Quiz, el escándalo de ¿Quién quiere ser millonario? (Miniserie de TV)
Sinopsis de la película
Miniserie de TV (2020). 3 episodios. Quiz cuenta la historia de Charles Ingram, un ex comandante del ejército británico, que causó un gran escándalo después de ser atrapado haciendo trampas para ganar 1 millón de libras en el programa ¿Quién quiere ser millonario?.
Detalles de la película
- Titulo Original: Quiz
- Año: 2020
- Duración:
Opciones de descarga disponibles
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Opinión de la crítica
Película
6.6
100 valoraciones en total
Pais
Directores
Actores
- Aisling Bea
- Andrew Leung
- Beau Gadsdon
- Beth Willetts
- David Maybrick
- Dean Nolan
- Dolly Gadsdon
- Elliot Levey
- Geoffrey McGivern
- Gracy Goldman
- Helen McCrory
- Jerry Killick
- Jon Snow
- Keir Charles
- Maggie Service
- Mark Bonnar
- Martin Trenaman
- Matt Blair
- Matt Butcher
- Matthew Gregory Lewis
- Matthew Macfadyen
- Michael Elwyn
- Michael Jibson
- Michael Sheen
- Nicholas Woodeson
- Paul Bazely
- Paul Hunter
- Ramzan Miah
- Risteard Cooper
- Sarah Woodward
- Sasha Hails
- Scott Handy
- Sian Clifford
- Tony Turner
- Trystan Gravelle
- William Chubb
Supone un reto hacer una critica de esta serie sin desvelar los hechos. Pero mas grande era el reto de hacer esta mini-serie sin ser totalmente lineales ni subjetivos y lo han conseguido: consiguen hacer que llegues a creer cualquier cosa durante el visionado, a veces te decantas por la A, a veces por la B. Así que estas ya con el comodín del 50/50, y de todos modos jugando constantemente viéndola.
Ahí radica la gracia de esta pequeña serie, que vas cambiando de parecer por la narrativa de la misma.
Los sesgos de percepción son algo con lo que el cine ha jugado muchas veces. Recuerdo mi primera película de Hitchcock, debía tener yo unos 12 o 13 años, mi padre casi me sentó en el sofá obligado a verla pero también el placer que transmitía viendo a Hitchcock cautivaba. La película era Falso culpable , basado también en hechos reales, que me dejo en shock. Marcó mi relación con el cine y a esa edad, viendo que eso había sucedido realmente, marcó también mi relación con la vida. Suena grave, y es que lo fue. En esta ocasión esta serie Quiz creo que da un paso mas (ya puede, así no se moja) porque borda la propuesta con el juego de indagar en las dos visiones y no ser resolutiva o tajante.
Aun y así, debo añadir que, una vez vas leyendo artículos y informaciones, ves que en la serie se ha omitido alguna que otra información relevante, sobretodo respecto uno de los 3 acusados (sigo en el spoiler*)
Pero de todos modos y aun con sus probables errores u omisiones es un placer ver producciones que indagan en casos reales con los que hacernos dudar y poner encima la mesa la importancia de las emociones y los sesgos de percepción (las maravillosas y recientes series When they see us o Unveliavable son un ejempl, y añado Waco) . Y es ahí donde creo que se gana un 9 o un 8 (he dudado), porqué mas que la verdad en este arte me gusta y valoro el como hacernos recapacitar y mirar un poco mas allá de nuestra primera impresión.
Así que verla -como diria Matias Prats ¡a jugaaaar!.
La serie comienza con una declaración de intenciones cuando nos explica que la razón de ser del concurso televisivo Quién quiere ser millonario parte de uno de los mayores hobbies de los británicos: tener razón. Y de los no británicos también. ¿A que llevo razón? Pues eso. Que nos encantan que nos doren la píldora.
En lo que llevamos de año llevamos ya estrenadas dos series cuya trama gira en torno a cómo hacer trampas en un concurso. Qué curioso. Si bien McMillions desgranaba cómo un grupo de personas unían esfuerzos para llevarse -de manera ilegítima- el premio gordo del Monopoly de McDonald, en el caso de Quiz, el escándalo de ¿Quién quiere ser millonario? habla de lo mismo pero esta vez el estafado es el concurso televisivo.
McMillions y Quiz, el escándalo de ¿Quién quiere ser millonario? comparten época, es decir, los hechos ocurrieron a principios de los dos mil tanto en una como en la otra. Y aunque las dos series viven un poquito de la nostalgia, no hay mejor momento para emitirlas que ahora. Si cogemos dos concursos de dos empresas fuertes desde un punto de vista financiero, empresas en las que podríamos creer como parte de lo que significa creer en el sistema, y desmigamos su funcionamiento, hasta tal punto que dejamos al aire sus fallos de seguridad, nos provocará una sensación de desconfianza. Dejaremos de creer. No hay mejor compañero para la desconfianza que la desinformación. Y no hay mejor época para la desinformación que esta.
