Defensa
Sinopsis de la película
Cuatro amigos que viven en la ciudad deciden pasar un fin de semana en los Montes Apalaches, lejos de sus familias y los problemas de la oficina. Quieren bajar en canoa un río que atraviesa un bosque que pronto será inundado para la construcción de una presa. Todo parece ir bien pero, tras una jornada placentera, el encuentro con los locales convierte la excursión en una angustiosa pesadilla.
Detalles de la película
- Titulo Original: Deliverance aka
- Año: 1972
- Duración: 110
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Opinión de la crítica
Película
7.3
63 valoraciones en total
Deliverance es, sin duda, una de las mejores obras del maestro Boorman. La cinta da una idea al espectador sobre los primeros indicios del movimiento ecologista. Louis no habla de catástrofe natural (tan en boga en estos tiempos) por la construcción de la presa, sino de… van a cambiar el paisaje . La brecha existente hace 35 años entre el campo y la ciudad (comenzaba la idea del urbanita y del desapego a sus orígenes campestres) y su distinto modus vivendi, es la premisa de la que parte el director británico para construir su película.
Boorman consigue (como siempre) que la atención del espectador no se desvíe y la conduce por siniestros derroteros, pero sin llegar a la sensación de un corta-pega tan de moda en el cine de aventuras actual. Si bien los diálogos son la parte menos fuerte del film, el cuarteto proporciona al espectador un interesante retrato de sus personalidades. La secuencia en la que discuten los cuatro de cómo desembarazarse de la delicada situación en la que se encuentran es el instante exacto dónde esta película se hace grande. Matrícula de honor.
Efectivamente, Boorman es un director con estrella. Ya demostró en Infierno en el Pacífico lo que podía hacer con un guión más pobre que el nos ocupa. Saca petróleo dónde otros gasolina. Lo que a la gente le gusta de Deliverance (mejor este título ya que el otro da vergüenza ajena y te deja como un fachita de provincias) es:
-el mejor duelo de banjos que se ha visto en el cine.
-contemplar a Burt Reynolds (un actor bastante pobre) en su mejor papel.
-el genio del director al rodar una secuencia tan complicada como la de dar verosimilitud a un padre de familia que tiene los arrestos suficientes para escalar una montaña en una situación extrema.
-que consigue que viajes con ellos. A eso se le llama atmósfera. Magia.
-la secuencia de la violación por su crudeza y por su excelente manejo de los distintos ángulos de cámara para conseguir el horror que prentende de antemano.
Recomendada a las personas que les guste el cine de aventuras y que aborrezcan a los machitos que piensan que nadie tiene derecho a comprarse un chaleco de 200 dólares para ir a hacer el gilipollas por ahí. También recomendable, claro está, a quienes les guste que los sodomicen mientras les frotan con barro dos paletos anormales, ah perdón, eso era en el Ejército. Y por supuesto, para tíos de acción, boy scouts de verdad (no de pega), que les das una caja de cerillas y un cuchillo y son capaces de cauterizarse sus pelotas nada más cortárselas.
Una obra sorprendente, viva, eficaz y que el tiempo la deja tan impoluta como hace 35 años. Hasta Matt Groening le dedicó su pequeño homenaje en Los Simpson. 9.3
Louis… ¿y si volvemos a la ciudad y pasamos la tarde jugando a los bolos…?
Los cambiadores de títulos de las películas deben de tener miedo de perder su trabajo. Un autor reflexiona durante meses cuál puede ser el título más conveniente para su obra. Un oficinista nada artista y muy mileurista se lo cambia en una semana. Por qué? Porque si no lo cambia podrían pensar que su trabajo es prescindible.
Deliveración es la mejor película de Boorman. Nos enfrenta a nuestros propios miedos. En el mundo urbanita actual, nos sentimos seguros y en control de las cosas. Pero no es más que un espejismo. El urbanita común es el ser más indefenso en tiempos de guerra. A la memoria me viene Dersu Uzala de Kurosawa y pinceladas del Disputado Voto del Señor Cayo de Giménez-Rico, películas trataban la misma cuestión.
Nosotros, la especie urbanita, intelectuales y académicos, no sabemos sobrevivir cuando se derrumba la civilización. Cuatro compañeros de trabajo se van a recorrer un río en canoa un fin de semana. Por azar se dan de bruces con la ley de la selva. Caídas las convencionalidades del día a día y enfrentados a un mundo carente de normas, cada uno de ellos se queda reducido a la esencia de sí mismo confundidos frente al horror. El instinto de supervivencia humano choca con las buenas maneras. La humillación genera miedo, el miedo paraliza a todos menos a los fuertes, los fuertes lideran con violencia.
Tras el indicente, deliveración: Somos personas civilizadas o animales salvajes? Como actuar en adelante? Sentados en el sillón cómodo de nuestras casas estamos convencidos de lo primero.
Boorman nos delínea los personajes con cuatro certeros trazos. Cuatro personalidades diferentes que englobarían a todas. Tempo excelente, fotografía bella, tensión axfisiante y desenlace coherente.
Una maravilla que nos revuelve en nuestro sofá.
