Devolver al remitente
Sinopsis de la película
Miranda (Rosamund Pike) es enfermera en un pequeño pueblo que está a punto de ver cumplidas sus aspiraciones profesionales y además mudarse a la casa de sus sueños. Sin embargo una cita a ciegas con William (Shiloh Fernandez), un desconocido, lo cambia todo y da un vuelco a su vida. El camino para coger de nuevo las riendas es el perdón y el olvido, pero Rosalind oculta un oscuro secreto que amenaza con salir a la luz.
Detalles de la película
- Titulo Original: Return to Sender
- Año: 2015
- Duración: 95
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Opinión de la crítica
Película
4
98 valoraciones en total
Rosamund Pike, tan bonita, tan angelada, la cámara la adora, y el público masculino también, para colmo no es mala actriz, detrás de sus bellisimos ojos, detrás de su hermosa figura, hay siempre algo inquietante, en su mirada entre asustada y vacía hay algo, algo desconcertante, algo que logra ponerte incómodo, su cuerpo, perfecto, quiza demasiado delgada, su piel de durazno, todo en ella trasmite una cierta crispación, algo bellisimo y al mismo tiempo enfermizo. En Gone Girl (Perdida) estaba muy bien aprovechada, acá es un total desperdicio, el guión es pobre y previsible, los diálogos nada del otro mundo, y la fotografía no va más allá de la prolijidad, no hay esmero ni busqueda creativa de ningún tipo. Por ahí aparece el veterano Nick Nolte, un buen actor, haciendo un papel bastante patético.
Totalmente de acuerdo con el crítico que anotaba que Rosamund Pike, tan bonita, y además buena actriz, merece algo mejor que este refrito de poco vuelo.
Un 5 por la simple razón de que no podés dejar de ver a esta chica. De enfermera, con vestidos primaverales, de entrecasa, con poca o mucha ropa, es de una belleza que duele por momentos.
Mil modelitos de entretiempo, casual no más, y arreglos diferentes de enfermera pistonuda para deleitarnos con la omnipresente presencia, vivan las redundancias, y guapura y hermosura de la siempre muy atractiva incluso fascinante Rosamund Pike, con sus ojos bien abiertos como platos de rancio abolengo, su aire marcial y glacial, su rictus sádico, su aire de muñeca psicótica, en fin, un regalo para los castigados sentidos y un aguafuerte para el alma abotargada que tenemos siempre en un cerrado puño.
Es de suponer, no hace falta haber pasado por la prestigiosa Harvard ni haber servido a las órdenes de Sherlock Holmes para intuirlo, que, tras el gran éxito cosechado con el dúo Fincher-Affleck, no se les ocurrió a los cerebros pensantes de la industria hollywoodense, haberlos haylos, mejor cosa que volver a poner a nuestra Rosamunda querida en el maldito brete de protagonizar otra vez una historia de quebrantos, sustos, abusos, dale Naruto, y muchas morrocotudas sorpresas. Para qué imaginar algo nuevo pudiendo repetir fórmula testada en las mejores salas. Así es. La arropamos con el viejo Nolte que cada día se parece más a un soldado de terracota pasado de whiskys y burdeles nada más exterminar un pueblo aborigen de cualquier lugar perdido, algún ratito escaso de la simpática Illeana Douglas y un jovencito mono que debía pasar por allí y no tenía muy claro si iba o venía y ya, a echarse a dormir la siesta que ya se acerca el verano y hay que guardar fuerzas para estar al último grito de cualquier garito ibicenco que se tercie o se precie, faltaría más.
Telefilm de destino y carácter con posibles de película medianera y guion más tramposo que un tuerto que en realidad viene a ser un ciego, liebre por gato.
Algo de morbo, algo de inquietud, qué es esto, a dónde vamos a ir a parar, compañeras de hospital con bromitas, risas, carantoñas, arrumacos de parvulario, charlas con el papa que aniquilan cualquier esperanza de cosa buena y mucha absurda e insana conversación con el gañán carcelario que no sabes bien para qué, cojones.
Al final se desvela el misterio y te quieres morir… Malo, espantoso, gótico-chusco-ridículo-pabernosmataodelto.
La historia de una violación. La historia de un odio reprimido. La historia de una venganza. Hasta ahí las premisas que, así contadas, no suenan mal. Si además le sumamos el encanto de Rosamund Pike y la veteranía de Nick Nolte, pues el resultado debería ser meridianamente bueno. ¿Qué ocurre? Que el guion, a la par que tramposo, torna en despropósito. Y Nick Nolte y su veteranía no aparecen en esta película. Y que los encantos de Rosamund Pike son solo envoltorio y que el cartel queda muy bonito ahí, entonando el Do de martillo. Y que el otro protagonista, el tal Shiloh Fernandez es la sobreactuación hecha persona, mascando el palillo de dientes a la vez que deja su sonrisa sibilina asomar a las barandas del porche.
Devolver al remitente quiere esconder todo para el final, pegar un giro completo a la historia y dejar al espectador boquiabierto. Y creo que esto último lo consigue, gracias a los patinazos y bandazos que va pegando para cerrar de una forma ineficaz y estúpida. La mamarrachada hecha forma es cuando la protagonista, la cándida Pike, revela sus secretos en tromba, sin venir a cuento, modificando su actitud a través de su semblante y de sus vestidos. Inexplicable y olvidable. ¿Qué más da?
Si esta historia es un mensaje, habría que devolverlo al remitente. Urgentemente.
No entiendo las malas críticas recibidas por esta película ni el maltrato que está sufriendo ya que creo que sólo va a conseguir ser estrenada en DVD directamente, cuando hay tanta basura que, inexplicablemente, llega a la gran pantalla a cada momento. No es que ésta sea la película del año, ni mucho menos, pero me ha parecido un thriller más que aceptable con una maravillosa interpretación, una vez más, de la rubia Rosamund Pike. Aquí la actriz vuelve a meterse en la piel de una mujer aparentemente perfecta que esconde una parte no tan idílica de su carácter. No me gustaría que Pike se encasilla en este tipo de papeles, ya que en Perdida también se hizo cargo de un personaje muy similar, pero hay que reconocer que está estupenda y que es el alma de la película. Junto a ella, un descubrimiento, un californiano llamado Shiloh Fernandez con un gran parecido físico con Joaquin Phoenix, con una mirada lasciva y una actuación más que aceptable. También está un entrañable Nick Nolte como padre de Miranda, el personaje de Rosamund Pike. No entiendo la evaluación del anterior usuario. Pone la película a parir y le da un 8 de nota. Yo también la encuentro notable y la recomiendo para pasar un rato de intriga calentita en el sillón.
Tu ganas .
Un saludo,
Tess
La pelicula logra mantenerte hasta el final que no es poco en tiempos que corren. Le suma unos puntitos la impecable actuacion de Rosamund Pike . si bien el final te deja como … ( termino ??? ) pero no siempre las peliculas terminan como queremos y es un punto aceptable , la pelicula se hace fuerte por lo que no muestra ( el final o la violacion hubieran estado de mas . mi opinion desde ya gracias