Danton
Sinopsis de la película
En septiembre de 1793, el Comité de Salud Pública, instigado por Robespierre, instaura el Terror . El hambre reaparece y con ella la revuelta: las cabezas ruedan. Danton regresa a París para oponerse a Robespierre: es el choque entre dos políticos irreconciliables, entre dos fuertes personalidades. La película narra los últimos días de Georges-Jacques Danton: su proceso y su ejecución en la guillotina, junto a sus amigos, por orden del autoritario y dogmático Robespierre.
Detalles de la película
- Titulo Original: Danton
- Año: 1983
- Duración: 136
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Opinión de la crítica
Película
7.1
40 valoraciones en total
Pais
Directores
Actores
- Alain Macé
- Andrzej Seweryn
- Angel Sedgwick
- Angela Winkler
- Anne Alvaro
- Bernard Maître
- Boguslaw Linda
- Czeslaw Wollejko
- Emmanuelle Debever
- Erwin Nowiaszak
- Franciszek Starowieyski
- Gérard Depardieu
- Gérard Hardy
- Jacques Villeret
- Jean-Loup Wolff
- Jerzy Trela
- Krzysztof Globisz
- Leonard Pietraszak
- Lucien Melki
- Malgorzata Zajaczkowska
- Marek Kondrat
- Marian Kociniak
- Patrice Chéreau
- Roger Planchon
- Roland Blanche
- Ronald Guttman
- Serge Merlin
- Stéphane Jobert
- Szymon Zaleski
- Tadeusz Huk
- Wladimir Yordanoff
- Wojciech Pszoniak
Si esta película tiene un defecto es que su acción arranca directamente en medio del período más dramático de la Revolución Francesa (y por eso mismo el más cinematográfico), es decir el del Terror, sin siquiera un texto introductorio que permita situar al espectador. Como consecuencia, éste puede encontrarse desorientado y no entender en un principio qué es exactamente lo que está pasando, si bien la información que la acción le va transmitiendo le ayudará a ir comprendiendo el momento histórico que se describe. Naturalmente, lo tendrá más fácil si tiene cierto conocimiento previo del periódo en cuestión. En ésto, DANTON no es muy diferente de otras obras de Wajda, como la reciente KATYN, aunque también se asemeja al cine político de Costa-Gavras (Z, LA CONFESIÓN, ESTADO DE SITIO), lo cual no es casualidad pues nos encontramos ante una película que conjuga drama histórico y análisis político.
Todo gira en torno al enfrentamiento entre las dos facciones de los radicales revolucionarios jacobinos, dueños del poder tras haber abolido la monarquía y haber guillotinado a Luis XVI y a María Antonieta, facciones personificadas en sus dos líderes, hasta entonces íntimos amigos y paulatinamente enemigos irreconciliables: Robespierre y Danton. El primero es el hombre fuerte del nuevo gobierno, tan fanáticamente defensor de los principios democráticos (libertad, igualdad, fraternidad) y de la pureza revolucionaria que paradójicamente, para preservarlos de sus enemigos, recurre al engaño, a la censura, a la tiranía y al terror, enviando a miles de personas a la guillotina. Danton, por su parte, idolatrado por las clases populares cada vez más hostiles hacia Robespierre, tiene la lucidez de advertir y denunciar el rumbo criminal que ha tomado la revolución (un rumbo del que él también es parcialmente responsable), y se dispone, con sus partidarios, a combatir a Robespierre.
Obra dirigida por el polaco Andrzej Vajda, basada en la novela Laffaire Danton , de Stanislawa Przybyszewka. Obtuvo el premio Louis Delluc y el Cesar al mejor director.
La acción tiene lugar en París entre septiembre de 1793 y abril de 1794. Narra la historia de Georges J. Danton que, tras unas semanas de reflexión y descanso, regresa a París dispuesto a enfrentarse a Robespierre. La película confronta los ideales de justicia, libertad y democracia, que atribuye a Danton, y el imperio del terror impuesto por Maximilien de Robespierre. Ambos habían colaborado estrechamente en las etapas anteriores de la Revolución y habían compartido el liderazgo del grupo jacobino. La película muestra la valentía, el arrojo, la popularidad y la determinación de Danton. Frente a él se alza la figura enfermiza, enjuta, solitaria, dubitativa, gélida y autoritaria de Robespierre, que ha excluído a Danton del Comité de Salud Pública (Gobierno de la República) y ha decidido imponer un régimen de terror, juicios políticos y ejecuciones rápidas, convencido de que el bien común del país justifica el mal particular de la muerte por precipitación de algunos inocentes. La película ofrece al espectador la posibilidad de contemplar una lucha entre dos personajes clave de la Revolución. Uno reivindica la soberanía del pueblo, el otro desea el poder absoluto, uno sabe que el apoyo popular es fuente de fortaleza y seguridad y el otro vive atemorizado por la debilidad propia y la del Gobierno que preside, uno confía en las reglas del juego democrático y el otro las subvierte, uno interviene como perdedor y el otro como ganador efímero y sin garantías. Ambos saben que se necesitan mutuamente para sobrevivir, pero la reconciliación es imposible por las urgencias que dicta el miedo. El paralelismo entre Danton y el Sindicato Solidaridad es similar al que se puede establecer entre Robespierre y Jaruzelski. La película no se estrenó en Polonia hasta 1989.
