Diana Vreeland, la mirada educada
Sinopsis de la película
Retrato de la vida y el trabajo de Diana Vreeland, la influyente editora de moda en Harpers Bazaar. La legendaria socialité fue editora de la revista Harpers Bazaar de 1937 a 1962, y posteriormente de Vogue hasta 1971.
Detalles de la película
- Titulo Original: Diana Vreeland: The Eye Has to Travel aka
- Año: 2011
- Duración: 86
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Opinión de la crítica
Película
7.2
66 valoraciones en total
Terminando de ver Diana Vreeland: The Eye Has to Travel (2011) de Lisa Immordino Vreeland, Bent-Jorgen Perlmutt & Frédéric Tcheng con Diana Vreeland, Richard Avedon, David Bailey, Lauren Bacall, Lillian Bassman, Marisa Berenson, Pierre Bergé, Cecil Beaton, Manolo Blahnik, June Burns Bove, Dick Cavett, Felicity Clark, Truman Capote, Bob Colacello, Rae Crespin, entre otros.
Documental sobre la vida y carrera de Diana Vreeland, la columnista y editora de moda franco-americana que trabajó para Harpers Bazaar y Vogue, y como Consultora del Instituto del Vestido del Museo Metropolitano de Arte de New York, siendo tan distinguida que fue agregada al Salón de La Fama de Los Mejores Vestidos.
Y es que durante décadas, Vreeland fue una de las principales autoridades de la moda gracias a su habilidad autodidacta excéntrica, y su atrevida audacia estilística que desafió ideas preconcebidas para presentar una nueva definición de belleza y vivacidad, donde la ropa bonita era solo el comienzo de algo más profundo.
Así, su impacto en la moda, la fotografía y la creación de una experiencia en las páginas de estas revistas de moda, entretuvieron y dieron fragmentos de geografía, historia y conocimiento al lector, legado que fue y sigue siendo inconmensurable.
La película presenta audio grabado y entrevistas filmadas de Vreeland, así como entrevistas con colegas, familiares y amigos como George Plimpton, Jack Paar y Dick Cavett, así como material de sus hijos y nietos, y clips de entrevistas que le dio a Diane Sawyer y Jane Pauley, entre otros.
Nacida rica pero fea, como habría dicho su madre, descendiente del hermano de George Washington, el filme explora su infancia, destacando que era prima lejana de la escritora y socialité, Pauline de Rothschild, y que una sobrina se casó con el 2° hijo de John Jacob Astor, Primer Barón Astor de Hever, al tiempo que ofrece un vistazo a La Belle Époque, una época en la que Vreeland tuvo acceso a los amigos influyentes de sus padres, como el bailarín de ballet Sergei Diaghilev, incluso afirmó haber visto a Nijinsky, Charles Lindbergh y haber montado con Buffalo Bill Cody, aunque el documental deja en claro que Vreeland ocasionalmente exageraba al contar historias, convirtiéndola en una fuente mitómana de la época en que vivió, declaraciones que se convierten en lo que ella llamó facción, una palabra que combina Fact/Hecho con Ficción que es una historia inventada que es mejor de como realmente fue, tanto que dice que conoció a Coco Chanel, a Wallis Simpson, que usó su lencería que muy probablemente provocó la abdicación del Príncipe de Gales, Edward VIII, así como haber conocido al Rey George V y a La Reina Mary del Reino Unido.
Luego la película se centra en el traslado de Diana a la ciudad de New York en la década de 1920, donde se inspiró en el baile, el jazz y la moda de la época, y su posterior traslado a Londres con su esposo, Reed Vreeland.
Ahí abrió una tienda de lencería, comenzando así su carrera en la moda…
Poco después de regresar a New York, cuando estalló La Guerra en Europa, se le pidió a Vreeland que hiciera una columna en Harper’s Bazar llamada ¿Por qué no…? siendo allí donde conoció a Cecil Beaton, quien se convirtió en su amigo de toda la vida, al tiempo que descubrió a la actriz Lauren Bacall, y rápidamente se convirtió en la editora de moda de la revista, revolucionando la moda al popularizar el jean azul y el bikini como lo más importante desde La Bomba Atómica, y trabajó en estrecha colaboración con Louise Dahl-Wolfe, Richard Avedon, Nancy White y Alexey Brodovitch, pero era conocida por sus maneras exigentes y groseras con sus asistentes, una de las cuales sorprendentemente era la futura actriz de cine, Ali MacGraw.
