De-Lovely
Sinopsis de la película
Biografía del legendario compositor americano Cole Porter, un icono de la música del siglo XX cuyo esplendor coincidió con la época dorada de Hollywood. En 1964, a punto de morir, toca al piano una melodía melancólica y familiar que lo lleva a evocar el pasado: recuerda las personas y los hechos más importantes de su vida, sobre todo, la profunda y compleja relación con su esposa y musa, Linda Lee Porter.
Detalles de la película
- Titulo Original: De-Lovely
- Año: 2004
- Duración: 125
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Opinión de la crítica
Película
6.2
62 valoraciones en total
Original y evocador biopic musical sobre el excelente músico Cole Porter. El protagonista, muy bien interpretado por Kevin Kline, se mueve entre dos amores: su música y su esposa. El guión narra la historia mediante un continuado flash-back, en una visión retrospectiva y como si de una gran pieza musical se tratase. La película es muy vistosa debido a las contínuas apariciones de cantantes de calidad del momento, destacar entre ellas la breve pero genial intervención del siempre carismático Robbie Williams. El relato está narrado de forma elegante, no perdiendo la compostura ni si quiera en momentos que podrían haberse considerado polémicos debido a la libertad sexual de Porter. Completamos lo dicho con un magnífico reparto y un cuidado absoluto de la estética y nos queda un film de muy buen gusto, que sirve de magnífico homenaje a este legendario y reconocido compositor norteamericano.
A fuerza de contraponer a la edulcorada imagen de Cole Porter, exhibiendo su elegante homosexualidad amparada socialmente por su bella esposa, De-lovely se queda a medias, tirando a pobre. Excelente producción en los aspectos musicales, pero muy pobre en todo lo demás: los actores no se creen estos personajes cuyos conflictos no resisten el menor análisis, pues todo no es más que desfile de modelos con máscaras inexpresivas. Por despilfarrar talentos que no quede: la siempre encantadora Ashley Judd parece que ha mandado a una amiga para que la reemplace y el admirable Jonathan Pryce no tiene papel…
Luego tiene extraordinarios aciertos al incluir a gente importantísima del teatro y la canción para ilustrar los temas grandiosos de la época, pero eso se parece más a un hinchado videoclip que a un musical serio, completo. Un tipo de un talento tan sorprendente como Cole Porter se merecía algo más que esta tontería a buen ritmo.
Esta la vi en el Palacio de la Prensa, en Callao, que es un edificio que me encanta. Era la primera vez que entraba y la sala del cine me pareció muy fea y funcional (gran decepción arquitectónica). Con la película pasa lo mismo: uno piensa que va a ser muy chispeante y glamurosa y luego te encuentras con una castaña contada con desgana (aunque puede tener cierto encanto si uno no es muy exigente y le gusta la música vetusta).
Unas señoras repintadas y gordas que tenía en las butacas de al lado no pararon de hacer comentarios.
–Ésa ha dormido con las perlas –dijo una en una escena en la que los protagonistas están en la cama.
A María Galiana, que también estaba entre el público, le empezó a sonar el móvil. El espectador de atrás le increpó.
–¿Pero lo apagamos o qué? –gritó, muy grosero.
Yo creía que la iba a pegar un pescozón y todo.
Pobres artistas nacionales. Si le hubiera sonado a Julia Roberts seguro que el tipo se habría sonreído y habría pensado:
–Mírala, qué mona, se le ha olvidado desconectarlo. Ella es como nosotros, humana.
De vuelta a casa, el autobús municipal (fin del glamour) atravesaba la Gran Vía. Ya era de noche, los comercios, cines y teatros están llenos de luces. Este paisaje urbano le hubiera gustado a Cole Porter. A mí también me encanta.
Inspirado biopic del prolífico compositor estadounidense Cole Porter, mucho más realista que el realizado en 1946, que con el título Night & Day , fuera dirigido por Michael Curtiz e interpretado por Cary Grant y Alexis Smith, film homenajeado en esta excelente versión, en la divertida escena en que los protagonistas asisten y comentan la proyección del mismo.
El film se debe a la iniciativa de la Cole Porter Fundation y a The Porter Legacy, interesados en dar a conocer a las jóvenes generaciones la música de este genial autor, a quien se deben algunos de los temas más populares y pegadizos de la música estadounidense del siglo XX.
