Desenterrando Sad Hill
Sinopsis de la película
Documental sobre la reconstrucción del cementerio ficticio de Sad Hill, construido en España (concretamente en los términos municipales de Contreras y Santo Domingo de Silos, en Burgos), hace 50 años, para la secuencia final de la película de Sergio Leone El bueno, el feo y el malo . El documental cuenta con intervenciones de Ennio Morricone o de Clint Eastwood, entre otros.
Detalles de la película
- Titulo Original: Desenterrando Sad Hill aka
- Año: 2018
- Duración: 83
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Opinión de la crítica
Película
7.1
75 valoraciones en total
Festival de Sitges, día 3.
Tras un paseo por la playa, un bocadillo y un café bien cargado me fui a ver mi tercera proyección del día: Desenterrando Sad Hill. Seguro que este nombre le es familiar a cualquier fan de Sergio Leone y especialmente a aquellos que hayan visto repetidas veces esa capilla sixtina del espagueti western (del cine en general) que es El bueno, el feo y el malo. Sad Hill era el nombre del cementerio donde tenía lugar el antológico y climático trielo (duelo a tres) entre Lee van Cleef, Eli Wallach y Clint Eastwood. Y es a ese lugar de ficción donde nos quiere llevar esta película, pero con el pequeño detalle de que el lugar existe, y está en la provincia de Burgos. Y esa es la magia de esta pequeña gran historia, hacernos saber que aquél lugar que pensamos sacado de un sueño, se puede pisar, tocar, oler… e incluso puede que tenga una tumba con nuestro nombre. La aventura en la que se embarcan los protagonistas de Desenterrando Sad Hill tiene algo de mágico y de revelador, pues nos pone ante la evidencia física de que le cine puede influir tanto en la gente como para cambiarles la vida, o al menos para ayudar a darle un sentido inesperado. La proeza de la asociación Sad Hill no es tanto recuperar este cementerio, que también, sino recordarnos cómo una pasión puede llevarnos a lugares increíbles, incluso puede transformar la ficción en realidad. Es el cine entendido como labor alquímica. Es una película que todo cinéfilo debería ver. Cuando acabó la proyección en el cine Prado la ovación duró varios minutos, la más larga que he escuché en todo el festival. Los emocionados creadores de la película nos comentaron que su intención era que se reconociera el cementerio de Sad Hill como patrimonio cultural, y así conseguir que la junta de Castilla y León ayudara a su conservación. Ojalá y sea así. Yo quiero mi cruz en Sad Hill.
(Extracto del artículo 5 días en Sitges , dentro del blog Antes de parpadear https://robergcuesta.wixsite.com/antesde)
Increíble trabajo. Guillermo de Oliveira nos lleva a una pequeña localidad perdida de Burgos donde cuatro aficionados al cine deciden emprender la difícil misión de restaurar uno de los escenarios mas emblemáticos del cine Western, el cementario Sad Hill de la película El Feo, el Bueno y el Malo , que con el paso de los años había quedado completamente sepultado bajo una enorme capa de tierra, transformando el mítico escenario en un paisaje prácticamente irreconocible. El documental tiene muchos mensajes emotivos, pero sobre todo nos demuestra el gran poder que tiene el cine, capaz de sacar lo mejor de cada uno. Las intervenciones de las estrellas que aparecen en el cartel son escasas, aunque muy necesarias, pues ayudan a contextualizar la historia y son la mayor prueba de que hazañas como ésta, provengan de donde provengan, emocionan a cualquiera. Aprovechad para ver el documental en las salas de cine porque la imagen y sonido lo merecen. Disfrutaréis, reiréis e incluso puede que derraméis alguna que otra lagrima (de emoción, claro está).
