Declaradme culpable
Sinopsis de la película
Tras años de investigación, el proceso criminal más largo de la historia de Estados Unidos sentó en el banquillo a veinte miembros de la familia Lucchese, conocida por sus conexiones con la mafia, se les acusaba de 76 delitos. El Gobierno de Estados Unidos se había propuesto acabar con uno de los clanes mafiosos más importantes del país. Uno de los acusados (Giacomo Jackie Dee Di Norscio), un conocido miembro de la Mafia de Nueva Jersey, decidió hacer algo insólito: defenderse a sí mismo.
Detalles de la película
- Titulo Original: Find Me Guilty
- Año: 2006
- Duración: 122
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Opinión de la crítica
Película
6.2
25 valoraciones en total
Nunca me ha desagradado Vin Diesel, de hecho me parece uno de los musculitos más graciosos de los últimos años, bastante mejor que otros como Stallone, Chuache o Norris. Se lució en XXX -con un decente guión con buenos puntos-, en las Crónicas de Riddick se creyó excelentemente su papel, y bajó un poco el nivel en Un canguro Súperduro . Ahora lo veo en Declaradarme Culpable y me ha sorprendido.
Resulta que Diesel, en manos de un buen director (Lumet) y con un buen guión de fondo, resulta ser un actor muy solvente. Un buen actor -o una buena actuación- que se aleja de los tópicos y regala una historia exageradísima pero muy divertida, con momentos muy emotivos y otros deslumbrantes. Los secundarios no están a la altura de Vin -lo que en este caso es demasiado ambicioso-, pero tampoco están mal.
De no ser un poco exagerada, y por tener fallos de guión, hablaríamos de un nuevo referente en el género de los Dramas Judiciales con tintes de humor. Aún así, si queréis ver algo muy entretenido en el cine, aprovechad. Dejad los prejuicios a un rato y rendíos a Declaradme Culpable. Diesel se sale, Silver y Rocco casi le siguen, y en suma tenemos una película más que divertida. No me cansaré de decirlo: Sorprendente el registro de Vin Diesel… Esperemos que no se le encasille y pueda seguir probando en géneros que en teoría se le venían grandes.
Lo que distingue a un gran profesional es la capacidad de sacar lo mejor de sí a pesar de moverse en un campo limitado. Cuando vemos a un gran actor en una película mediocre y decimos aquello de: Lo único rescatable es la actuación de fulanito , estamos hablando de un gran profesional: alguien que trabaja bien incluso en las condiciones más adversas.
Sidney Lumet coge un material de tercera y a base de hilar fino consigue convertirlo en material de segunda…pero un espléndido material de segunda. Todo lo que puede dar de sí esta historia de dialéctica judicial, lo extrae Lumet con celo de artesano, aprovechando hasta el mínimo recurso posible, tirando de diálogos, tensión, actores, impartiendo una clase magistral de cómo transformar una pared en un lienzo, una anécdota en una historia.
Incluso Vin Diesel da lo mejor de sí en el que quizás es el primer personaje que interpreta con más diálogos que yoyas. ¿Talento?. No, Lumet.
Y no da más de sí pero se disfruta con la certeza de que se está observando una estupenda broma de un profesional muy sabio.
El incombustible e inmortal realizador Sidney Lumet (Doce hombres sin piedad, Tarde de perros, Network entre otras muchas) vuelve a las pantallas tras seis años de silencio con Vin Diesel en cartel. Esperen, no se asusten todavía. El que creíamos hombre-músculos sin cerebro aparece con pelo, tripa, arrugas y sorprendentes registros tanto dramáticos como, sobre todo, cómicos. Una grata sorpresa y la salvación que necesitaba para evitar el encasillamiento.
La historia, basada en un hecho real, relata el mayor juicio celebrado en EEUU contra una peligrosa familia de la Little Italy. Diesel interpreta al traficante de droga de los Calabrese, un hombre que ya está en al cárcel mientras se celebra el proceso judicial y que se defiende a sí mismo debido a la desconfianza obtenida tras perder el juicio que lo metió anteriormente entre rejas. Su forma de ver la vida judicial, su gran corazón y su sinceridad hará que el público desee cada intervención frente al juez y el jurado.
Una pequeña película que se desarrolla principalmente en el juzgado no la hace más simple ni aburrida, si no que evita cualquier superficialidad en la que podría haber caído Lumet para contentar a la gran masa. La base de este producto son unos diálogos muy planificados y meditados entre el director y T.J. Manzini, quienes firman el guión.
La otra gran actuación, no tan sorprendente tras su genial intervención en The Station Agent, corre a cargo del pequeño gran actor Peter Dinklage en el papel del abogado defensor que más apoya a Diesel en las vistas que se van celebrando, a cada cual más estrambótica por los desvaríos del protagonista.
Vayan a ver una película de corte clásico, con sus dos horitas de duración, que devuelve la vida una vez más a Lumet y resucitan de las cenizas a un Diesel perjudicado tras la terrorífica Un canguro superduro.
Lumet vuelve al cine judicial y consigue hacer un film correctito: clásico y solvente (aunque con cierto abuso de clichés mafiosos y un ritmo narrativo un tanto moroso que roza lo teatral).
Destacaré dos cosas positivas: el abogado enano (un personaje que rompe estereotipos) y el trabajo de Diesel, alejado de sus habituales papeles de rudo héroe de acción. No es que Vin esté a la altura de Pacino (el de antes, cuidado), pero demuestra que tiene un registro actoral más amplio de lo que parece.
En resumen: una película que se deja ver.
Aunque Lumet las ha hecho mejores. Eso es innegable.
El señor Lumet consigue en este film dos cosas bastante difíciles:
– Que Vin Diesel resulte creíble como actor (y eso quizás sea lo más difícil)
– Que el público esté a favor de la defensa del personaje protagonista, algo que debería ser imposible teniendo en cuenta de que se trata de un mafioso traficante de cocaína.
Recomendable para todo aficionado al cine judicial.