Deliverance es un encuentro con la naturaleza más pura, con el lado más intenso de ésta. Y ello se constata en cada uno de los planos que forman parte del primer tramo de la excelsa obra que Boorman creó pocos años después de debutar. En esos planos detalle de los ojos de Jon Voight absolutamente fascinados y cautivados ante el influjo de la naturaleza, dejando entrever en ellos el respeto y la más profunda admiración hacía los parajes que nos albergan cuando huimos de los rincones más urbanitas. Y también en sus diálogos, cuatro tipos cuya única preocupación será pasar una tarde realizando piragüismo, debatiendo sobre la posible inundación de aquellos parajes y todo lo que ello conllevaría.
Acto seguido, salta a la palestra otro tipo de naturaleza: La humana, que tiñe los parajes vírgenes de sangre, de demencia, de incertidumbre y transforma lo que había sido un plácido viaje en una turbia espiral de deliberación e instinto de supervivencia.
El instinto mezclado con la auténtica vehemencia del ser humano, que deja tras de si la crudeza y la voracidad de unos actos capaces de engullir cualquier tipo de sentimiento o de miramiento por lo que pudiesen tener ante sí unos protagonistas desbordados por una situación tan extrema y súbita como la que se les plantea.
Así, observamos como el temor se apodera de Drew, el embarazo de Bobby por la situación vivida, y son guiados por Lewis, que en todo momento ejerce de capataz ante sus propios temores también, por lo que pudiera suceder tras esos rocambolescos acontecimientos.
Y continúa el viaje, por un río manchado de incertidumbre, dudas y pavor, un río que llevará a esos cuatro amigos a culminar su peculiar aventura con un nudo en la garganta, exactamente el mismo nudo que acompaña al espectador en sus mismísimas tripas desde que la desasosegante dirección que toman los hechos hace mella en esa travesía.
Finalmente, todo sigue su cauce, y como el mismísimo caudal del Cahulawassee arrastra lo que ha dejado tras de sí el enfrentamiento, el remordimiento y la culpa arrastran a sus protagonistas por un camino del que quizá nunca podrán salir, pues hay recuerdos que siempre se mantendrán imperecederos y jamás podrán ser tapados como los restos que abandonó tras de sí ese río. Y que seguirían fluyendo quisiesen o no.
John Boorman realizó con Deliverance su film más destacado. Esta película tiene muchas similitudes en forma y contenido con Perros de paja de Sam Peckinpah. En las dos la violencia del ser humano es el fondo de la película.
En Defensa Boorman narra la historia de cuatro amigos de ciudad que deciden bajar el río Cahulawassee en canoa. Este río desaparecerá en cuestión de poco tiempo, ya que se hundirá todo para realizar una presa.
Los cuatro amigos son bien distintos, Lewis (Burt Reynols) es el más aventurero y quien parece más en sintonía con el bosque, Ed (Jon Voight) es su tranquilo amigo que prefiere jugar al golf antes que bajar el río, Bobby (Ned Beatty) es gordito y campechano y Drew (Ronny Cox) es un padre de familia que tocaría la guitarra todo el día.
Los cuatro se ven en una situación muy comprometida tras ser atacados Ed y Bobby a punta de pistola por dos violentos hombres de la región. Los cuatro deberán bajar el río lo más rápido posible y dejar atrás sus malas vivencias. Los amigos se darán cuenta de que tienen un lado violento que nunca habían experimentado, sacan su mala sangre del ansia de supervivencia.
El film está lleno de secuencias muy duras, al igual que Perros de Paja , y nos cuenta como hombres normales se convierten por momentos en bestias salvajes. Los cuatro hacen buenas interpretaciones, incluido Burt Reynolds, quien hace un papel sobresaliente, al contrario de lo que nos tiene acostumbrados.
Deliverance es asfixiante y no recomendable a gente con problema de corazón ni ansiedad. Le doy un merecido 85.
Estados Unidos, años 70. Es tiempo de crisis en el cine yanqui tal y como había sido concebido hasta entonces. Es Deliverance uno de otros tantos buenos ejemplos de que las cosas estaban cambiando.
Primero, con unos títulos de crédito formados por imágenes de todoterrenos adentrándose en paisajes escarpados y salvajes (los Apalaches) acompañados por… no, no es una voz en off. Es un diálogo en off. Es lo que se supone que están hablando los personajes que van en esos 4×4. Original manera de empezar.
La trama avanza equidistante entre varios géneros cinematográficos. Por un lado es un western de tramperos. Con un poco de imaginación, Burt Reynolds es un carismático Davy Crockett adentrándose por territorios inexplorados por el hombre blanco en compañía de otros exploradores, con la permanente amenaza invisible de los indios nativos. En este caso, son los tipos de ciudad en canoa, con el peligro de la presencia de paletos oriundos de la zona.
Por otro lado, es cine negro. Vamos, un delito grave que se va complicando y que va implicando a gente con una familia y una vida arreglada que quiere esconderlo a toda costa, lo que les acarreará cada vez más problemas. Tensión en aumento hasta desembocar en un callejón sin salida que no puede sino evocar al film noir de toda la vida.
Y, por supuesto, es cine de aventuras. Una auténtica epopeya en medio de una naturaleza salvaje de rápidos, cañones, barrancos, bosques, etc. Incluso se podría hablar de road movie, pero tal vez, intentar equiparar coches y carretera con unas canoas por el río puede resultar demasiado osado por mi parte.
Queda así un largometraje extraño, desasosegante, trepidante y con un punto de giro en el minuto 45 de película que los cánones clásicos jamás aceptarían. Estas reglas estipulan que debe ocurrir siempre en el primer cuarto del film, para no aburrir al espectador sin una chicha que ofrecerle. A Boorman se la suda y con razón.