Cuando mueren las leyendas
Sinopsis de la película
Tras quedarse huérfano, el indio Tom Black Bull abandona la reserva y encuentra trabajo en el espectáculo del rodeo. Cuando Red Dillon, un astuto desbravador alcoholizado, se percata de sus habilidades para la monta, le enseña todos los trucos del oficio y lo convierte en una estrella del rodeo, pero él se queda con todas las ganancias y las derrocha en alcohol y mujeres.
Detalles de la película
- Titulo Original: When the Legends Die
- Año: 1972
- Duración: 107
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Opinión de la crítica
Película
6
55 valoraciones en total
Cuando las leyendas mueren los sueños terminan, cuando los sueños terminan no hay más grandeza . Reza un viejo adagio y fue de aquí que el escritor, Hal Borland, extrajo el título para su novela, When the Legends Die, la cual publicara, en 1963, contada en cuatro partes que podrían resumirse así: 1. La infancia de Tom en las montañas de la reserva india. 2. La escuela. 3. El rodeo y 4. Regreso a las raíces.
>, confrontará al hombre blanco, arribista, tramposo y alcohólico (Dillon), muy común entre los anglosajones, con el hombre indio formado con principios, honesto y en perfecta interrelación con la naturaleza. Sin embargo, cada uno se sentirá en deuda con el otro… aunque la gran barrera de, yo quiero dinero a cualquier precio vs. yo quiero ser uno con los caballos (naturaleza), hará que las dos culturas siempre vivan separadas.
En versión libre, Robert Dozier, hizo la adaptación cinematográfica y el veterano productor, Stuart Millar, con brillantes títulos en su haber (Birdman of Alcatraz, The Best Man, Little Big Man…), decidiría asumir la dirección, dando como resultado un filme colmado de lucidez narrativa que, sin duda, nos deja una bella lección.
El personaje principal es un joven indígena, perteneciente a la comunidad de los Ute (Protectores de las montañas), muy dedicados a la agricultura, la caza y los caballos. Seres pacifistas y espirituales, pero, como ha ocurrido históricamente, también ellos fueron arrinconados y, desde 1861, su territorio comenzó a ser expropiado aunque algunas de sus tribus opusieron resistencia. Fueron los Ute quienes, en 1863, tendrían que ceder a los Estados Unidos de Norteamérica, todo el Estado de Colorado a cambio de una ayuda anual para aprovisionarse y una reserva en Utah.
Al ser conocido por el experto en caballos, Red Dillon, el chico indio Tomás Toro Negro (Tom Black Bull en inglés), es comprado por éste para que pueda salir de la reserva y, con sus conocimientos, buscará convertirlo en un experto en rodeo.
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Estamos ante una muy valiosa película que, por el simple argumento anterior, ha chocado con cierta indiferencia, pues, mucha gente jamás admitirá superioridad alguna de los nativos contra la supremacía blanca. Pero, si se viera con los ojos bien abiertos, se vería que no es superioridad sino integración con valores y principios, a lo que aspira cualquier hombre limpio de corazón.
Magníficas actuaciones de, Richard Widmark y Frederic Forrest, quienes logran dar vida a dos personajes hechos para trascender. Es esa unión de los polos opuestos donde, la luz que cada uno contiene, se transmite contra las barreras.
Cine para aprender a vivir.
Western de tinte crepuscular, aunque la acción se desarrolle en los años setenta, en el que nos cuenta la historia de un niño indio, arrancado por su abuelo de la vida solitaria en la montaña, al morir sus padres en la reserva. El niño que tan solo vivía con un cachorro de oso, es obligado a incorporarse al colegio de la reserva y a la vida en la ciudad y a la vez… al control y encierro. Al pasar los años en la reserva se convierte en un consumado especialista (Frederic Forrest) en la doma de caballos, y topa con un borrachín (Richard Widmark), experto en rodeos, que le ofrece el trato de salir de la reserva a cambio de trabajar para él. A partir de aquí, discurre la película en tono más o menos dramático, con su toque de aventura, pero nunca sin despegarse de ese olor a nostalgia que arrastra todo western de los llamados crepusculares.
Varios toques de atención sobre el racismo con los indios, ribetean el film, en algo bastante común en este tipo de films en la década de los setenta.
Stuart Millar, (El hombre de Alcatraz,1962), dirige con poca pericia el film, ya que nunca logra enganchar al espectador del todo. Richard Widmark, (El gran combate, 1964), una vez más, es lo mejor de una película, que presenta en su debut a Frederic Forrest. Actor con un memorable papel de la mano de Francis Ford Coppola, en Apocalypse Now, (1979), y que aquí, en su primera película no desentona, y que a pesar de iniciar una prometedora carrera con algún film destacable, (La conversación, 1974), a partir del año 1982 su carrera cae en picado, tal vez arrastrado por el hundimiento de su mentor Coppola, que le dio el papel protagonista en el sonado fracaso de su película, Corazonada, (1982), y que de paso arruinaría tambien a su productora Zoetrope. Hoy en día tan solo se le puede ver en discretos trabajos de televisión. Luana Anders, (Easy Rider, 1969) completa un reparto breve en cuanto a secundarios se refiere, ya que salir salen muchos, pero con muy breves papeles.
Se deja ver, y ese aire crepuscular con la correspondiente banda sonora apropiada para el momento le hacen un film al menos, agradable de ver, en especial a los aficionados al mundo de los rodeos, que es el eje de la historia.