Corazón salvaje (Serie de TV)
Sinopsis de la película
Ambientada en la costa mexicana a principios del siglo XX, Corazón salvaje es la historia del amor entre Juan del Diablo, un bastardo rechazado por la buena sociedad y Mónica de Altamira, una remilgada damisela educada para casarse con un caballero. Su relación removerá los cimientos de sus respectivos mundos, levantando odios, rencores, traiciones y secretos enterrados desde antes de su nacimiento…
Detalles de la película
- Titulo Original: Corazón salvaje (TV Series)
- Año: 1993
- Duración: 40
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Opinión de la crítica
Película
6.7
80 valoraciones en total
He de decir que pocas novelas me han parecido tan maravillosas como esta. Una historia de amor de otra época donde pasión desgarrada y dulzura te cautivan. Desgraciadamente y cuando se proyectaba rodar una segunda parte unos de los galanes más arrebatadores del panorama, Eduardo Palomo, falleció de una misteriosa cardiopatía con 41 años. Este tenía varios años viviendo en Los Ángeles, para abrirse camino en Hollywood. Una de sus recientes apariciones en el mercado estadounidense fue con la serie de TV Kingpig, al lado de María Conchita Alonso. También Palomo dirigió un cortometraje titulado Cojones, el cual ganó varios premios en diferentes festivales.
Yo sólo sé que nunca olvidaré la canción que abría la serie:
Por que la vida me ha robado la ilusión,
y el desengaño ha endurecido el corazón,
quise fingir, cuando te vi,
pero ya nada desde entonces volvió a ser igual.
Tanta dulzura pudo más que nadie
y en la ternura de tus brazos pude ser alguien.
Nada quiero de este mundo
si te tengo junto a mi,
con un amor así se pierde el miedo hasta a morir.
Si por quererme se volvieran contra ti
tan sólo piensa que mi vida yo te di
y que no habrá, ningún final…
no existe nada que nos pueda ya separar,
nos perderemos ya para siempre donde acaba el mar.
Una piedra preciosa, eso es lo que es esta serie inolvidable de los noventa mexicana. La inmortal historia de amor entre Juan del Diablo y Santa Mónica. Con un elenco perfecto, basada en la obra magistral de Caridad Bravo Adams, la gran obra literaria toma forma como nunca en la mejor versión jamás realizada para la televisión sobre ella. Cuenta con un vestuario de ensueño, una banda sonora con Plácido Domingo, la mejor de cuantas existen en las telenovela y unas interpretaciones memorables, junto con las localizaciones de sirena, marcando un hito no sólo en la televisión mexicana, sino en todo el mundo, el amor en estado puro pero sobretodo el contraste. Contraste y armonía, ésos son los dos elementos de los que se compone la belleza , según palabras del genio francés Vatel de cocina, y esos son Juan y su amiga Mónica respectivamente, junto con la pérfida Aimée y el correctito Ariel López Padilla como Andrés, la maravillosa historia de amor, dolor y pasión e incluso comedia abre sangra cual rosa herida, serie inolvidable. La mejor telenovela.
No me da ninguna vergüenza admitir que, para mi forma de puntuar, esta serie es un pedazo de 10. Sí, un 10, han leído bien. Empezaré reconociendo que me gustan las telenovelas, no todas, claro está. Hay bodrios infumables (que a veces he consumido) que no merecerían que nadie les dedicara más de dos minutos. Sin embargo, hay otras historias que realmente te llegan. Corazón Salvaje es una de ellas. El amor entre Juan y Mónica es uno de los más dulces y apasionados que jamás contemplé.
Su enamoramiento se va forjando poco a poco, casi sin pretenderlo ninguno de ellos. Dos personas tan diferentes por estilo de vida y por carácter. Se habló de una posible historia de amor entre sus intérpretes: Edith González y Eduardo Palomo. No me sorprendería porque es imposible que una pareja tenga mayor química.
Ahora, si me lo permiten, quisiera dedicarle un apartado a Juan del Diablo. Eduardo Palomo construyó un personaje magnífico. Hasta su muerte, este actor mexicano siguió trabajando en el mundo de los culebrones pero siempre perseguido por la leyenda del mejor galán de este género tan desdeñado. Sólo por contemplar las escenas que protagoniza, ya merecería ver algún capítulo.
Además, y por si fuera poco, un gran plantel de secundarios en el que destaco a Enrique Lizalde en su impagable papel de Don Noel.
Jamás me cansaré de verla, tengo sus resúmenes y siempre que pierdo la fe, recurro a Corazón Salvaje.
Como comenta Isis en su crítica, Corazón salvaje fue una rara avis en el mundo de las telenovelas. De primeras es una segunda versión en formato telenovela del original literario de Caridad Bravo Adams, que conoció hasta cinco versiones en pequeña y gran pantalla. El éxito de la historia se basa, no en la calidad de la novela, que es un librito romántico muy mediocre, sino en el potencial de su historia y de sus bien pergeñados personajes. La versión que nos ocupa es la que ha conocido mayor fama.
Corazón salvaje se desmarca de su género por muchas razones pero sobre todo por el hecho de que no hay un ápice de vulgaridad en ella. Los diálogos son finísimos, las pasiones de los personajes están contenidas como corresponde a la época y el marco histórico es, a un tiempo, exótico y elegante. Las interpretaciones van a juego con el tono de la serie y los personajes, con su carácter, inteligencia y oscuro romanticismo se alejan por completo de los estereotipos de telenovela. Que me aspen si Juan del Diablo (buenorro Eduardo Palomo) no es una puesta al día del Heathcliff de Cumbres borrascosas o Mónica, su amada, no es el retrato de la típica damisela de principios victorianos que se debate entre el pundonor que se espera de ella y sus propias ansias de libertad, romance y aventura.
Por desgracia, esta fue la excepción que confirma la regla de que el género es por lo general una mierda. Pero tan excepcional que en su momento llamaría la atención en otros medios que se hicieron eco de la enorme calidad de la propuesta. Yo tuve la suerte de poder verla entera en la época en que la emitieron por televisión y puedo afirmar que sin lugar a dudas es la mejor serie romántica he visto nunca.
He visto dos novelas en toda mi vida, una se llamó Marimar, y la vi únicamente por ver las curvas despampanantes de Thalía en su mejo época.
La segunda fue Corazón Salvaje, una verdadera lección de lo que debería ser la norma del género. Una dirección correcta que nunca dejó que la historia se viniera abajo, sumado a una inusual intensidad interpretativa de todo el elenco, no solo de los estelares, y por supuesto, la mejor actuación de Edith González en su carrera, posiblemente inspirada por tener un actor de la potencia histriónica de Eduardo Palomo, fueron elementos que me hacen estar totalmente de acuerdo con Neathara en que esta es la mejor exponente de su género en toda la historia.
De ahí en adelante he aborrecido este género hasta el día de hoy, que por cierto se transmite otra novela con este mismo nombre, de la cual me niego a ver tan siquiera un comercial, para guardar la memoria de esta la más grande de todas.
Lastima por la temprana muerte de su protagonista que por lo menos nos dejó un gran recuerdo…