En Harpers Bazar, Vreeland mostró muchas de las características que la hicieron tan única, como una visionaria increíble con instintos de moda aparentemente impecables, y como transformadora de las páginas de la revista.
También tenía un ojo increíble para la belleza en las modelos que fueron fotografiadas y sabía cómo acentuar sus características que nadie más veía, así hizo famosas a Cher, Barbra Streisand, Lauren Hutton, Twiggy, Marisa Berenson, Penélope, Veruschka, y todos prosperaron bajo su supervisión.
Muy a pesar de ser extremadamente exitosa, La Corporación Hearst del magnate de los medios, William Randolph Hearst, propietario de Harpers Bazaar, le pagaba un salario relativamente pequeño, y Diana dejó la revista para convertirse rápidamente en la editora en jefe de Vogue.
SIGO EN LA ZONA DE SPOILERS POR FALTA DE ESPACIO
Diana Vreeland: The Eye Has to Travel es un análisis más o menos profundo sobre la vida de la editora de moda Diana Vreeland, su carácter, sus opiniones y su influencia. Como tal, es un documental bastante especializado, su alcance está bastante restringido y pese a estar correctamente realizado, el interés que pueda suscitar fuera del mundillo de la moda y aledaños es bastante limitado. Cabe destacar asimismo que la directora y productora del documental Lisa Immordino Vreeland es la nieta política de la protagonista, así que todo queda en casa.
Para los profanos Diana Vreeland será una desconocida, aunque dentro del mundo de las revistas de moda parece ser que fue una institución. El documental lógicamente emplea la mayor parte de su metraje en dar cuenta de este prestigio y remarcar su carácter pionero e influyente en campos como la moda o la publicidad, valiéndose para ello de personajes de todo ese universo (diseñadores, editores, modelos, directores, fotógrafos, etc).
Personalmente servidor tiene un problema con este tipo de personajes y celebridades relacionados con el mundo de la moda, la alta costura y la jet set, ya que en cierto modo parecen habitar una realidad paralela alejada de lo mundano y lo terrenal, donde el estilo, la belleza, el lujo y el dinero adquieren un carácter sacrosanto, un ambiente donde las vidas y preocupaciones corrientes de las personas vulgares pertenecen a una dimensión desconocida, en definitiva un mundo de hedonismo, frivolidad y superficialidad sólo al alcance de modelos, actores, vividores y generalmente de gente con mucho dinero, y con el que el resto de los mortales sólo puede aspirar a soñar.
Dicho lo cual, el documental prácticamente omite -aunque se puede deducir- la procedencia casi aristocrática de la familia de la protagonista (la madre era descendiente del hermano de George Washington y prima lejana de una Rothschild), la profesión de su marido (banquero) y sus relaciones con la alta sociedad aquí y allá (París, Londres, Nueva York). Conociendo estos hechos uno entiende mucho mejor la trayectoria que lleva a alguien a convertirse en un gurú de este tipo. No obstante, y en honor a la verdad, hay que señalar también que Vreeland no exuda ese elitismo, ese clasismo y ese desprecio por lo vulgar que se puede advertir en otros autoerigidos capitostes del buen gusto y la modernidad, no por su origen humilde sino en parte por su falta de formación académica.
Fuera de lo extracinematográfico, el documental recorre de forma extensa y entretenida la carrera de Diana Vreeland al frente de Harpers Bazaar y Vogue, y más tarde en el Costume Institute del Metropolitan de Nueva York, extrayendo por el camino la fuerte y peculiar personalidad de este personaje gracias a múltiples entrevistados, así como su discurso respecto al estilo, la ropa o la vida misma procedente de sus propias declaraciones. En resumidas cuentas, un correcto e interesante documental que gustará más a los aficionados a estos temas que no aparecen tan habitualmente en el cine.