados. Uno, es el marido manso y cariñoso, otro, el amante oscuro y pasional. O sea menuda suerte la moza.
Vi mejores diálogos en Compañeros , mejores gags en Escenas de matrimonio y mejores personajes en Sin tetas no hay paraíso . No hace falta decir más.
P.D.: Ah, el dos es por el tema gastronómico que no está nada mal llevado. O sea que si tuviera que recomendársela a alguien (después de que me pusiesen una pistola en la cabeza) sería a aquellos a los que les encante la cocina, porque el desfile de vanguardistas inventos gastronómicos y sensuales descripciones alimenticias, hace la boca agua.
Resulta un tanto zafio el recurrir a una secuencia en la que se ve a la protagonista admirando la mítica película de Truffaut, pero como ya queda mucha gente que no tiene ni idea sobre la existencia de la misma -y en muchos casos, ni siquiera del propio director-, se puede perdonar.
Oristrell es un director que no acaba de redondear ninguna de sus propuestas, pero al menos lo intenta.
Su intención es hacer comedia pura y dura, no demasiado contaminada por el estilo televisivo al uso. En esta ocasión se inspira más en los clásicos, y aunque su ritmo y, sobre todo, su guión acaba siendo algo irregular, hay una cierta frescura en la propuesta que la salva.
Resulta curioso como Olivia Molina -todo un descubrimiento- interpreta un papel con un vago paralelismo con el que su augusta madre interpretó en aquella lejana La mitad del cielo , de Gutiérrez Aragón.
En la presencia de esta bella muchacha y en el buen juego que da Bassave se basan algunos de los mejores aciertos del filme. Paco León no está mal, pero sigue bastante marcado por sus tics televisivos.
Se le podían haber sacado más partido a los personajes secundarios -y eso que la gran Balagué es la esposa del director-, y no acabo de ver bien ubicado al otrora eficaz Roberto Alvarez.
En suma, para pasar un rato agradable, levemente picante, y salir con una sonrisa de la sala, puede valer.
Insípida y sin ningún tropezón que la anime un poco.
Nos encontramos a una niña que crece en el merendero de sus padres y se cree que Arguiñano a su lado es un aprendiz. Después conocerá a un cantamañanas que le alentará también en ese mismo pensamiento. Entre los dos se encuentra el clásico entregado que se convertirá en el consentidor que no sólo traga sino que participa.
El ascenso culinario de la protagonista y la relación triangular son de risa. Risa o sonrisa que, curiosamente, no me provocó ninguna escena de la película (dicen que es una comedia).
Capítulo aparte es Olivia Molina. Esta muchacha ofrece un tan basto como vasto repertorio de gesticulaciones, ademanes y muecas, por no hablar de las innumerables veces que saca el dedo a pasear. En resumen, alguien debería decirle que imprimir carácter a un personaje no es lo mismo que dotarle de un grado de chabacanería supina. ¿Si no fuera miembro de la saga Molina estaría ahí? Pregunta letal de fácil respuesta.
El único que se salva algo es Paco León, aunque también aparece desdibujado con un personaje gris y de lo más anodino.
Si esto es la dieta mediterránea prefiero la comida basura.
Defraudado quedará todo aquel que piense que ésta es una comedia de esas de divertidos gags, chistes y personajes cómicos. No lo es. Es la historia vital de su protagonista, Sofía, contada desde un punto de vista amable, ligero, pero no gracioso. No pretende ser una comedia graciosa.
Defraudado también, y por el mismo motivo, quedará el que esperase encontrar a Paco León haciendo el payaso y reírse con él. El chico es gracioso, de eso no hay duda. Pero también es buen actor, y aquí se permite cambiar de registro y afrontar un personaje serio. Sale bien parado.
Lo más destacable son todos y cada uno de los actores y lo bien dirigidos que están por un Oristrell que les otorga a ellos todo el protagonismo desde el principio, quedándose rezagado y sin hacerse notar.
Película de factura impecable. Ritmo ágil en su narración. Muy buena ambientación. La fotografía de las diferentes épocas está tratada de modos diferentes, cambiando colores, luz, texturas. Buen trabajo de vestuario, peluquería y maquillaje. El encargado del atrezzo es un genio. Las secuencias de cocina muy bien rodadas. Las de sexo también. Ambos argumentos resultan deliciosos. En su justa medida, suaves, sin saturar.
A mí está película me ha gustado. La historia me parece, cuanto menos, original. Sofía es mi ídolo, qué tía más lista. Ésto es montárselo bien, y los demás tonterías. Aunque, las cosas como son, seguramente lo más flojo que tiene la película es el guión, irregular y algo superficial. Está bastante mejor rodado que escrito.
Desde Deliciosa Martha , Sin reservas , Julie & Julia o la misma Rataouille , son muchas las películas que se han apuntado a relatar una historia con una cocina como telón de fondo, y es que, no hay duda de que los sentidos siempre se despiertan cuando de contemplar comida en pantalla se trata.
Una portada sugerente y un reparto atractivo es lo único que vamos a encontrar en el menú del día que nos ofrece Dieta Mediterránea . La carrera de Olivia Molina en cine es casi inexistente, así que sobra decir que este es el papel que le ha permitido mayor lucimiento en su escueta filmografía. Por su parte, Paco León y Alfonso Bassave se quedan en un correcto trabajo. Aunque en favor de los tres actores hay que reconocer que la cinta falla estrepitosamente en la conexión entre los tres personajes, la forma en que se conocen, se enamoran y llegan a entablar ese trío amoroso y profesional no convence por más desnudo y escena de cama que haya. En este sentido, la película es un quiero y no puedo casi constante que desemboca en una escasa implicación del espectador en la historia.
Una de las películas más flojas de Oristrell, que sólo gana puntos gracias a la realista visión del funcionamiento en una cocina y a la buena factura técnica. Este plato sólo aprobaría el examen del chef más benévolo.
Lo mejor: una idea no muy explotada en el cine español.
Lo peor: el poco peso de esta historia de amor.