Cruella
Sinopsis de la película
Londres, años 70. Decidida a convertirse en una exitosa diseñadora de moda, una joven y creativa estafadora llamada Estella (Emma Stone) se asocia con un par de ladrones para sobrevivir en las calles de la capital británica. Pero cuando su talento para la moda llama la atención de la legendaria diseñadora, la Baronesa von Hellman (Emma Thompson), Estella cambia el rumbo de su vida hasta que una serie de acontecimientos la llevan a asumir su lado malvado y a convertirse en la estridente y vengativa Cruella.
Detalles de la película
- Titulo Original: Cruella
- Año: 2021
- Duración: 134
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Opinión de la crítica
Película
6.5
89 valoraciones en total
Lo que tal vez más me gustó, fue su lado grotesco, bien gestionado por su director Craig Gillespie. Las Emmas muy brillantes, aunque la Thompson más empoderada en su personaje desde la rotunda y bien estructurada interpretación que nos entrega.
Asistida en algunos tramos con cierta tosquedad, parte de las caracterizaciones me han resultado profundamente esquemáticas. El vestuario magnífico, con ese lado estrafalario que visualmente resulta tan atractivo.
Debo admitir que en conjunto encuentro perdidos a los personajes, sin un destino claro o atractivo que acompañe a los espectadores conduciéndolos durante el viaje que propone Disney.
Cruella reimagina la villana del clásico de Disney – 101 dálmatas.
Se le ha dado un toque Joker , con el intento de humanizar el villano y explicar el por qué de sus maldades. Es interesante ver cómo los traumas de muchos villanos aparecen en la infancia (Vader, Joker, Cruella, Voldemort). Me pregunto si es porque es la manera más fácil de justificar sus actos o simplemente es falta de imaginación.
La película comienza con una voz en off para introducirnos a la historia. ¡Voz en off que acaba durando 15 minutos! Un recurso muy vago en mi opinión. Siempre he sido partidario del muestra, no cuentes .
Cruella comenzará un viaje en el que deberá descubrirse a sí misma y luchar para progresar en la vida. Como es de esperar, no todo será un camino de rosas.
La dinámica de la película es muy buena. Vemos elementos de acción al más puro estilo Misión Imposible y hasta pinceladas de Agatha Christie. De no hablar del diseño de vestuario. Oscar seguro. Segurísimo. La música es muy buena y al igual que El diablo viste de Prada, es toda una oda a la moda.
¿Dónde entonces está el problema de la película?
Pues en sus personajes. Antes de ir al Spoiler, resumiré que ciertos actos y comportamientos no son para nada creíbles y justificados y por ello a veces el espectador desconecta de la película.
Cruella (2021), nueva producción de Disney dirigida por Craig Gillespie, reversiona al clásico personaje malvado del relato infantil y cuenta sus orígenes. Brillantes actuaciones de Emma Stone y Emma Thompson. La película cuenta además con una gran selección de éxitos del rock anglosajón.
Por Nicolás Bianchi
Con cierta lógica del cine de superhéroes Cruella es una gran presentación de un personaje, una historia de origen. En otro tono y con otros objetivos la película hace lo mismo que Joker (2019), o sea contar el nacimiento de quien es presumiblemente un villano, con la intriga puesta aquí en el camino que al final va a tomar la muchacha interpretada por Emma Stone.
La película es también una comedia de aventuras con algunas escenas de acción, pero su formato es uno de los posibles dentro de los relatos de superhéroes. El film comienza contado en primera persona por la protagonista, cuyo nombre de nacimiento fue Estella. De niña ya daba indicios de su doble personalidad, rasgo que se acentúa por la característica física de su cabello, mitad negro y mitad blanco.
De hecho, a través de su historia el personaje se va a ver gobernado por sus dos humores posibles, porque, además, lo que Estella o Cruella busca es una identidad definitiva. La trágica muerte de su madre deriva en que la niña se críe sola con dos amigos, con quienes ya de jóvenes, y junto a un grupo de perros cachorros, forman una pequeña banda de carteristas. Los personajes de Jasper (Joel Fry) y Horace (Paul Walter Hauser) son dos ladrones buenos, construidos con el aire naive que caracterizó siempre a Disney.
Por medio de una de sus tretas los jóvenes logran que Estella ingrese como pasante en una galería de moda, para poder desarrollar su gran talento para la alta costura que hasta entonces había volcado en la confección de disfraces para distintos atracos. En este largo capítulo la película es un relato de alguien que persigue un sueño profesional. Pronto la protagonista pasa a estar empleada bajo el mando de la Baronesa (Emma Thompson), un personaje que en principio recuerda al de Meryl Streep en El diablo viste a la moda (2006) por su severidad y determinación.
En la sección siguiente del film se da un enfrentamiento entre la Baronesa y Estella/Cruella, que es en definitiva el nudo del relato porque allí debe resolverse tanto el pasado como el futuro de la protagonista. Cruella es extensa, cuenta con 137 minutos de duración, pero es sumamente dinámica, no solo por el montaje y la acción sino por una banda de sonido integrada por grandes bandas. Están, entre otras, Queen, The Doors, The Clash, Deep Purple, Supertramp y Florence + The Machine.