La música aporta unas brillantes composiciones atonales de percusión metálica y de viento, que contribuyen a crear un clima de fatalismo y drama. La fotografía se recrea en la descripción de la angustia de unos y la frialdad amedrentada de otros. Explica la dureza de las condiciones de vida de los presos y el ambiente opresivo y perturbador en el que viven amontonados. Predominan los colores oscuros, las imágenes de barrotes y rejas y los exteriores luminosos vistos desde interiores lóbregos. El guión se concentra en la narración del enfrentamiento dramático entre dos personajes poderosos, otrora aliados. Presta poca atención a la descripción matizada de los mismos. La crítica francesa consieró que la figura de Robespierre resultaba esquemática y caricaturesca.
Película de época, bien ambientada y bien interpretada, que expone unos hechos cruciales de la Francia revolucionaria de 1793/4.
No creo que se pueda describir mejor el Terror durante la Revolución francesa liderado por Robespierre y el Comité de Salud Pública.
La descripción de los personajes es extraordinario. Danton, Robespierre, Saînt Just… simplemente te crees lo que estás viendo.
Los discursos parecen sacados de los verdaderos de la Asamblea Nacional. Tanto en espíritu como en sentido como en formas.
Se recrea la ciudad de Paris, tanto su fervor revolucionario como su drama social, de una manera muy fiel a la historia. No cae en ningún momento en la glorificación de nada ni de nadie. Ni siquiera de Danton.
El drama de los personajes, su idealismo y su extraña personalidad (de todos) queda reflejada magníficamente. Se exageran determinados atributos personales que en segundo plano quedan como pequeños guiños históricos interesantes y divertidos.
LO MEJOR. Escenas como la de la Asamblea Nacional o la cena entre Danton y Robespierre. Estas dos escenas ya justifican para mí el 10 que le pongo. Simplemente joyas.
LO PEOR: Quien no entienda algunos sketches como los del taller del pintor Jacques-Louis David y la fiesta del ser supremo.
Ésta sí es una película de Terror comme il faut. De Terror con mayúsculas, claro. O sea, de la segunda etapa de la Revolución Francesa, cuando los extremistas jacobinos se hicieron con el poder y empezaron a cargarse a tutiplén.
Dentro de esa étapa, el filme se centra en la lucha entre los dos líderes jacobinos, una vez ya se habían cepillado a todos los demás. Danton, el demagogo que instauró lo Tribunales Revolucionarios, y Robespierre, el idealista obcecado que se creía sus proclamas de Virtud, Revolución, República y esas cosas tan estupendas. Naturalmente se cortaban cabezas en nombre de Bien Común, la Democracia, el Pueblo, etc. Vamos lo típico: buenas palabras prometiendo un futuro de felicidad creando un presente infeliz. Al menos Hitler no te engañaba con la vaselina.
Eso sí, se presenta al Danton último, el que se dio cuenta que el Terror no iba a ningún lado. Gerard Depardieu ayuda mucho a este lavado de cara. Aunque llega un momento en que la película no es tan complaciente con él. A Robespierre ciertamente lo caricaturizan algo, supongo que por eso sentó tan mal esta película a la izquierda francesa en los 80. Pero no hay que olvidar el nombre del director: Wajda es polaco, y hacía un paralelismo profético con la situación en su país. De ahí que. pese a lo anunciado, finalmente no se estrenase en Polonia el filme hasta que cayó el régimen.
Es algo desigual, yendo de menos a más, y con algunas referencias irónicas difíciles de captar a simple vista, como lo del cuadro La muerte de Marat o lo del Ser Supremo. Eso sí, hay algunas escenas buenísimas.
Uno de los aciertos es la banda sonora. Es de película típica de terror, con minúscula. Y le va como anillo al dedo, o mejor dicho, como cuchilla al cuello.
Las verdaderas revoluciones, las que se hacen de abajo hacia arriba, por y para el pueblo, generan inicialmente ilusión entre los más desfavorecidos y una voluntad participativa popular. Después aparecen las divisiones y las luchas intestinas, de las que la corriente más fuerte sale victoriosa. Llegados a este punto, la revolución se mezcla con el poder, deviene institucional y comienza a degradarse, pues la rigidez dogmática hará que pierda sus virtudes originales. Las analogías históricas que se pueden hacer de este proceso de degeneración revolucionaria son muchas: revolución francesa y rusa, la maoísta, la cubana, la mexicana… Aunque partiendo de la base de que Andrzej Wajda es polaco es obvio que los paralelismos entre el terror francés y el régimen comunista de la Polonia de los años 80 van más allá de la casualidad y de las disertaciones históricas, por lo menos desde Solidarnosc así lo estimaron.