De tal astilla… tal palo
Sinopsis de la película
Refinado, culto y un tanto estirado, el doctor Hammond es un cirujano viudo que se preocupa de criar solo a su hijo y que ahora es el más firme candidato para ser nombrado jefe del Centro Médico de uno de los mejores hospitales y con los más modernos equipos del mundo. Su hijo Chris Hammond es un estudiante adolescente que lucha por estar a la altura de las exigencias de su padre en cuanto a los estudios. Además, Chris ha logrado al fin hablar con la chica de sus sueños, y hasta la ha invitado a salir. Pero, tras beber un misterioso brebaje indio, padre e hijo se cambian accidentalmente de cuerpos. Chris tiene ahora acceso al Jaguar y a las tarjetas de crédito de su padre, mientras que éste le toca la movida y el examen de biología.
Detalles de la película
- Titulo Original: Like Father, Like Son aka
- Año: 1987
- Duración: 99
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Opinión de la crítica
4.3
28 valoraciones en total
Típica comedia ochentera protagonizada por el ídolo de aquel entonces entre la chavalería: Kirk Cameron. Es cierto lo que he leido en las dos críticas de esta película que preceden a la mía. La estética ochentera no soporta demasiado bien el paso del tiempo. Es divertida, tiene puntos graciosos y la pareja protagonista no es mala actuando.
Cuando me puse a verla me esperaba un tostón de cuidado y la verdad es que me gustó y me divertí a pesar de la ingente cantidad de anuncios que la cadena coló entre medias. Te lo pasaras bien si la ves, eso sí, el argumento es muy poco real… Pero joder! es una comedieta ochentera no esperes un dramón de categoría.
Excelente comedia protagonizada por el televisivo Kirk Cameron, muy de moda entonces entre las jovencitas, y que aqui sobrelleva muy bien el doble papel de adolescente de vida licenciosa y doctor de un hospital a partir de un extraño accidente. La estética ochentera no parece haber soportado muy bien el paso de los años. Aún asi se ve sin problemas.
El doctor Jack Hammond (Dudley Moore) trabaja en un prestigioso hospital estadounidense. Su habilidad en la sala de operaciones sólo puede compararse con su estricto acatamiento de las normas establecidas por los dirigentes del centro. Chris Hammond (Kirk Cameron) es su hijo, un adolescente bastante atolondrado… al que sólo le preocupa pasarlo bien, en compañía de su amigo Trigger (Sean Astin).
Las cosas se complican de un modo inesperado: un tío de Trigger, arqueólogo, se instala durante unos días en la casa de la familia de éste y le cuenta que, en su reciente estancia en el desierto, ha conocido a una tribu india capaz de crear una rara poción… que permite a quien la toma abandonar temporalmente su cuerpo, intercambiando su espíritu con otra persona.
Chris y Trigger prueban la poción con sus mascotas: un gato y un perro… y comprueban que los efectos de la posión son reales, la cosa se enreda cuando, sin pretenderlo, padre e hijo intercambian sus cuerpos, así, el maduro médico deberá volver al instituto, bajo la apariencia de su hijo… mientras que el adolescente tendrá que enfrentarse a la responsabilidad que conlleva ejercer la medicina (sin tener ni idea de cómo hacerlo), encontrándose atrapado en el cuerpo de su padre.
Disparatada comedia diseñada a la medida de sus dos actores principales, especialmente para el adolescente Kirk Cameron, entonces tremendamente popular por la telecomedia Los Problemas Crecen e ídolo de las jovencitas de entonces. El veterano cómico y músico inglés Dudley Moore, fallecido en 2002 a la edad de sesenta y siete años, ya se había hecho popular por el prototipo de cuarentón simpático en las comedias 10, la Mujer Perfecta (1980) de Blake Edwards y Arthur el Soltero de Oro (1981) de Steve Gordon.
En la segunda mitad de los ochenta se estrena éste original Like Father, Like Son que, pese a su tópico argumento para provocar las risas debido al absurdo cambio de identidades provocadas por padre e hijo bajo la influencia de la medicina india, pasa desapercibido por considerarse una comedia del montón.
Mientras el padre trabaja como prestigioso cirujano en un Hospital privado, su hijo representa todo lo contrario a los deseos que el progenitor espera de él. El intercambio de papeles es inevitable cuando se produce el fatal incidente doméstico (el milagroso intercambiador de cerebros está escondido en una botellita de tabasco) y con la complicidad de un amigo del hijo, interpretado por el Goonie Sean Astin.
Toda una sucesión de enredos y situaciones disparatadas en una película enteramente alimentícia y destinada para todos aquellos que quieran pasar un buen rato y, ya de paso, rendirse un poco a la nostalgia de esta clase de película juveniles que invadieron en masa los cines y videoclubs en los años ochenta.
Humor clásico de los 80 un poco desfasado pero distraido.
Vestuario clásico de los 80.
Te gusta si eres adoslescente ochentero.
Me quedo con la frase Si yo fuera tú no podría estar un minuto sin meterme mano