Stephen Frears, con solo tres capítulos, consigue contar mucho sin una historia con mucho sobre lo que contar. Aparentemente. En el primer capítulo -que habla más bien sobre los antecedentes del juego y cómo se creó Quién quiere ser millonario – con muy pocos elementos nos divierte, nos crea tensión y calienta la atmósfera de lo que luego llegará en el segundo y tercer capítulo. La jugada maestra del director, y no destripo nada, es la misma que usa un trilero con la bolita. Nos hace mirar para un lado en un capítulo jugando con nosotros en el siguiente, e igual lo que pensábamos que ha pasado en realidad, no ha pasado así. Stephen Frears cierra un círculo en la serie. Quiz, el escándalo de ¿Quién quiere ser millonario? acaba convirtiéndose en un concurso para nosotros mismos. Un concurso donde tenemos varias opciones para dar respuesta a lo que creemos que ha pasado.
Todo esto es la excusa que monta Stephen Frears para mirarnos a la cara y decirnos ¡pero qué arrogantes que sois que queréis llevar la razón siempre! Es que vemos a un tío que no parece muy listo -que encima es militar, blanco y en botella, joder- ganar un millón de libras en un concurso sobre conocimientos y, cómo no vamos a dudar de si ha hecho trampas o no. Lo tenemos clarísimo. La razón está de nuestra parte. Esto es como cuando estamos en una conversación con amigos o compañeros de trabajo, más bien compañeros de trabajo, y creemos saber qué va a opinar uno de ellos en cuanto abre la boca. Como ya sabemos qué va a decir, ¿para qué escucharle?, ¿y para qué esperar a que termine de hablar? Mejor le interrumpimos y volvemos a rebatir sus argumentos.
Si creemos saber la verdad, tanto que no podemos ni esperar a que se desarrollen los hechos, qué más nos dará, si no vamos a cambiarla. Solo acariciamos nuestra verdad como un tesoro. Y si cada uno de nosotros posee una verdad que es muy distinta a la del otro, ¿para qué acercar posturas? Mejor alejarnos. Polarizarnos.
A sus 38 años el británico John Graham es un reputado dramaturgo y guionista multipremiado. En 2017 estrenó su exitosa pieza teatral Quiz . La cinta que nos ocupa sería pues una versión extendida de dicha obra que él mismo también guioniza y se implica en la producción ejecutiva. A los mandos el veterano (79 años) Frears casi siempre notable en su dilatada carrera que incluye algunos títulos emblemáticos y sobresalientes.
Un Frears que demuestra estar en forma, dá con el tono adecuado, maneja los tiempos con habilidad y fluidez y se hace con una historia que engancha y causa interés tanto como el concurso mundialmente conocido y que aquí pilotaba el ínclito Carlos Sobera.
Dividida en tres actos o capítulos nos pone en contexto, nos plantea el problema y nos sorprende con la resolución. ¿Que más se puede pedir?. Si bien las sospechas sobre el matrimonio Ingram pudieran ser razonables, no es menos cierto que como argumenta su abogada hay más que suficientes dudas razonables para haber evitado su condena.
Se degusta en un suspiro. El elenco es acertado. Un buen trabajo.
cineziete.wordpress.com
Stephen Frears dirige esta miniserie de tres episodios sobre el escándalo que rodeó la participación de Charles Ingram en el famoso concurso ¿Quién quiere ser millonario? . Relata la génesis del programa, el surgimiento de una comunidad de fans, el triunfo de Ingram, la acusación de haber hecho trampas y el posterior juicio. Utiliza a actores notables y un guion que guarda varias sorpresas.
Frears consigue dar al conjunto un tono liviano, lleno de fino humor inglés, una apariencia amable que sin embargo esconde más profundidad de lo que parece a simple vista. Es durante el tercer episodio donde la serie muestra sus cartas y pone al descubierto sus ideas sobre la influencia de los prejuicios en la forma en que miramos la realidad, cómo en ocasiones podemos llegar a moldear los hechos para ajustarlos a nuestras teorías. Lo que se antoja claro y evidente en un momento al segundo siguiente ya no lo es. Las apariencias son eso: apariencias. Quiz invita a la reflexión, pero deja en manos del espectador la respuesta final.
Entretenida, inteligente y bastante reveladora.
Ojalá todas las miniseries tuviesen la vocación de entretenimiento que tiene esta miniserie británica sobre un escándalo (real) en el programa ¿Quién quiere ser millonario? . Y lo mejor de todo es que, además de la vocación, lo consigue de sobras. Esta miniserie es divertida, es apasionante, funciona como un tren a toda velocidad y te muestra los entresijos de como se gestó ese concurso que todos conocemos y como intentaron hacer trampas para ganar el premio.
Pero claro, es que quien está detrás de las cámaras es nada más y nada menos que Stephen Frears.
Lo que más me ha sorprendido de esta miniserie no es el escándalo que cuenta en sí sino lo magníficamente bien que está explicado el como se diseña, se monta y se pone en antena un programa como este. Porque casi la mitad de la miniserie trata sobre los inicios del concurso. Y esa es la parte verdaderamente interesante, algo que nunca hemos visto antes y que demuestra que la televisión es una jungla donde solo se tiene en cuenta la rentabilidad.
Dadle una oportunidad, no se una serie que bascule alrededor de un dramatismo extremo, más bien estaríamos hablando de una serie ligera que se ve rápidamente con una sonrisa colgada en los labios.
Pero vale la pena, mucho.