Corazón salvaje
Sinopsis de la película
Hazel Woodus (Jennifer Jones) es una muchacha crecida entre la naturaleza, que vive en los confines de Shropshire a finales del siglo XIX. Es hija de un arpista ciego, y vive obsesionada por las supersticiones de su difunta madre. A pesar de la atracción que siente por el sádico señor del lugar, Jack Reddin (David Farrar), Hazel accede a contraer matrimonio con el sumiso reverendo Edward Marston (Cyril Cusack).
Detalles de la película
- Titulo Original: Gone to Earth
- Año: 1950
- Duración: 110
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Opinión de la crítica
Película
7
47 valoraciones en total
La relación profesional entre Michael Powell y Emeric Pressburger, dio como fruto la Productora THE ARCHERS, un bastión del cine británico independiente entre cuyas películas encontramos obras maestras como CORONEL BLIMP, NARCISO NEGRO O LAS ZAPATILLAS ROJAS. También otras menos acertadas pero de gran interés artístico, porque su cine siempre fue muy novedoso, como es el caso de este CORAZÓN SALVAJE, que aunque no la produjeron ellos, fue Korda y Selznick, no olvidemos que Jennifer Jones era esposa del creador de LO QUE EL VIENTO SE LLEVÓ, y buscaba historias para el lucimiento de su esposa, como ocurría con DUELO AL SOL. De cualquier modo, CORAZÓN SALVAJE está plena de hallazgos visuales y artísticos que merecen comentario, ante el escaso número de reseñas que la ilustran hasta ahora en esta web de cine, lo que me inclina a pensar que es bastante desconocida.
Powell se cuidaba más de la puesta en escena y tareas de dirección mientras que Pressburger se cuidaba del guión, aunque el segundo intervenía a veces en la filmación. Uno de los problemas de este film fue que se hicieron dos versiones, uno para Reino Unido por Powell (Gone to Earth), y otro para el mercado americano, pergeñado por Selznick que, dado la megalomanía del yanqui y su obsesión por meter más planos de su mujer, en la versión americana (The Wild Heart), en su nuevo montaje había voz en off de Joseph Cotten en su prólogo, y planos extras rodados por Robert Mamoulian. Al parecer, la edición de Cinemateca que yo he visto es la versión americana que llegó a España. Filmada en paisajes naturales de Gales, Shropshire que era la tierra de la familia Powell, al cineasta le atraía el tratamiento del Technicolor primitivo en las tierras y brumas del paisaje galés.
Jennifer Jones encarna a la exótica gitana Hazel que cuida de un padre ciego y su mascota, una zorrita, es ingenua y natural, apasionada por la vida y la naturaleza pero víctima de la sociedad que habita las tierras galesas del siglo XIX. Su amor se lo disputan dos hombres antagónicos de posición y carácter, el erotismo y la bondad, que desatará pasiones encontradas y conflictos humanos. Una lúcida reflexión entre naturaleza y civilización bajo una paleta de colores del fotógrafo Christopher Challis que recrea la pasión y la violencia de unas relaciones personales en el límite de la razón con la superstición de El jinete negro. Basada en una novela de Mary Webb, en la que más allá del estimulante desarrollo de una leyenda, adolece de un planteamiento serio sobre las diferencias sociales que se aprecian en su argumento, sin que se profundice en ello.
De este modo, el conflicto de clases queda a un lado para centrarse en la oposición entre pasión y espiritualidad, con dilemas puritanistas sobre el amor y el deseo que enriquece su inventiva narrativa, así como el aspecto visual pictórico y sonoro (espacios cotidianos amenazadores y fantasmagóricos), que desmiente el academicismo del cine inglés. Destacables también, la pasión volcánica de los personajes, especialmente la gitana Jennifer Jones que cumple por su exótico físico y el rudo terrateniente encarnado por un excelente David Farrar. Muy recomendable para cinéfilos inquietos e interesados en el cine singular y creativo de Michael Powell y Emeric Pressburger.
En 24 horas he descubierto la asociación Michael Powell-Emeric Pressburger, con la joya que es Las zapatillas rojas y con esta película. Estos dos directores dejan una muy buena marca personal: películas con relaciones amorosas de obesión, un importante papel femenino protagonista pero sobre todo, una preciosa fotografía, así como escenografía. Normal que sus películas obtuviesen muchos premios en este ámbito.
En Gone to Earth encontramos a una joven protagonista, que más que supersticiosa, está anclada en el pueblo profundo que le ha tocado vivir. Es joven, ingenua, bella y por encima de todo, buena: ama a la naturaleza como pocos pueden hacerlo, y esa es su mayor preocupación. Pero los problemas aparecen en la figura de un atractivo y peligroso hombre, el rico del pueblo, interpretado por David Farrar, que qué bien se le dan estos papeles de canalla. El contrapunto a esta figura es el dulce reverendo Cyril Cusack, contrapunto también al tipo de amor hacia la joven Hazel (nuestra aventurera protagonista): el reverendo es el amor tierno, cariñoso, por desgracia el del rico egoísta es el de la pasión, al que por desgracia muchas mujeres van.
Sí, estos planteamientos están muy bien, la dirección es espléndida, pero considero que en algún momento falta ritmo. Son los momentos en los que Hazel y Eddard (señor reverendo) están juntos. Tal vez el problema no sea de la actuación de los actores, ni de un momento bajo en el guión: probablemente sea que sólo deseas ver al rico Reddin en pantalla, ver como evoluciona su peligrosa relación con Hazel y las consecuencias que trarerá. Pero si este ritmo que puede ausentarse en estas escenas, surge de una manera brutal, atención, en los últimos dos minutos de metraje. Sin palabras.
Es una película correcta, interesante, pero cae en comparación con Narciso Negro o Las zapatillas rojas . Habrá que seguir descubriendo más bellos paisajes y primeros planos de este dúo de imágenes academicistas