Días de agosto

5 comentarios en «Días de agosto»

1. Dies dAgost es una producción catalana con un claro acento francés. Por la banda sonora y por la sensación de estar viendo una narración en la que el narrador se ha quedado dormido.

   A medio camino entre libro de viajes escrito por alguien que se ha quedado en casa pero ha visto las fotos, con alguna que otra notita, pero no sabe muy bien qué ha pasado y biografía de un biógrafo, obsesionado con escribir el relato real de un relator real, concretamente un periodista.

   De todos modos no debe ser tan aburrida como parece, ya que muchas veces en el cine todo el mundo estallaba en carcajadas, aunque fuera en plan.. ¡¿Lo cualo?! cada vez que la camara se pasaba un minuto enfocando una calle vacía, un plato, o un actor que tras unos segundos (unos 40 o 50) de reflexión suelta una frase tan profunda como hola .

   Es una buena película para ir a dormir al cine si fuera hace frío o si quieres ir a meterte mano con alguien sin que la pantalla requiera tu atención.

   Por lo demás si van a pagar para verla puede que se sientan estafados. Yo me sentí estafado aunque la proyección fuera gratis, así que..

2. El catalán Marc Recha destacó hace unos años con su largometraje Pau y su hermano , el cual compitió en Cannes. Con Días de agosto , una mezcla de documental y ficción, logra tocar algunas teclas importantes bien pero otras mal, realizando una película en conjunto irregular.
   
   Este tipo de cine contemplativo me suele gustar, por lo que no me aburrí en ningún momento del metraje (a pesar de su lentitud), pero la historia que cuenta aunque es a priori sugerente, es contada de una forma demasiado plana y abstracta. Tan plana y abstracta que no interesa demasiado. Tampoco logra conmover y tampoco logras empatizar con los personajes, los cuales son los más sencillos y planos que he visto últimamente en una película. Aparte, llega el final y te quedas con cara de ¿ya está? En este aspecto Recha falla bastante.
   
   Por otro lado, en cuanto a aspecto técnico es brillante y más que notable: cada toma nos muestra paisajes preciosos y espectaculares, conjugados de forma adecuada con una correcta banda sonora. Sin duda Días de agosto tiene un magnífico estilo visual, y eso la salva del cataclismo.
   
   Se deja ver, pero en conjunto es decepcionante porque podría haber dado para mucho más. Eso sí, no me extraña que haya a quien le parezca un petardo infumable por el modo en que está contada (o más bien por lo poco que cuenta).

3. Después de dos intentos (en el primero me quedé dormido a los 20 minutos) tengo que decir que: Lo siento, pero lo único que he encontrado en esta película que valga la pena, es una cuidada fotografía y unos exteriores muy bonitos, pero ya está …… y digo yo….. para ver bonitos paisajes me miro un documental, que seguró será mil veces más entretenido que este tostón que no tiene ni pies ni cabeza. Después de media hora, lo único que puedes hacer para salvarte del más feroz aburrimiento es pasarla a 2x luego a 6x y acabar por verla en 20x y volver a normal cuando parece que van a decir algo, para luego darte cuenta, de que lo que dicen no tiene sentido alguno.¿Realmente cree el director que existen personas tan sosas como sus personajes? y si existen ¿merece la pena contar su historia?, quién leches es el Ramón ese que mencionan, ¿qué hacen dos tios siguiendo sus pasos?, y ¿qué pinta la tia del camping?, en fin, ese será siempre otro de los grandes misterios de la humanidad……. al igual de porqué razón gastaron dinero y tiempo en hacer esta obra maestra del aburrimiento….

4. Aunque bastante extraña y díficil de digerir, la película resulta fascinante, sin duda es la película de Marc Recha con la que mejor he conectado, pues la pude ver del tirón, sin perder el interés por el camino. Recha deja de querer ser los Dardenne y deja de filmar a los actores haciendo el paripé para potenciar otra de sus fijaciones: el paisaje. Es maravillosa la capacidad que tiene para que sus planos contengan una belleza tan exuberante y poética, tan sutil como profunda. En ciertos momentos de la película sólo se ven fotos y da la impresión que te podrías estar mirando cada fotograma de la película horas y horas, tal es su belleza. La cuota de los actores se ve bastante reducida, los diálogos son los mínimos, y te das cuenta que no falta no le hacen para sentirte atraído a observar la película.

   El sentido de la narración de Recha suele ser ante todo vanguardista y si bien en Las Manos Vacías podía parecer que no cuajaba, en este caso sí. No da esa impresión, a veces molesta, de querer resultar experimental, aquí sí que vi auténtico lirismo a la hora de captar todos esos rincones inéditos de Catalunya, que con esos planos generosos y esa deliciosa fotografía se consigue plasmar la belleza con una exactitud deleitante que se ve muy bien complementada por una banda sonora muy acertada, especialmente el tema de Françoiz Breut, que consigue multiplicar las sensaciones por dos. Otra virtud de la dirección que consigue ese efecto hipnótico, que veamos a David Recha navegando absorto por el río y nos parezca algo realmente intrigante, cuando en verdad no lo es apenas.

   Para mí esta película es una especie de traducción cinematográfica (involuntaria) del libro Salida de Héctor Castells aderezado con unas gotas de Soldados de Salamina de Javier Cercas. Con Salida comparte esa propuesta de mostrarnos un viaje intinerante de dos personas y mostrarnos una serie de personajes periféricos de tierras rurales pero sumamente interesantes, gentes que viven al margen de las convenciones sociales sin ningún tipo de complejo. La similitud de Soldados de Salamina básicamente es la idea de narrar el proceso creativo de un autor a la hora de querer tratar historias sobre la Guerra Cívil, aunque, según se va viendo, eso es algo secundario, la película no pretende ir por allí. La película quiere mostrarnos el proceso creativo de su autor, no intenta ser un documental sobre la guerra, cómo estaba planeado en un principio. Se trata simplemente de una mezcla de ensayo autobiográfico mezclado con ficción, nada más. Sólo así se comprende esta estupenda película, que hay que reconocer que has de verla con bastante predisposición al ser tan netamente contemplativa y con la mente muy abierta, no es una perita en dulce a pesar de su sencillez. También se puede explicar una historia a través de sus paisajes. Una modernez? Pues no sé, quizá, pero a mí me ha resultado bastante honesto. Me ha cautivado por completo.

5. Ayer asistí al preestreno de la nueva película de Marc Recha. Debo decir que visual y técnicamente me gustó mucho, es más que valorable el buen hacer de esta producción en todos los apartados técnicos. Planos generosos que nos describen sin palabras los diferentes escenarios por donde transitan los personajes de esta suerte de roadmovie y falso documental, una banda sonora muy acertada, un montaje de cadencia muy sensual, etc. Pero la verdad es que, personalmente, no me convenció su argumento, muy débil y con una profundidad nula. Tampoco me convenció el trabajo de los actores, tan sólo David había actuado anteriormente, en sus pocas intervenciones… Creo que en el cine, lo visual no lo es todo. Recha tenía una oportunidad de crear una película que convinase a la perfección muchos elementos (la figura de ramon barnils, la guerra civil, el mundo rural, la ansiedad del escritor, la relación entre los hermanos, etc.) pero le faltó hilvanarlos adecuadamente, y sobretodo, profundizar en ellos y crear una verdadera historia, más allá de los planos bonitos y la estética pseudointelectual. Para mi es una película fallida, con ingredientes potencialmente sabrosos pero con falta de sustancia.