De cuerpo presente
Sinopsis de la película
Barlow, tras ver que Nelson besa a su amante, lo envenena. Pero resulta que Nelson vuelve a la vida cuando estaba a punto de ser enterrado. Desde ese momento, Barlow no deja de perseguirlo para rematar su obra.
Detalles de la película
- Titulo Original: De cuerpo presente
- Año: 1967
- Duración: 93
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Opinión de la crítica
Película
5.1
56 valoraciones en total
Las menos conocidas producciones de Elías Querejeta son las que dirigió Antonio Eceiza. En este caso se narra la persecución de la que es objeto un hombre que va en pijama y que ha salido de su ataúd. Carlos Larrañaga es el protagonista absoluto y hace lo que puede para meterse en la piel de un personaje desdibujado consiguiendo una interpretación aceptable. La película tiene un aire revulsivo y un palpable ánimo inconformista buscando nuevas formas estéticas que son aplicadas unas veces con acierto y otras veces con un tono fallido. El orden narrativo está configurado como si fuera una especie de tebeo grotesco porque los personajes y los fotogramas efectivamente parecen sacados de un cómic. La película se resiente de la sensación de insipidez global que su conjunto deja en el espectador pero ocasionalmente brillan dos actrices llamativas y de fotogenias peculiares como son Françoise Brion y Lina Canalejas. Demasiado breve asimismo resulta la colaboración de María José Alfonso, una actriz de mucha categoría que fue poco aprovechada en el cine. Hay que destacar la espléndida fotografía debida al talento de Luis Cuadrado y la música de Luis de Pablo que tampoco está nada mal. La cinta tuvo una adversa acogida en su momento por alejarse demasiado de lo convencional. Film bastante sugestivo con el que Eceiza ofreció algo nuevo en el cine español del momento y que no mereció para nada esa fría acogida.
Análisis de la conducta crítica general del espectador medio en España:
Si no entiendo algo a la primera = NO ME GUSTA. Mejor dicho, le pongo la nota más mínima que exista o lo machaco sin tapujos, no va a ser más listo el autor que YO.
Desgraciadamente, este efecto analítico – crítico nacional, aparece de forma fulgurante en películas como De cuerpo presente , una maravillosa comedia surrealista, repleta de ingenioso humor negro, desparpajo, geniales gags cómicos, y una ácida crítica al borreguismo de las masas, que sin embargo tiene un escueto 5.
Pobres vanguardias … y eso que vamos de modernos¡¡ …
Difícil hacer una crítica razonada a este gozoso disparate surrealista. Argumento absurdo pero lleno de coherencia, un canto a la libertad interior de la persona muy por encima de la cada vez más solitaria, controlada y orwelliana sociedad que nos rodea. Película llena de metáforas disfrazadas de gags en apariencia inocentes, pero con más capas que una cebolla. Hasta donde se quiera profundizar en ella es cosa de cada cual: te puedes quedar en la superficie y reírte con las gracias o ir a los abismos escondidos y echarte a temblar con el mensaje oculto. Mejor las dos cosas. Yo casi diría que está parcialmente basada en 1984 de Orwell, aunque no se note. O sí.
De las interpretaciones que decir. Sensacional un enorme Carlos Larrañaga, aun sin cumplir los 30 pero que borda un papel muy difícil, tragicómico y con muchos dobleces. Y fenomenales los secundarios de lujo como Lina Canalejas, Francois Brion, José María Prada, Alberto Closas, Agustín González, María José Alfonso, Alfredo Landa y los geniales Luis Sánchez Polack (Tip) y José Luis Coll en una de las escenas más hilarantemente reveladoras de la película.
En fin, recomendación sin reservas, aunque está claro que no para todos los paladares. Vamos, que no tiene nada que ver con Torrente y sus guarradas, Paco Martínez Soria con la boina, Alfredo Landa en calzoncillos, López Vázquez babeando delante de las suecas, Fernando Esteso tocando tetas o Mario Casas de adolescente descerebrado y empalmado. Este es otro universo, afortunadamente.
Película osada, chusca, desconcertante y visceral.
Un argumento puede convertirse en una pesadilla, en una ficción surrealista, en una conmoción onírica, en una palpitación absurda o en un delirio cuando los perfiles de la fantasía se alían con un guión decidido a llamar la atención.
La trama combina el tintineo de las emociones solapadas, una propuesta de vanguardia, una mirada interior y una transgresión alocada pero cuidadosa.
Ese es su mérito.
Cine convertido en un desafío como si la sonrisa de una gárgola quisiera renunciar a su destino de piedra para poder distraerse escuchando una buena sinfonía.
Esas cosas sólo se consiguen si cree firmemente en ellas.
En 1963 Gonzalo Suárez escribió un relato llamado De Cuerpo Presente en el que un hombre aparentemente muerto reflexiona sobre su estado actual y tras varias divagaciones apoyadas en la máxima de Descartes ( Pienso luego existo ) llega a la conclusión de que está vivo. Tras conseguir salir del ataúd en el que está encerrado y ante el asombro de las personas que lo acompañan en el cortejo fúnebre (que son las mismas que han intentado matarlo), se inicia una persecución sin precedentes.
En 1965 el mítico productor Elías Querejeta (1934-2013) produjo la versión cinematográfica del relato escrito por Gonzalo Suárez, encargando la realización del proyecto al director guipuzcoano Antonio Eceiza (1935-2011).
Rodada entre Madrid y Manzanares el Real en 1965, bajo una cuidada planificación se desarrolla una insólita historia policiaca con tintes de comedia surrealista. A ratos genial y asombrosa, a ratos estrafalaria y esperpéntica, la película reproduce con escrupulosa fidelidad la historia y frases del relato real línea por línea. No obstante, el film introduce un par de variaciones importantes (como por ejemplo el final) con el propósito de agilizar la acción narrativa.
La película realiza una parodia de algunos géneros cinematográficos (policiaco, western) y de ciertos aspectos de la cultura norteamericana, como por ejemplo la delirante secuencia del concurso presentado por Agustín González, con sus viajes interplanetarios y su refugio anti-atómico como premio.
También realiza una crítica soterrada a los medios que manipulan nuestro entorno.
Muy destacable la secuencia de la fiesta de disfraces, con la actuación en vivo de un grupo de pop muy parecido a The Beatles.
Gran reparto para este cóctel de excentricidades, que implica cierta complicidad por parte del espectador si se quiere disfrutar de la película sin ningún tipo de prejuicios.