Diario de un escándalo
Sinopsis de la película
Barbara (Judi Dench) es una despótica profesora que gobierna su aula con mano de hierro en una ruinosa escuela pública londinense de secundaria. Vive sola, con su gata Portia, no tiene amigos, pero su vida experimenta un cambio radical cuando conoce a Sheba Hart (Blanchett), la nueva y atractiva profesora de arte de la escuela. Barbara ve en ella al alma gemela y a la leal amiga que siempre ha estado buscando. Pero, cuando descubre que Sheba mantiene una tórrida relación con uno de sus jóvenes alumnos (Andrew Simpson), la incipiente amistad da un ominoso giro, pues Barbara amenaza con contárselo todo al marido de Sheba (Bill Nighy) y al mundo entero.
Detalles de la película
- Titulo Original: Notes on a Scandal
- Año: 2006
- Duración: 92
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Opinión de la crítica
6.9
97 valoraciones en total
Richard Eyre, director discreto donde los halla, consigue con Diario de un escándalo su mejor película hasta la fecha. Y es que a su artesanal y correcta puesta en escena le va como anillo al dedo el intensísimo guión escrito por Patrick Marber (la mente detrás de Closer). Un guión magnífico, que expone de manera demoledora los peligros que la soledad extrema puede producir en personas ya de por sí algo desequilibradas. El personaje de Judi Dench (a la que deberían crear un Oscar anual y permanente, porque siempre está inmensa) es una desgracia humana, producto a medias de su propia locura y de la sociedad en la que vive, y que acaba por convertirse en un monstruo. El de Blanchett, que tampoco es precisamente una santa, es una mujer en la que siempre prevalece el corazón sobre la razón, e incapaz de controlar una situación que se le va de las manos por momentos. Pero las dos acaban resultando muy humanas a ojos del espectador, que es hecho cómplice de la miserable existencia de la primera y las dudas de la segunda.
Y si ésto ocurre es enteramente gracias a Dench y Blanchett. si no fuera por ellas, la película habría sido un correcto entretenimiento y nada más. Pero Dench está simplemente soberbia, personificando perfectamente lo que muy fácilmente podría haber sido un rol unidimensional. Y la australiana… pues qué decir de ella a estas alturas, salvo que es una de las cinco mejores actrices del momento y, para quien ésto firma, puede que también una de las mejores de la historia. El trabajo que hace con los ojos, más que con las palabras, es magistral (por cierto, su última escena con Bill Nighy me recordó mucho al maravilloso plano final de Una historia de violencia). También cabe recalcar el buen trabajo del joven Andrew Simpson, como el objeto de deseo de la Blanchett.
En definitiva, una película excelente, de visionado recomendadísimo, y obligatorio para aquellas que deseen ser actrices, pues la master class es una delicia.
Lo mejor: Judi Dench y Cate Blanchett, magistrales (ver la escena que las enfrenta casi al final de la película).
Lo peor: Es posible que lo único malo sea que no es de esas películas que deseas ver una y otra vez, o que se convierte en tu película favorita, lo que indica que algo ha fallado.
La historia de esta peli no es nada del otro mundo, es una de esas noticias que ponen de relleno en las noticias de Antena 3 a diario. Lo interesante es cómo está contada. Básicamente toma el punto de vista del personaje de Judi Dench, que está inmensa, aunque introduce escenas de Cate Blanchet que obviamente no puede reflejarlas el diario de la obsesiva anciana.
Buen film de pasiones incontrolables, retorcidas intenciones y tempestades recogidas por sembradores de viento.
Como he mencionado antes, la Dench está espléndida. Pero quisiera resaltar aún más a Cate Blanchet, su papel es dificilísimo, si no lo hubiese hecho bien odiaríamos más a su personaje que al de la vieja loca. Pues bien, esta actriz a mí nunca me ha llamado la atención como mujer, y en esta cinta la encuentro sensualísima e irresistible. Igual es que soy muy infantil y tengo alma de niñato cabrón. Vete a saber.
Dice la leyenda que hubo un tiempo en que los niños eran frágiles e indefensos, y los profesores eran seres malvados y estrictos que daban a) miedo, b) disciplina y c) castigos físicos y psicológicos…
Las escuelas eran castillos del terror, y los Pink Floyd cantaban We dont need no education, we dont need no thought control, no dark sarcasm in the classroom, teachers leave them kids alone… All in all its just another brick in the wall.
Pero hoy en día (debido quizá a la falta de valores del mundo occidental, pero también a las reformas educativas, la tele, los videojuegos y los horarios laborales que impiden que papá y mamá tengan tiempo de domar los ruidosos frutos de sus polvos sin condón), son los profesores los que se han convertido en seres frágiles e indefensos… y los niños en seres malvados y estrictos que dan a) miedo, b) dolores de cabeza y c) embarazos no deseados.
También dice la leyenda que, tiempo ha, si un profesor y un alumno tenían relaciones sexuales, nadie dudaba de la maldad del profesor y la indefensión del alumno…
Pero hoy en día los chavales ya pueden ser acosadores sexuales incluso antes de que les cambie la voz, empiecen a afeitarse y aprendan a hacerse pajas.
¿Y hay algo que de más miedo que un niño?