No puedo evitar emocionarme al ver a los protagonistas de Desenterrando Sad Hill . Sean cuales sean tus aficiones, pasatiempos o pasiones, acabarás estableciendo un paralelismo entre las locuras de estos desenterradores y las tuyas propias. Sentir ese tipo de entusiasmo por algo, compartir, reír, llorar, amar, y que a veces se te pongan los pelos de punta es posiblemente lo único que merece la pena de este mundo
Puntuación: 8,5
La epopeya fílmica de Sergio Leone
En la década de 1960, irrumpió en el mundo cinematográfico una singular corriente europea que tuvo la osadía de modificar las rígidas características de los westerns americanos, tanto en el diseño de personajes (en fondo y forma) como en los escenarios. El principal impulsor de este subgénero, conocido como spaghetti western, fue el realizador Sergio Leone.
Luego de una notable auto-evolución artística, Leone creó en 1966 una de sus grandes obras maestras El bueno, el malo y el feo. Este filme contiene un trabajo estético y narrativo admirable, en donde todos los detalles confluyen en la construcción de una impactante propuesta cinematográfica.
Desenterrando Sad Hill rinde un homenaje a esta película y a su autor. Para el efecto, destaca los análisis de personalidades autorizadas como Joe Dante, Alex de la Iglesia, Christopher Frayling (uno de los grandes biógrafos del director italiano), James Hetfield (vocalista de Metallica) y algunos de los sobrevivientes de la aventura cinéfila de Leone, entre ellos Clint Eastwood y Ennio Morricone.
También, es loable en este documental el uso austero pero eficaz de imágenes de archivo de la filmación del emblemático western en España, anécdotas de ex soldados franquistas que ayudaron en la construcción del puente y del cementerio como escenarios y hasta cortos testimonios del propio Sergio Leone.
El éxtasis del espectador
Ubiquemos la exhibición de la película El bueno, el malo y el feo en cualquier lugar del mundo: faltan 20 minutos para su fin, Rubio (Clint Eastwood) observa que Tuco (Eli Wallach) huye para encontrar los 200 mil dólares escondidos, e intentará detenerlo lanzándole dos cañonazos. El feo es derribado y su cabeza impactará con una lápida… Unos acordes de una melodía subliminal se hacen presentes.
Tuco se levanta y también lo hace la cámara para llenar la pantalla de un paisaje lleno de cruces. El singular pistolero penetra en el cementerio saltando sobre las tumbas mientras esa música fantasmagórica crece en intensidad. Son gritos indescifrables que componen una sinfonía de otra dimensión que crea un ambiente enrarecido, tan temible como cautivador.
Las cruces están ubicadas como olas concéntricas. En el centro del cementerio sobresale un escenario empedrado, parece una especie de teatro romano en donde los cadáveres son testigos mudos de una tragicomedia que enfrentará mortalmente a tres seres ambiciosos y amorales. Ennio Morricone eleva a categorías surrealistas su imponente banda sonora el éxtasis del oro que ha invadido ya en el subconsciente de los espectadores.
Un pequeño silencio se hace presente en la película para que Sentencia (Lee Van Cleef), Rubio y Tuco entren en escena. Surgen los rasgueados de una guitarra que acompaña al trio en su alineación geométrica para un inédito duelo. Se presencia otro de los momentos sublimes del filme.
La espectral música de inicio se transforma en un soplo desesperado de una trompeta que clama muerte y que se calla solo cuando siente que los graznidos de los cuervos respaldan su premonición. La cámara hará su labor con un enloquecedor juego de primeros planos de rostros, miradas y revólveres que elevan la tensión del momento a niveles nunca antes sentidos en películas del Oeste.
Estos 20 minutos de inmensa fascinación constituyen un viaje alucinante por una composición cinematográfica de enormes virtudes. Ese instante mágico ha cautivado a una incuantificable cantidad de espectadores en los últimos 50 años, entre ellos a un grupo de españoles que decidieron atrapar el espíritu de esa escena rescatando el lugar en donde se la rodó: el cementerio de Sad Hill, en Burgos (España)
Redescubriendo Sad Hill
Ha pasado medio siglo del rodaje de la mítica y larga escena final de El bueno, el malo y el feo. La naturaleza se ha encargado de ocultar y transformar al cementerio. Aficionados a este filme deciden emprender un proyecto un tanto extraño: ubicar la zona y filmar toda su odisea para redescubrirla.