En este sentido resulta determinante haber contratado a un elenco de las figuras más relevantes del rock, jazz y pop actuales, para interpretar los temas de Cole Porter. Entre todos destaca la interpretación de De-Lovely que hace Robbie Williams, la de Lets Misbehave por Elvis Costello, Begin the Begine por Sheryl Crow, Just One of Those Things por Diana Krall o Every Time We Say Goodbay por Natalie Cole.
El film se estructura en base a los recuerdos de su vida en forma de flash backs, que un anciano, inválido y vencido Cole Porter, va desgranando poco antes de su muerte, con la ayuda de un misterioso personaje, eficazmente interpretado por Jonathan Pryce, con un esquema parecido al que Bob Fosse utilizase para relatarnos su propia vida, en la magistral All That Jazz en 1979.
Kevin Kline compone uno de los mejores personajes de su carrera, plagado de matices, es romántico y apasionado, creativo y arrogante, sensible y excesivo, y además canta y baila aceptablemente los temas de Porter que le toca interpretar.
Ashley Judd está sublime en el difícil papel de Linda, musa, amiga, compañera, secretaria, conciencia y sufridora esposa de Porter, pero la actriz sabe amalgamar con sutileza, la admiración, fascinación y amor que le inspira el compositor, con la desaprobación y el desencanto que le causan sus frecuentes tentaciones y excesos homosexuales. Su interpretación refleja magistralmente la fortaleza y la vulnerabilidad que requiere el personaje.
Resulta paradógico que el compositor que cantara durante toda su vida al amor en todas sus formas, no supiera reconocerlo, sentado a su lado, durante casi toda su vida.
Año 1964, un deteriorado Cole Porter (Kevin Kline) está sentado en soledad en su piso newyorkino arrancando las notas más tristes a un viejo piano que le transmite la melancolía de lo que ha sido su vida.
Un desconocido ( Jonathan Price) entra en escena y lleva a Porter a un teatro en el que ante él y como un espectador más ve pasar su vida convertida en un gran musical.
No sabemos si es un quiebro caprichoso de su conciencia – el recapitular de una vida llena de excesos y sobresaltos- o si estamos ante el túnel -musical- que parece ser, se ve ante ti cuando la muerte llama a tu puerta.
De un modo u otro y con un gran espectador de fondo, el director Irwin Winkler ( La casa de mi vida 2001) nos abre una pequeña hendidura en la vida de Porter para que asistamos atónitos a sus andanzas a partir del año 1919, cuando conoce a la que más tarde sería su mujer Linda (Ashley Judd), su musa y la persona que con un gran estoicismo y un amor a prueba de infidelidades homosexuales, le acompañó a lo largo de toda su vida.
Afortunadamente para los amantes de la música, películas como Chicago , Ray , Moulin Rouge , En la cuerda floja o El fantasma de la ópera ponen de nuevo en auge a un género algo denostado en las dos últimas décadas.
El concepto de musical muchas veces se ha visto olvidado en películas en las que solamente hay muchas canciones, pero que realmente no son merecedoras del legado de cintas como Siete novias para siete hermanos , Fantasía o Sonrisas y lágrimas .
En el caso de De Lovely estamos ante un nuevo concepto que renueva el género, en el que la música es un actor más con una misión propia: poner música al guión y llevar al espectador tras sus notas a los sentimientos que afloran en los protagonistas.
Cabe destacar asimismo la impecable actuación de Kline, un Porter auténtico en constante equilibrio entre la perfección y el más absoluto de los caos, máximas que rigieron su vida y que, cuando los movimientos de la cámara se tornan excesivos e infructuosos, salvan de manera más que notable el metraje.
Una película realmente elegante, en la que no nos podemos olvidar de las actuaciones de profesionales de la canción que dotan aún de más fuerza – si esto fuera posible- a las letras de Porter: inolvidables actuaciones las de los disímiles Robbie Williams ( De-lovely ), Alanis Morissette ( Let´s do it – let´s fall in love- ), Lemar ( What is this thing called love? ) o John Barrowman ( Night and day ) entre otros.
De- lovely una película de-liciosa, que de-leita al espectador amante de la música y de-rrumba los antiguos clichés de los posibles de-tractores del género. De-finitivamente una película casi perfecta.