Pues sí: un abuelito o una abuelita, con sus arrugas, su soledad, su desesperanza y su abrumadora falta de cariño.
Las personas mayores no destacarán por su fuerza física, pero sus superpoderes consisten en una cansina tenacidad y unas enormes dosis de sabiduría y amargura acumuladas con los años…
Si quieren ustedes dormir sin pesadillas, no pasen ni un minuto considerando el horror que puede surgir de la amistad con un ser humano de la tercera edad.
¿Qué está pasando en este mundo?
Las películas de psicópatas ya me aburren, pero Richard Eyde me pone una inocente rubita acorralada entre un quinceañero y una sexagenaria, y me cago de miedo.
Nota: notable.
Diario de un escándalo podría ser definida como una versión en clave femenina de Atracción Fatal si esta hubiera sido escrita por la pluma sofisticada y realista de Patrick Marber, tomando com inspiración la lolita de Navocov.
Pero al margen de comparaciones podemos decir que Diario de un escándalo es mucho más que eso. Es una acertada aproximación a dos caracteres y dos formas de ver la vida desde el punto de vista emocional, pero también desde el punto de vista social. Por que los juicios que emite el personaje de Judi Dench sobre las diferencias sociales, raciales y económicas de la actual gran bretaña saon de los más tajantes que se han oido últimamente. Diario de un escándalo es también una interesatísima reflexión sobre la soledad, la soledad real y la soledad sentida, ambas igual de dolorosas. Es una película de terror urbano, axfisiante, realista. Es un duelo de máxima altura entre dos de las mejores actrices de la actualidad. Dench, intensa, emocional, dura, fría, a la que hay que reconocer la gran capacidad camaleónica que consigue con cada personaje a pesar de su edad. Blanchet pura, cálida pero ambigua, triste, sóla aun con su compañía, en la cumbre de este espléndido año 2007 que ha sido para su carrera. Ambas demuestran a través de sus ojos sus emocionales interpretaciones, pasando con asombrosa facilidad del cariño al miedo y de este al odio. Pero podemos decir que sus interpretaciones también transpasan lo emocional y se convierten en física, por la fragilidad de Blanchett y la dureza de Dench, la gracilidad de una y la tosquedad de otra.
Es un film elegante en su dirección, con un guión meridiano de Marber en el que no hay buenos ni malos, solo gente que se equivoca en sus acciones y en sus incontrolables sentimientos, amorales todos ellos, pero nunca inmorales.
Es por último una película intensa y recomendable un melodrama de terror social de memorables interpretaciones.
Existen dos tipos de cazadores solitarios: el cazador por afición, el tipo más frecuente, no desea tanto a la presa como a la caza en sí. Es por ello que cuanto más se resiste la presa, cuanto más lucha, tanto más la respeta.
El segundo tipo es el cazador por necesidad. El cazador por necesidad es un ser hambriento: la caza es un trámite inevitable, pero es la presa, ya sea o no fácil, quien atrae todos sus afanes. Este cazador solitario no permite a la presa crecerse, al contrario, su modus operandi es rodearla lentamente por todos los flancos hasta que la presa no tenga margen de movimiento. Su desprecio hacia la presa, su conciencia de que se trata de una criatura netamente inferior a su astucia como cazador, deviene directamente del hecho de que la necesita desesperadamente.
Esta es la historia de una cazadora por necesidad. Y un telefilme también, es cierto. La protagonista, vieja solitaria hasta extremos aterradores, acecha a una joven vulnerable sin desviarse un milímetro de su prototipo de caza: primero, descubre el punto débil, acto seguido, procede a entrar en su entorno como una mala hierba en un jardín cuidado, su siguiente acción será alienar a la joven y separarla sutilmente de la red protectora de su familia, y para lo último, sólo quedará atraparla, destruirla y poseerla. Vamos, en la mejor tradición de las Pasiones Mortales que todos conocemos, pero con mejores actores y una banda sonora impecable de Philip Glass.
Judi Dench y Blanchett no lo hacen mal, pero parecen más preocupadas por salir indemnes del duelo actoral que de extraer petróleo de unos personajes demasiado gaseosos. No estoy de acuerdo con Gilbert en que el personaje de Blanchett acarrearía antipatías si la actriz no lo interpretase bien: a fin de cuentas es la víctima. Aún encima por si no fuera poco lo mal que lo pasa la pobre en manos de la vieja bruja, va y la seduce un pajillero cabroncete casi contra su voluntad. ¿Cómo te va a caer mal esa desgraciada mujer? ¡Si no se puede ser más inocente de la vida!
La cosa es entretenida, sin embargo, la caza mantiene al espectador en completa alerta y de lo que vierte la vieja loca en su diario, se puede extraer más de una reflexión interesante. Sobre todo dos: la soledad puede ser muy mala, pero existe algo mucho más peligroso y que es envejecer por dentro. Algo que debería estar prohibido e ilegalizadísimo. El viejo interior, tenga la edad que tenga, es una amenaza para los que le rodean.
Hay dos tipos de espectadores de una película como ésta: los que disfrutan de la caza o los que sólo esperan a ver si al final caerá la presa. Elegid vuestro método y disfrutad.