Por ello, Desenterrando Sad Hill emerge como un relato de emociones personales. Trata de construir situaciones que recuperen vivencias pasadas, incursionando por corrientes psicológicas y hasta místicas.
Son magníficas las secuencias de la cámara cuando se mete en paisajes solitarios de Burgos buscando al emblemático escenario. Sus tomas aéreas develan el magnetismo del lugar, en donde el contraste de sus formas y su tinte misterioso lo hacen parecer como una variante de las famosas líneas de Nazca.
La película redescubre ese lugar oculto y muestra el emprendimiento humano para recuperarlo. Al inicio son unos pocos que luchan por este anhelo, pero luego se les unirán más cinéfilos que tendrán como recompensa ver su nombre en tumbas ficticias.
Desenterrando Sad Hill también aborda cómo la música y el concepto del cine de Leone ha influenciado a una de las bandas más importantes del heavy metal: Metallica. Todos sus conciertos arrancan con escenas y la melodía el éxtasis del oro.
Conclusión
Desenterrando Sad Hill demuestra cómo una película construida con la pasión de un cinéfilo, como lo fue Leone, puede no solo resistir el paso del tiempo sino trascender cada día más.
Este original documental resalta la pasión que genera la afición al Séptimo Arte. Sin lugar a dudas, cada persona amante del cine habrá sentido en su interior, alguna vez, un cúmulo de emociones por una o varias películas. Al ver este filme, descubrirán que hay una manera de recobrar esas sensaciones y volver a ser partícipe de una experiencia alucinante.
Escrito por Victor Carvajal
https://cinemagavia.es/desenterrando-sad-hill-documental-critica/
Cada vez es más habitual ver películas que hablan sobre películas. El largometraje que hoy nos ocupa es una propuesta bastante curiosa, un documental que narra la ardua tarea de un grupo de personas que se unieron para reconstruir el cementerio donde se rodó la secuencia final de la película El bueno, el feo y el malo. Desenterrando Sad Hill, flamante ganadora del premio a la mejor película en la Sección Noves Visions del Festival de Sitges 2018, documenta el descubrimiento de dicha locación en España, donde hace más de 50 años, Clint Eastwood y compañía rodaron bajo la dirección de Sergio Leone, la tercera y última parte de su trilogía del dólar.
Este documental nos acerca a la génesis de dicha reconstrucción que surgió apropósito del 50 aniversario de la película, y fue tomando forma con el pasar del tiempo hasta convertirse en un proyecto más grande de lo esperado, donde incluso personas de países vecinos a España se sumaron a la iniciativa debido a su cinefilia y especial apego al spaghetti western de Leone. Al mismo tiempo, Desenterrando Sad Hill recurre a testimonios de figurantes y personas como el músico Ennio Morricone, para desvelar anécdotas y entresijos del rodaje durante las escenas del puente o el duelo final, entre otras.
Un documental interesante, montado de manera ágil, aúna vídeos de archivo e imágenes del rodaje con entrevistas recientes a críticos, cinéfilos y fans que narran su primer acercamiento a El bueno, el feo y el malo, y además nos ofrecen sus impresiones y valoraciones de la misma. Estamos ante una suerte de crónica cinéfila, trasladada al medio audiovisual para mostrar la huella que una buena película puede dejar en el espectador. Quizás su forma no sorprende pero su contenido puede llegar a emocionar.
Estamos ante una carta de amor a El bueno, el feo y el malo, uno de los western más destacables y recordados de la historia del celuloide. Pero sobre todo, ante una muestra de lo grande que es el cine y su capacidad para impactar en las personas y avivar una llama que no se extingue con el paso del tiempo, una pasión desbordante que tiende puentes, une diferencias, nos inspira y nos permite soñar. En resumen, Desenterrando Sad Hill es la historia, antes y después de la película, un interesante documental sobre una obra magistral. Muy recomendable para cinéfilos curiosos, y sobre todo, para los fans de El bueno, el feo y el malo.
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