Después de una noche
Sinopsis de la película
A Max (Wesley Snipes) las cosas le van muy bien: es un director comercial de éxito, tiene un matrimonio feliz y dos hijos estupendos. Cuando se entera de que su amigo Charlie (Robert Downey Jr.) se está muriendo de SIDA, va a Nueva York a verlo, pero pierde el avión de vuelta a Los Ángeles. Durante la espera conoce a Karen (Nastassja Kinski), una hermosa mujer con la que tiene una aventura de una noche.
Detalles de la película
- Titulo Original: One Night Stand
- Año: 1997
- Duración: 102
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Opinión de la crítica
Película
5.6
70 valoraciones en total
Una historia de infidelidades y de sus consecuencias, por más inocentes y justificados que se crean los protagonistas. Historia construida con ingredientes típicamente americanos: mala educación, agresión, gestos ofensivos, gritos, ostentación de drogas y, naturalmente, de sexo, para unos personajes que parecen serios y honestos. Gracias a estas cualidades la solución es tan civilizada que casi sorprende. Buenas actuaciones, aunque Wesley Snipes es tan serio y callado que es enigmático, lo mismo que Nastassja Kinski, Ming-Na Wen, por su parte es desopilante en la cama. Una frase será inolvidablemente graciosa: La vida es una naranja .
Las consecuencias de la noche de pasión que protagonizan Max (Wesley Snipes) y Karen (Nastassja Kinski), ambos casados, centran la trama de este insustancial melodrama en el que Robert Downey Jr. interpreta al mejor amigo del primero. Mike Figgis, realizador de la infinitamente superior Leaving Las Vegas, dirige.
Carente de ritmo, con unos personajes bastante pedantes e insoportables y con unos giros de guión que provocan más estupefacción que otra cosa, Después de una noche sólo puede ser catalogada de fiasco, ya que no consigue resultar sorprendente o atrayente. Además, la química entre los actores brilla por su ausencia. No es que sea un completo desastre, pero hay poco en ella que merezca ser alabado.
A ver, a ver: el cambio brusco de los tonos de esta peli le otorgan un ritmo narrativo más que interesante: silencios que degeneran en situaciones bruscas y ruidosas, actores que hablan a cámara, lentificación de los tiempos que le otorgan (y aquí está el PROBLEMA) un aire de falsa poesía de vuelo.
Racismo, homofobia, adulterio, conflictos internacionales expuestos en forma primero concreta, luego sugeridos: alemana con hombre negro, oriental con hombre negro, oriental con…, alemana con…, y el sida de fondo, y las implicaciones de la homosexualidad y esta enfermedad que se vuelve terminal, la memoria del muerto, la culpa frente a todo, la liberación o la dependencia del pasado. A ver…
Es tal la ensalada que produce Figgis que todo cuaja a medias, forzado, un todo no del todo convincente que culmina en situaciones burdas, en chistes fáciles, en melodrama toscamente exagerado.
En Después de una noche, nunca se sabe cual es exactamente el conflicto más duro, más de raíz, porque están acoplados a la fuerza dentro de un guión que cojea de ambas piernas hasta el final.