La película es también súper amigable y correcta en términos de la agenda actual de género y diversidad. Los dos personajes fuertes son mujeres que no tienen ningún interés afectivo explícito ni son tuteladas por hombres. Es más, los personajes masculinos suelen estar bajo las órdenes de la Baronesa o Cruella. Además se introduce con total fluidez a distintos varones homosexuales, una figura común dentro del ambiente de la moda, al punto que uno de ellos sostiene que hoy ser normal es lo raro, lo que suena también a una declaración de principios. Incluso el simpático Horace, robusto y de aspecto algo hosco, se trasviste para uno de los asaltos del grupo. No hay ningún chiste, gag, ni mención a ello ni a la gordura del personaje.
La nueva versión de la villana Cruella de Vil, impura y con un costado oscuro pero noble, deja construido un personaje más dentro de la galería de héroes de Disney. La película no solo presenta una mirada renovada sobre ella sino también sobre la Inglaterra de los 70 en la que emerge el punk rock, donde está situada la historia. Ya no se pueden hacer tapados con las pieles de los perros dálmatas pero seguramente sí más productos audiovisuales con algunos o todos estos personajes.
Cuando un actor o una actriz hace un papel en una película y tú, como espectador, tras verla, no eres capaz de pensar en ese personaje sin imaginarte el rostro del artista que lo ha interpretado, significa que ese actor o actriz ha hecho un trabajo excelente. Es el caso de Emma Stone en Cruella: una vez la ves es imposible deshacerse de la imagen de Cruella de Vil con la cara y cuerpo de la protagonista de La La Land. Se ha mimetizado con ese personaje pseudomaligno y desequilibrado.
Cruella es una película llena de acción y de personajes exóticos, excéntricos, extremos. Todo lo que lleve un ex es aplicable a ese tornasol de villanos, truhanes, ególatras y narcisistas que protagonizan una de las películas más punk de Disney. Cruella es el posmodernismo al máximo exponente, una explosión de imágenes y escenas audaces y atrevidas que se separan de ese aire infantil de otras películas de la Casa del Ratón y apuestan por una estética y unos personajes más oscuros y atormentados, casi góticos, que esconden, al final, una historia de autosuperación y empoderamiento femenino.
Una de las grandes virtudes de Cruella es el duelo interpretativo que protagonizan las dos Emmas: por un lado vemos cómo Emma Stone se transforma en ese personaje torturado y casi psicótico que evoluciona de la joven y risueña Estella a la extrema Cruella y, finalmente, al encontrarse a sí misma, se consolida como Cruella de Vil. La actriz da rienda suelta a sus carcajadas jokerescas y poses extremas y construye un personaje cercano a Harley Quinn o a Pris de Blade Runner. Por su parte, la brillante Emma Thompson roba la película con un personaje absolutamente malvado y sin escrúpulos.
La película se contextualiza en los años 70 en un Londres en plena efervescencia punk, por lo que los escenarios, los diseños de vestuario y hasta el maquillaje destilan un espíritu gótico, rockero y posmoderno, con rayos pintados en los ojos, fuertes contrastes entre los colores blanco y negro, prendas de cuero, guiños a la homosexualidad, y por supuesto, al feminismo, y canciones como Fire de Ohio Players, Five To One de The Doors o Time of the Season de The Zombies, temazos que le sirven al director Craig Gillepsie para configurar un universo original, casi independiente del universo Disney.
La película, eso sí, está lejos de ser brillante: los movimientos de cámara son frenéticos, las subtramas de los robos en la casa de la baronesa son completamente surrealistas (¡ojalá hubiesen visto El círculo rojo para aprender cómo se hace un robo de verdad!) y la evolución del personaje de Estella a Cruella no es creíble, pero creo que cada vez que nos enfrentamos a una película de Disney debemos dejarnos llevar por la magia de sus imágenes y no hacernos demasiadas preguntas. Es entretenimiento sin poso, pero cumple su función. Cruella funciona como dosis de ficción sin demasiadas pretensiones. Se deja ver gracias a su ritmo endiablado, su fotografía y sus interpretaciones, y eso ya es más de lo que se puede decir de otros estrenos recientes.
Nos encontramos ante la menos Disney de las creaciones del emporio. Cruella se ofrece desde un planteamiento mas dinámico y gamberro, a lo que nos tenía acostumbrados hasta ahora la productora.
Es lenta, precisa, dotada de un humor corrosivo… Su lado extremo resulta divertido, desafiante. Emma Thompson, ofrece una caracterización muy histriónica, absolutamente necesaria para defender su personaje.
Emma Stone parece necesitar acercarse a su oponente, pero a la Thompson no se le puede hacer frente, ni tan siquiera lejana sombra.
Entretenida, aunque bajo mi criterio, un poco larga y reiterativa de más.